sábado, 26 de enero de 2013

Panamá: Las caras de la violencia

Durante los enfrentamientos por el rechazo a la “ley chorizo”, en Bocas del Toro, hubo centenares de heridos y cuatro muertos; en la comarca Ngäbe-Buglé las protestas contra la ley minera dejaron otros dos muertos; y en Colón los disturbios y oposición a la venta de tierras en la Zona Libre dejaron cuatro muertos más. ¿La relación gobernante- gobernado debe ser como la del amo y el esclavo? ¿Es que el gobernado siempre tiene que hacer lo que diga el amo?

Abdiel Rodríguez Reyes / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

La represión policial en Colón.
Un buen día Tomás Hobbes, en el año 1651, dijo: “El hombre es el lobo del hombre”.Él consideraba que el hombre solo buscaba satisfacer sus deseos personales y que, en la mayoría de los casos, quería dominar a los otros. En base a esto hay tres cuestiones clave: la competencia, la discordia y la gloria; las tres requieren de la violencia. Así, para Hobbes el estado natural del hombre era estar en guerra contra todos. ¿Hemos superado esto?

Veamos algunas características de la violencia en Panamá; hoy el 49% de los homicidios ocurren por venganzas personales, generalmente, los involucrados son jóvenes, y cerca de dos personas mueren asesinadas cada día; esto es claro indicador de la violencia que nos rodea. Claro, si nos comparamos con Honduras, Salvador y Guatemala, porcentualmente, Panamá tiene un nivel de homicidios más bajo, eso no nos exime de aplicar políticas de sensibilidad.

Según la Encuesta Lapop (2008), del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en Panamá la mayoría de los delitos cometidos mediante violencia son: “robo con arma, robo de vehículo o sus partes, estafa, amenazas de muerte, golpes, maltrato verbal o físico por parte de la policía, herida con arma de fuego o con arma blanca, delito sexual, chantaje y secuestro”. En 2007 hubo 32 mil 453 delitos y en 2008, 49 mil 626. En este periodo la cifras aumentaron considerablemente con respecto a los años anteriores y posteriores; en el 2010, 2011 y 2012 siguió la tendencia, pero el margen de diferencia no fue tan alto como en el 2007 y 2008. El 2013 no empezó con buenos signos, pero hacer una valoración cortoplacista es caer en el juego de la especulación, porque así como crece la población crece el índice de violencia.

Ahora veamos la otra cara de la moneda, los mecanismos que ejerce el Gobierno para mantener el orden en las protestas sociales. Durante los enfrentamientos por el rechazo a la “ley chorizo”, en Bocas del Toro, hubo centenares de heridos y cuatro muertos; en la comarca Ngäbe-Buglé las protestas contra la ley minera dejaron otros dos muertos; y en Colón los disturbios y oposición a la venta de tierras en la Zona Libre dejaron cuatro muertos más. ¿La relación gobernante- gobernado debe ser como la del amo y el esclavo? ¿Es que el gobernado siempre tiene que hacer lo que diga el amo?

En fin, juzgue usted si Hobbes tenía o no la razón; lo cierto es que la conducta humana dista mucho de ser sensible y amena. Propongo que nos concentremos, al menos, en tres temas a mediano plazo, para ver la luz a largo plazo; estos son: promover campañas de sensibilidad en todo el país, fomentar el estudio en los jóvenes y el uso de su tiempo libre en actividades rentables, e investigar científicamente las causas políticas, sociales, psicológicas y culturales del comportamiento humano en nuestro contexto. Es iluso pensar que las cifras de violencia bajarán en los próximos años, pero no dejemos de soñar con vivir en un país menos violento. ¡Trabajemos en esa dirección!

Este artículo fue publicado originalmente en el Diario la Prensa Panamá (23-1-2013)

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