Para
erradicar los feminicidios tenemos que erradicar el patriarcado, para erradicar
el patriarcado tenemos que cambiar el sistema. Para tener sociedades
equitativas e igualitarias, en derechos y obligaciones, tenemos que arrancar de
raíz el patriarcado.
Ilka Oliva Corado / Para Con Nuestra América
Desde
Estados Unidos
Vivimos en
sociedades patriarcales, misóginas y
machistas; como resultado de este patrón, la violencia contra las mujeres es
sistemática y estructural. Y también, por más indigno que sea es una violencia
normalizada porque la mujer sigue siendo vista como un objeto que le pertenece
a quien lo compra.
Por esa
razón vemos a padres, hermanos, abuelos, amigos, amantes, compañeros,
creyéndose dueños de sus hijas, hermanas, nietas, amigas, amantes,
compañeras. Y lo mismo con los
desconocidos, se creen tan dueños de cualquier mujer que se sienten con la
libertad de poder excluirlas, insultarlas, golpearlas, violarlas, asesinarlas y
desaparecerlas.
Una
violencia sistemática y estructural que comienza con el “es una niña” y termina
en feminicidio. Si se nace mujer, se nace con todo en contra. Violencia que nos
dice que las niñas juegan con muñecas y de casita. Violencia que nos dice que
los niños pueden practicar deporte y las niñas no, porque el deporte es para niños y las niñas que
limpien la casa. Violencia que nos dice que los hombres de la casa van a la
escuela y las niñas no, porque su función en la vida es casarse, tener hijos y
atender el hogar.
Violencia
que nos dice que pocas mujeres logran poder acceder a la educación superior,
porque esa violencia sistemática sigue pensando que la mujer es un objeto y
como objeto no piensa, no siente, no actúa y no tiene derechos. Violencia que
dicta que el papel de la mujer en la vida es abrir las piernas y criar hijos.
Punto.
Una
violencia que también ejerce la mujer contra la mujer, cuando unas dicen
creyéndose castas, puras y santas, que las otras merecían ser violadas
por: putas, alcohólicas, calientes, rogonas,
provocadoras, cascos ligeros, promiscuas
y drogadictas y, avalan con esto el
patriarcado del cual también forman parte y ayudan a alimentar. Ignorando que
al exponer a una mujer al escarnio público de la doble moral por su
comportamiento y estilo de vida, también
se exponen ellas que pertenecen al mismo género.
Una
violencia estructural que alimenta un sistema que manipula, excluye y violenta
a las mujeres en todos los niveles de la sociedad. Una violencia que dice que
las mujeres no pueden decidir sobre sus
propios cuerpos, y que ese cuerpo no le pertenece, le pertenece al escarnio
público y al señalamiento de la
religión. Por eso se sigue negando el derecho al aborto.
La
violencia contra la mujer tiene varios rostros, innumerables formas por eso
muchas veces es imperceptible, se disfraza de sutileza cuando muchos creen que
halagan cuando en realidad lo que hacen es violentar con el acoso callejero.
Violencia
estructural y sistemática que sigue negando atención médica, educación y oportunidades de desarrollo a mujeres. Un
sistema de justicia patriarcal, misógino y machista, con jueces machistas, con
fiscales machistas, con abogados machistas, con policía machista, con condenas
inexistentes porque las decisiones se toman desde la misoginia que es el odio
contra la mujer. Violencia obstétrica
que irrespeta a la mujeres cuando están pariendo. La que la señala por cómo se
viste, actúa y vive.
Hablar de
violencia contra la mujer es hablar del inicio del tiempo.
Cada 25 de
noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer. Lucha que inició en 1981, para conmemorar la fecha en que
fueron asesinadas (en feminicidio) en
1960, las hermanas Mirabal: Patria,
Minerva y María Teresa, en República Dominicana por órdenes del dictador
Trujillo. Desde 1999 las Naciones Unidas llaman a los países del mundo a
pronunciarse contra la violencia contra mujer.
Sin embargo
dado que la violencia es estructural y sistemática, lo que tenemos que cambiar
es el sistema, los patrones de crianza, porque como decía al principio, el
feminicidio es la expresión más atroz del patriarcado sobre la mujer, pero
inicia con la exclusión y la degradación solo por su género.
Para
erradicar los feminicidios tenemos que erradicar el patriarcado, para erradicar
el patriarcado tenemos que cambiar el sistema. Para tener sociedades
equitativas e igualitarias, en derechos y obligaciones, tenemos que arrancar de
raíz el patriarcado.
Un ejemplo
de violencia contra la mujer, que es subliminal, es la de pareja, cuando es la compañera la
que se opera para no tener hijos, porque el compañero como es hombre jamás se
haría una vasectomía porque perdería la hombría. Estereotipos del patriarcado.
La
violencia contra la mujer es tema en el que debemos insistir, y que nos compete
a todos, en todas las capas de la sociedad, a los urbanos y rurales, porque es
obligación de todos erradicar el patriarcado, la misoginia y el machismo.
Empezando
por dejar de llamarles culos a las mujeres, al referirse a ellas.
Blog de la
autora: https:// cronicasdeunainquilina.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario