En el país, así sea a tientas, emerge hoy un patriotismo nuevo, que busca vincular la soberanía nacional con la popular. En cuanto madure y se haga sentir, sabremos si el espíritu del protectorado aún subsiste, o le hemos vencido o finalmente lo hemos exorcizado.
Guillermo Castro H. / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de Panamá
“La colonia continuó viviendo en la república; y nuestra América se está salvando de sus grandes yerros – de la soberbia de las ciudades capitales, del triunfo ciego de los campesinos desdeñados, de la importación excesiva de las ideas y fórmulas ajenas, del desdén inicuo e impolítica de la raza aborigen – por la virtud superior, abonada con sangre necesaria, de la república que lucha contra la colonia.”
José Martí, 1889[1]
Se dice que un conflicto no termina mientras no cesen de operar sus consecuencias. De eso se trata, en buena medida, cuando nos referimos al persistente legado del protectorado militar establecido por los Estados Unidos en Panamá desde comienzos del siglo XX.