Lo que el equipo gobernante de México preveía desde varios meses atrás, aun antes de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre de 2024, es ya una realidad.
Carlos Figueroa Ibarra / Para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
El mundo entero está padeciendo la brutalidad del mando presidencial de Donald J. Trump quien se comporta no como presidente de Estados Unidos sino como jefe de todo el mundo. Los vecinos de Estados Unidos lo están padeciendo, pero México aún más porque entre los socios de América del Norte, este país es el que es menos fuerte. Trump y su gobierno se han comportado abusivos y ofensivos con México hasta llegar a extremos intolerables. Basta ver el comunicado de la Casa Blanca del 3 de marzo de 2025 en la que se anuncia la imposición de aranceles de 25% a México y Canadá. Las frases más ultrajantes del comunicado son dirigidas a México.
La narrativa de la Casa Blanca hace descansar la responsabilidad de los 36 millones de adictos a diversas drogas que existen en los Estados Unidos, de los cientos de miles de muertos por sobredosis de fentanilo, a la displicencia canadiense y mexicana para contener la entrada de esta última droga al territorio estadounidense. Pero las expresiones más ofensivas son dirigidas hacia México. Según el comunicado, México mantiene una relación de complicidad con los cárteles de la droga: “Las organizaciones mexicanas del narcotráfico, principales traficantes de fentanilo del mundo operan sin obstáculos debido a una relación intolerable con el Gobierno de México”. Más aún: “El gobierno de México ha otorgado refugio seguro a estos grupos criminales, lo que ha resultado en la muerte por sobredosis de cientos de miles de estadounidenses”. Lo que Washington está diciendo es que la seguridad nacional de Estados Unidos esta severamente amenazada porque en su vecino del sur existe un narcoestado.
Si a esta grave aseveración unimos la declaratoria estadounidense como organizaciones terroristas a los cárteles del narcotráfico, el embate de Trump contra México es verdaderamente alarmante. La seguridad nacional de Estados Unidos está seriamente amenazada por organizaciones terroristas a las cuales el gobierno de México les ha dado un “refugio seguro” lo que ocasiona que controlen “regiones enteras de México”. Además, la seguridad nacional estadounidense está amenazada por “la invasión” de miles de migrantes provenientes de México, los cuales son calificados por las autoridades como “criminales”. La criminalidad de los migrantes según la Casa Blanca, estriba no solamente porque son indocumentados sino porque transportan la droga de México a Estados Unidos. Este relato busca crear la legitimidad necesaria para intervencionismos de diversa índole, los cuales podrían incluir agresiones militares e inclusive invasiones territoriales. He aquí pues, el escenario complejo que está enfrentando México y su presidenta Claudia Sheinbaum.
Estoy convencido que el alegato estadounidense con respecto al narcotráfico y la migración en lo esencial son pretextos que esconden los verdaderos motivos del gobierno de Trump. En un digno y valiente discurso emitido el 4 de marzo desde la conferencia mañanera la presidenta Sheinbaum calificó el comunicado de Washington de “ofensivo, difamatorio y sin sustento”. Refutó las mentiras de Trump y su gobierno con datos inobjetables provenientes de la Oficina Fronteriza y de Aduanas de los Estados Unidos: en los cinco meses de gobierno de Claudia Sheinbaum el tránsito de fentanilo desde México se redujo en 50%; se incautaron casi 7,000 armas de fuego (75% de las cuales provienen de Estados Unidos); 121.4 toneladas de drogas (1.26 toneladas de fentanilo y 1.3 millones de pastillas de fentanilo) y 26.4 toneladas de cocaína; se desmantelaron 329 laboratorios para metanfetaminas; fueron detenidos 13,859 delincuentes de alto impacto y extraditados 29 capos de la droga. En estos cinco meses la cifra de homicidios dolosos se ha reducido en un 15%. Con respecto a la mentira de los migrantes que introducen droga, Sheinbaum dio también la cifra en base a datos oficiales estadounidenses de que el 80% de los traficantes de fentanilo que fueron detenidos en los puertos de entrada de Estados Unidos son estadounidenses como también son del mismo país el 81% de los procesados por tráfico de drogas.
Finalmente, en lo que se refiere a la mentira de “la invasión” de migrantes a Estados Unidos, hay que decir que en febrero de 2025 fueron aprehendidos 8,450 migrantes, la cifra mas baja en los últimos 25 años. De diciembre de 2024 a enero de 2025 la cifra de aprehensiones bajó un 38% lo cual es atribuido a una disminución notable del flujo migratorio hacia la frontera norte de México. Mendaz como siempre, Trump se atribuye el mérito de tal disminución ignorando que la política mexicana de contención migratoria ha sido eficaz.
¿Cuáles son entonces los verdaderos motivos del gobierno de Trump para la imposición de aranceles? Una primera pista lo da el que la imposición de aranceles no solamente se esté pensando para los vecinos estadounidenses sino para China, Europa y para el resto de los países con los cuáles comercia Estados Unidos. El motivo estratégico de este país es el proyecto reindustrializador de la actual administración de la Casa Blanca. Un síntoma de ello es que el sindicato de trabajadores automotrices está apoyando ese proyecto porque tendría efectos positivos en el empleo. Trump ha exhortado a los grandes capitales del mundo a invertir en los Estados Unidos, ha amenazado con aranceles a los capitales europeos si no realizan tales inversiones, ha incitado a las propias industrias estadounidenses a retornar a su país.
El otro gran motivo es doblegar a quienes impone aranceles y esto es particularmente cierto para México. En México se está observando el proyecto progresista posneoliberal más sólido de toda la región. La índole de este proyecto es algo que en términos estratégicos es un obstáculo en los afanes expansionistas estadounidenses que no ocultan sus ambiciones sobre Canadá, el mismo México y el Caribe como espacio más próximo.
Los aranceles que está imponiendo el gobierno de Trump, se ha dicho ampliamente, están teniendo y tendrán aún más efectos contraproducentes. Buena parte de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos son hechas por empresas estadounidenses; la industria automotriz se verá severamente golpeada; lo mismo sucederá con la industria en general al aumentar los precios de sus insumos; la propia agricultura estará afectada por sus exportaciones que se verán gravadas por la reciprocidad y por el insumo de fertilizantes; los grandes comercios tendrán dificultades para colocar sus productos por el aumento de precios y el pueblo estadounidense verá incrementada la inflación. Por otra parte, la reindustrialización y el crecimiento del empleo perseguidos por el proyecto Trump son objetivos de largo plazo. Los costos del aventurerismo de Trump en los índices bursátiles son elocuentes: el Nasdaq Composite descendió un 1.6%; el S&P 500 1.8; el Dow Jones 1.6; el STOXX Europe 600 0.8%.
La economía mexicana tendrá efectos negativos ni duda cabe. En el momento de escribir estas líneas todavía no se veía de manera severa. El peso mexicano se devaluó en 20 centavos y no llegó a 21 pesos por dólar. Pero el gobierno mexicano, la propia Claudia Sheinbaum, saben que navegan por aguas procelosas. Que ya no pueden confiar en el Tratado México- Estados Unidos-Canadá (TMEC). Por tanto, que tienen que reforzar el mercado interno como lo ha venido haciendo la Cuarta Transformación desde 2018, que también tienen con urgencia diversificar su mercado exterior. Claudia Sheinbaum ha dicho que independientemente de que Trump de marcha atrás parcial o totalmente en la cuestión de los aranceles, la situación creada por Trump es “definitiva”. Cuando estas líneas sean publicadas, se estará en las vísperas de una magna concentración en el Zócalo de la Ciudad de México, en la cual una presidenta con el 85% de popularidad informará cual será el rumbo de México en aras de defender su soberanía, su integridad territorial y su dignidad.
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