sábado, 5 de enero de 2013

Breve taxonomía de la derecha

Importante es hacer una buena taxonomía de la derecha. Sobre todo si la izquierda quiere hacer una política amplia de alianzas que la saque  de una marginalidad testimonial. Hoy la izquierda no se aglutina ya por un programa ideológico anticapitalista. Lo hace por un programa político antineoliberal.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

La observación de los procesos políticos en México y Centroamérica, en general en América latina me han llevado a una verdad de Perogrullo: al igual que la izquierda, la derecha no puede ser metida toda ella en un mismo saco. La verdad de Perogrullo se olvida a menudo y ese olvido  suele tener  consecuencias políticas indeseables. La extrema derecha ha cometido en el pasado y en la actualidad el error de hacer una lectura homogénea de las diversas izquierdas. El anticomunismo en Centroamérica para poner un ejemplo, no hizo distinción entre los comunistas, los foquistas, los demócratacristianos o socialdemócratas. A todos  los unió bajo una concepción muy amplia de “comunistas” y  ejerció el terrorismo de estado indiscriminado asesinando a Pedro Joaquín Chamorro, a Monseñor Arnulfo Romero, Alberto Fuentes Mohr y a Manuel Colom Argueta.  Y con ello sentó  una de las bases del gran estallido revolucionario que vivió la región  a partir de 1978.

La derecha más lúcida, sobre todo la moderna, nunca se ha equivocado de enemigo  y ha realizado una brillante taxonomía de las izquierdas, identificando con precisión a quien es su enemigo principal. En el seno de la izquierda, ha costado mucho tener semejante lucidez y no faltan quienes hasta ubican  como parte de la derecha a quienes se encuentran en la izquierda. El ejemplo más memorable es el cometido por el Sub Comandante Marcos  durante el proceso electoral de 2006 cuando equiparó a Andrés Manuel López Obrador con Carlos Salinas de Gortari. Error conceptual que llevó a los zapatistas a su realidad actual: la marginalidad y la resistencia heroica en los municipios autónomos de Chiapas llamados “caracoles”.

Hasta dónde puedo ver las cosas la ideología dominante y unificadora de las derechas en el mundo actual es el neoliberalismo. El éxito neoliberal  ha sido sobre todo ideológico pues desde el punto de vista económico su fracaso es palpable ahora a nivel mundial. Pero en toda América bajo el paraguas neoliberal, existe la derecha confesional. En Estados Unidos de América, la derecha confesional se expresa  en el ahora famoso Tea Party el cual agrupa a la extrema derecha  de fundamentalismo protestante y que en las elecciones pasadas se aglutinó tras la candidatura de Mitt Romney. Hoy esa derecha se encuentra descalabrada por no haber tomado en cuenta el peso del voto latino. En América latina, la derecha confesional se expresa sobre todo en la derecha clerical que alterna su adhesión al neoliberalismo con las posiciones extremas con respecto al aborto, los derechos de las minorías sexuales, el laicismo. En países que han tenido enconados conflictos internos, la extrema derecha no se restringe a la derecha clerical sino también comprende a la derecha contrainsurgente, ambas herederas del anticomunismo de la guerra fría.

A la derecha neoliberal más conspicua no le quitan el sueño las demandas por Memoria, Justicia y Verdad que afectan a la derecha contrainsurgente. Tampoco hace  causa de insomnio el derecho de la mujer a elegir si continúa o no su embarazo o los matrimonios gay y lésbicos. Su preocupación fundamental es que no haya restricciones para las inversiones y que el mercado lo domine todo. Son demócratas si la democracia se restringe a procesos electorales y si la ciudadanía se restringe a votar por las distintas élites del país del caso.

Importante es hacer una buena taxonomía de la derecha. Sobre todo si la izquierda quiere hacer una política amplia de alianzas que la saque  de una marginalidad testimonial. Hoy la izquierda no se aglutina ya por un programa ideológico anticapitalista. Lo hace por un programa político antineoliberal.

Esto es lo que ha sucedido en aquellos lugares en los cuales la  izquierda ha dejado de ser marginal.

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