La opción por los
pobres busca que los pobres sean los gestores de una nueva civilización. No se
trata solo de dar bonos a los pobres para que saquen la cabeza de la miseria,
ni tampoco solamente proclamar que la economía debe estar al servicio de la
persona humana.
Pedro Pierre / El Telégrafo (Ecuador)
El primer motivo de la
visita del papa Francisco en América del Sur [5 al 12 de julio] es participar
en un nuevo Encuentro Mundial de los Movimientos Sociales en Bolivia, para dar
continuidad al que se reunió en el Vaticano en octubre pasado. El papa
Francisco aprovecha la oportunidad para visitar también Ecuador y Uruguay. No
se precisó la razón de tal elección, pero se puede notar que somos los tres
países más pobres de América del Sur. Bien podrá ser para el Papa, motivarnos,
cristianos y ciudadanos todos, para salir de la pobreza en que nos encontramos.
Al anunciar la
beatificación de monseñor Óscar Romero, el mes pasado, al arzobispo de San
Salvador, el papa Francisco hacía notar que “igual que un día eligió a Moisés
para que, en su nombre, guiara a su pueblo, sigue suscitando pastores según su
corazón, que apacienten con ciencia y prudencia su rebaño”.
Cincuenta días antes de
ser asesinado declaraba en este mismo sentido monseñor Romero, cuando recibía
en Bélgica el doctorado honoris causa por la Universidad de Lovaina: “Los
antiguos cristianos decían: ‘La gloria de Dios es el hombre que viva’. Nosotros
podríamos concretar esto diciendo: ‘La gloria de Dios es el pobre que viva’.
Creemos que desde la trascendencia del Evangelio podemos juzgar en qué consiste
en verdad la vida de los pobres; y creemos también que poniéndose del lado del
pobre e intentando darle vida sabremos en qué consiste la eterna verdad del
Evangelio”.
Se confirma así la
necesaria dimensión política de la fe. El padre José Comblin, tal vez el mayor
teólogo de la liberación de América Latina, decía a este propósito: “Las
propuestas del Reino de Dios como opción por los pobres son fundamentalmente
sociales y éticas. La opción por los pobres no es una opción por individuos
pobres, sino por una clase social ‘injusticiada’ y oprimida. El proyecto de
Jesús no fue de formación espiritual personal, sino como el de Moisés, un
proyecto ético y social. La solidaridad con un pueblo que se levanta y reclama
sus derechos es algo profundamente espiritual: No puede haber opción por los
pobres ni Reino de Dios sin solidaridad”.
La opción por los
pobres busca que los pobres sean los gestores de una nueva civilización. No se
trata solo de dar bonos a los pobres para que saquen la cabeza de la miseria,
ni tampoco solamente proclamar que la economía debe estar al servicio de la
persona humana. La convocación al Encuentro de Bolivia está clara: “Evo Morales
dialogará con el papa Francisco sobre la necesidad de un proceso de cambio que
tenga a los movimientos populares como protagonistas en la lucha por la
justicia social”.
Ya por 1940, Georges
Bernanos, famoso escritor francés, proclamaba: “Afirmo que el mundo será
salvado por los pobres, o sea, los que la sociedad moderna excluye… Tarde o
temprano, la ingeniosa tenacidad de ellos tendrá razón de ferocidad de ella.
Repito que los pobres salvarán al mundo”.
Ojalá sepamos escuchar
los mensajes del papa Francisco para renovar nuestra Iglesia y transformar
nuestra sociedad desde el protagonismo de los pobres.
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