Los
hechos de los últimos días en las calles de Ecuador recuerdan las tácticas que
han seguido el imperialismo y la apátrida oposición venezolana para derrocar al
presidente Nicolás Maduro desde febrero de 2014. Estas tácticas se nutren del
arsenal de las llamadas revoluciones de colores, adaptadas a la realidad de
gobiernos mucho más sólidos y con mucho mayor apoyo popular que los de la
periferia de la antigua URSS.
Ángel Guerra Cabrera
/ LA JORNADA
La violencia opositora en Ecuador reproduce el guión de la oposición venezolana. |
Está en marcha en Ecuador
desde el 8 de julio otro intento del imperialismo y la oligarquía por derrocar
al presidente Rafael Correa. Aprovechando la desfavorable coyuntura creada por
los bajos precios del petróleo, la próxima visita del papa Francisco y el
sistemático ataque de los medios corporativos locales e internacionales contra
Quito, inician una guerra de desgaste con vista a las elecciones de 2017 ante
el hecho palmario de la alta popularidad de Correa. Para ello han organizado
protestas de calle entintadas por la violencia y llamados al derrocamiento del
gobierno legítimo.
El pretexto ahora es la
iniciativa de Ley de Redistribución de la Riqueza enviada por el presidente a
la Asamblea Nacional, que establece un impuesto progresivo a partir de 2.5 por
ciento a las herencias entre 35 mil 400 y 70 mil 800 dólares y afectaría a 2
por ciento de la población.
Ante la escalada
desestabilizadora, Correa decidió retirar temporalmente la iniciativa de ley y
llamó a abrir un debate nacional en todos los sectores sobre el nuevo
ordenamiento legal y a crear un clima pacífico para el recibimiento del Papa.
Argumentó que si en el debate se demostrara, como afirma la derecha, que los
pobres van a ser afectados por la medida, él la retiraría definitivamente.
Mientras tanto, el partido de gobierno Alianza País ha continuado la
explicación de la ley a la población y Correa emplazó a la oposición a recoger
las firmas necesarias para convocar un referendo revocatorio del mandato
presidencial, donde, aseguró, sería derrotada otra vez. Conviene recordar que
el referendo revocatorio es hijo de la nueva Constitución alentada por Correa.
El plan desestabilizador,
amplificado por la maquinaria mediática hegemónica dentro y fuera de Ecuador,
sigue el guión del ciclo de intentos golpistas contra los gobiernos
posneoliberales de la región. Estos, por su secuencia, cuantiosos recursos
financieros empleados, relativa coordinación del imperialismo y las derechas en
su ejecución y descomunal apoyo mediático de los diarios de la Sociedad
Interamericana de Prensa y sus homólogos madrileños, al igual que las
televisoras CNN en español y NT24, forman parte de una contraofensiva
oligárquica-imperialista para destruir los logros de esos gobiernos.
Su inicio lo marca
precisamente la sangrienta violación yanqui-uribista de la soberanía
territorial ecuatoriana (marzo de 2008), el restablecimiento por Washington de
la IV Flota anunciado un mes más tarde, el frustrado golpe separatista contra
Evo Morales en septiembre de ese mismo año, el golpe blando que derrocó a Mel
Zelaya (2009) y un año después el plan golpista oligárquico e intento de
magnicidio contra el propio Correa. Seguidos del golpe parlamentario contra el
presidente Fernando Lugo en Paraguay (2012) y el secuestro del avión de Evo en
territorio europeo otaniano al año siguiente.
Los hechos de los últimos
días en las calles de Ecuador recuerdan las tácticas que han seguido el
imperialismo y la apátrida oposición venezolana para derrocar al presidente
Nicolás Maduro desde febrero de 2014. Estas tácticas se nutren del arsenal de
las llamadas revoluciones de colores, adaptadas a la realidad de gobiernos
mucho más sólidos y con mucho mayor apoyo popular que los de la periferia de la
antigua URSS y están financiadas por la National Endowment for Democracy y
otras fundaciones pantallas de la CIA o sus similares europeas.
Ecuador, según datos de
la CEPAL, ha disminuido sucesivamente desde 2008 la pobreza, la desigualdad y
el desempleo y elevado el Índice de Desarrollo Humano, así como implementado un
importante sistema de protección integral para las personas con capacidades
especiales y en 2012 había incrementado 26 por ciento la tasa de alumnos
incorporados a la educación superior. Sus logros en educación y salud han sido
reconocidos por la UNESCO y UNICEF. Durante esos años ha construido una excelente
red de carreteras que por primera vez unifican al país y edificado 10 grandes
presas que contribuyen a la generación de energía limpia.
Todo
ello, su celosa defensa de la soberanía nacional y su exitoso desempeño como
presidente pro témpore de CELAC ha elevado extraordinariamente el prestigio de
Correa. Allí está la explicación de la furiosa reacción oligárquica.
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