Son muchos los efectos del colonialismo en el
mercado internacional. Una buena revisión, con una mirada crítica nos permitirá
observar que todavía en pleno Siglo XXI, quedan colonias clásicas. ¿Hasta
cuándo lo permitiremos?
Carlos Pérez Morales / Especial
para Con Nuestra América
Desde Puerto
Rico
El
capitalismo es un sistema económico basado en la propiedad privada de los
medios de producción, la libertad del mercado, la libertad individual y la
libre competencia. Como sistema mundial, surgió después de
la invasión del Nuevo Mundo por los españoles, portugueses e ingleses. Estos
países “colonizadores” dominaron el comercio del Atlántico Norte y fundaron así
el mercado mundial. Desde el comienzo del capitalismo durante los Siglo XV y
XVI, éste dependió gradualmente de grandes extensiones de territorios que
conformaran una red de intercambio de mercancías. Esta red de intercambio de
mercancías le facilitó con el tiempo el desarrollo de un mercado mundial de
bienes y servicios y una división
internacional de trabajo.
El Mar Mediterráneo
era la ruta mundial del comercio, pero España, Inglaterra y Francia,
trasladaron ese comercio hacia sus colonias en África, Asia y América. En cuanto al comercio España continuó con una
política económica mercantilista, quedando rezagada por los otros Estados
europeos que tenían colonias.
A finales del Siglo
XIX, predominaba una economía mundial capitalista en el mundo entero (Hoogvelt A., 1997). El llamado Tercer Mundo: América
del Sur África y Asia excluyendo Japón, participaba completamente en este comercio aunque no en
términos de igualdad.
La
división internacional del trabajo estableció criterios de producción de bienes
y servicios para ser vendidos en el mercado de forma tal, que pueda obtenerse
una máxima ganancia mediante la ley de oferta y demanda.
El
colonialismo sirvió de base para la extensión del sistema capitalista. Este es un sistema de dominación por la
fuerza de una nación sobre otra. Este dominio se extiende hacia las áreas
políticas, militares, económicas, religiosas y culturales. Los países
dominantes sobre otros, por lo regular construyen un imperio. Una de las
principales características del imperialismo es la explotación económica de las
colonias. En términos modernos, las neo
colonias son víctimas de la hegemonía (dominación sin el uso de la fuerza) de
países poderosos.
Distintos
pensadores alertaron sobre la brutalidad ejercida por el imperio en sus
colonias. Algunos países imperiales, como fue el caso de España, negaban que
los habitantes originales de las colonias tuvieran almas. Ellos justificaban el sistema colonial como
uno impuesto por voluntad divina. Los imperialistas eran los llamados a
evangelizar a esos pueblos. Con la llamada evangelización impusieron su
cultura, esclavizaron los habitantes de las colonias, robaron sus riquezas y
recursos naturales y muchos se enriquecieron a costa de los colonizados.
En
tiempos modernos Immanuel
Wallerstein, conocido por su teoría sistema-mundo, estableció el conjunto de relaciones
desiguales entre un estado central y otros periféricos. Estos países centrales
compran a bajo costo los recursos naturales y otras mercancías producidas en
los países periféricos. Los países centrales en muchas ocasiones establecen
empresas en los países periféricos para aprovecharse de sus recursos naturales
y de mano de obra barata.
Son muchos los efectos del colonialismo en el
mercado internacional. Una buena revisión, con una mirada crítica nos permitirá
observar que todavía en pleno Siglo XXI, quedan colonias clásicas.
¿Hasta cuándo lo permitiremos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario