sábado, 14 de marzo de 2015

Hacia el multipolarismo

Hoy  América Latina exige  que le sea reconocido un papel protagónico en la escena mundial como un bloque autónomo y no como traspatio del imperio del Norte. Con ello, aflora como fenómeno uno de los mas significativos de la escena política mundial, una tendencia incontenible hacia la conformación de múltiples bloques de naciones. 

Arnoldo Mora Rodríguez* / Especial para Con Nuestra América

El mundo actual experimenta una vertiginosa e irreversible revolución en la hegemonía política, que se manifiesta en los movimientos que, a manera de un gigantesco iceberg, se dan en el inmenso océano de la geopolítica actual. En la segunda mitad del siglo pasado las  superpotencias, grandes  triunfadoras de la II Guerra Mundial, la URSS y USA se disputaron el mundo. Formaron en torno suyo  sendos bloques, en cuyas fronteras la guerra fría se convertía en caliente; con ello  invertían la producción de armas.  Ambas basaban su economía en  la industria pesada, es decir, en la  producción de armamentos y  acrecentaban su ya descomunal poderío Sin embargo, ambas superpotencias al finalizar el siglo (URSS) y al iniciar el siguiente (USA) entrarían en una vertiginosa e irreversible decadencia.  El “campo socialista” en Europa de Este se derrumba y arrastra en su caída a la propia URSS.

Europa, que ya había perdido sus colonias, busca unirse a regañadientes. Pero la “crisis” ( en realidad se trata de una rebeldía liberadora) de Greci ( pequeña en tamaño pero pletórica de significado histórico, pues allá surgió el primer intento de crear un sistema político que Occidente considera su mayor logro: la democracia), ha demostrado que,  imponiendo  políticas neoliberales se va al fracaso. El neoliberalismo ha creado un caos político, el mayor de Europa posterior al creado por Hitler. El desequilibrio económico y político surgido entre una metrópoli cada día mas totalitaria económicamente (la  Alemania de Merkel) y una periferia sometida en la práctica a la esclavitud para pagar una deuda que todos reconocen es impagable, ha creado un neocolonialismo al interior de la propia Europa, metròpoli histórica del colonialismo del resto del mundo. Con ello las políticas neoliberales se han convertido en cadenas de esclavitud en los paises del Mediterráneo e Irlanda. La consecuencia inevitable es que, con ello, se  está fomentando la revuelta de los “indignados” que amenaza con conquistar el poder en España. Pase lo que pase en lo inmediato, todo parece indicar que se está pasando una página de la historia. Mérito innegable de Nuestra América, porque  el ejemplo de América del Sur está sin duda  inspirando lo que podría ser el inicio de una revolución de incalculables consecuencias en el corazón mismo de Occidente, demostrando con ello que  Nuestra América criolla está en el mundo actual a la vanguardia  de los procesos de cambio. En nuestras tierras se está gestando el futuro de la humanidad.

Por su parte,  los Estados Unidos han debido reconocer, por un elemental realismo, al gobierno  revolucionario de Cuba, aunque, al mismo tiempo,  esté impulsando una feroz batalla en todos los campos en contra de la Venezuela bolivariana. Igualmente implacable  el imperio se ha volcado  en contra de los grandes países de la región. Veamos.  Destrucción del Estado nacional forjado por la Revolución en el vecino Mèxico.  Guerra implacable en el campo financiero y mediático en contra de la Argentina de Néstor y Cristina Kichner. Campaña de desprestigio y debilitamiento del Brasil de Lula- Dilma. ¿Estamos ante los los estertores agónicos  de un deterioro, signo de una   irreversible decadencia del último imperio de Occidente y de sus aliados criollos, agonía tanto mas feroz cuanto mas acorralados se sienten? Todavía es aventurado decirlo; pero lo cierto es que Nuestra América, la de Bolívar y Martí, está ocupando un  protagonismo en la historia universal como nunca en el pasado.  Esperemos que sea la alborada de un nuevo día, el de nuestra plena liberación, el de nuestra segunda y definitiva independencia.

Hoy  América Latina exige  que le sea reconocido un papel protagónico en la escena mundial como un bloque autónomo y no como traspatio del imperio del Norte. Con ello, aflora como fenómeno uno de los mas significativos de la escena política mundial, una tendencia incontenible hacia la conformación de múltiples bloques de naciones, unidas por la geografía, la cultura, la historia, la religión y, a la base de todo,  por los intereses económicos y las necesidades sociales de las mayorías. 

Como punto final, deseo insistir en que la razón de que la hegemonía de las superpotencias del siglo pasado se haya desmoronado en el presente  tiene las mismas causas: sus contradicciones internas, de origen político en el caso del socialismo histórico, de raíz económica en el mundo occidental. En el siglo XXI , el sistema capitalista en sus actuales estertores se basa en el corrupto  poder del capital financiero especulativo  que domina a Occidente, también se derrumba. Como consecuencia, hoy se forman bloques político-económicos como el BRICS, que podría llegar a ser un polo de poder mundial a pesar de sus inocultables contradicciones internas.  Respondiendo a esa tendencia que anima a la escena mundial, ha surgido como genial idea del desaparecido líder venezolano Hugo Chávez, la CELAC, cuya tercera cumbre acaba de realizarse en Costa Rica. Se plasma así el  ideal de Bolívar y Martí, de ver una América Nuestra unida y fraternal  con voz propia en el concierto de naciones del mundo, mas allà de sus diferencias reales. Por eso en nuestra política exterior  se debe priorizar el laltinoamericanismo.


*Filósofo costarricense, ex Ministro de Cultura y miembro de la Academia Costarricense de la Lengua.

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