De acuerdo con la CEPAL, “entre 2002 y
2015 las fortunas de los millonarios de América Latina crecieron en promedio un
21% anual, es decir, un aumento superior al del PIB de la región”; y en 2014,
el 10% más rico de la población había amasado el 71% de la riqueza, de modo que
si esta tendencia continúa “dentro de seis años el 1% más rico de la región
tendría más riqueza que el 99% restante”, a lo cual hay que añadir que la tasa
impositiva media efectiva para el 10% más rico “solo equivale al 5% de su
ingreso disponible”.
Juan J. Paz y Miño Cepeda / Firmas
Selectas – Prensa Latina
En enero de 2016, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)
puso en circulación el libro “Balance Preliminar de las Economías de América
Latina y el Caribe 2015”; en febrero difundió otro estudio: “Evasión tributaria
en América Latina: nuevos y antiguos desafíos en la cuantificación del fenómeno
en los países de la región”; y en marzo, circuló tres nuevas investigaciones.
Estas son “Panorama Social de América
Latina 2015. Documento informativo”, “Panorama Fiscal de América Latina y el
Caribe 2016: las finanzas públicas ante el desafío de conciliar austeridad con
crecimiento e igualdad” y “Tributación para un crecimiento inclusivo”.
Esos recientes estudios de la CEPAL
deben ser atendidos con sumo interés porque el retrato que ofrecen de la
América Latina del presente permite extraer una gama de reflexiones y
conclusiones para trazar nuevos caminos de acción ciudadana en la lucha por la
construcción de una nueva economía y una nueva sociedad que garanticen el buen
vivir en toda la región.
Expongo algunas ideas al respecto.
Está claro que la crisis económica que
golpea a Latinoamérica, sobre todo desde 2015,
continuará agravándose en el presente año y probablemente hasta 2017, lo
cual se ha reflejado sobre todo en la caída del PIB considerado un índice clave
para determinar si hay crecimiento o derrumbe. Bajo esta coyuntura, los
gobiernos que se han colocado en la mira de la crítica política y de la
propaganda interesada en ello, son precisamente los que se identifican como
progresistas y de nueva izquierda. Casi no importan los “otros” gobiernos.
De manera que un formidable caudal de
editoriales de prensa y artículos académicos -en los que hay que incluir
autores y escritos provenientes de la socialdemocracia, de los marxistas
ortodoxos y las izquierdas tradicionales- apuntan a convencer al mundo que se
ha cerrado o acabado el ciclo de tales
gobiernos, que su “modelo económico” ha fracasado e, incluso, se ha producido un abandono del
progresismo para retornar al camino neoliberal y las viejas prácticas políticas de aquello que
en Ecuador el presidente Rafael Correa bautizó como “partidocracia”.
Para las derechas intelectuales (y
políticas, evidentemente) se ha demostrado que todo gobierno izquierdista es,
más tarde o más temprano, un fracaso y, por tanto, hay que retornar a lo que es
obvio: retirar al Estado, reducir el gasto público y entronizar nuevamente la
competencia capitalista, el mercado libre y la empresa privada como motores
naturales de la economía.
De acuerdo con los estudios de la CEPAL,
puede inferirse que los gobiernos progresistas y de nueva izquierda gozaron de
condiciones económicas muy favorables cuando estuvieron altos los precios de
los commodities, pero entraron en dificultades cuando llegó la crisis. El gran
afectado resultó el mismo Estado, que ha sido el instrumento central para las
inversiones sociales y el proveedor de los servicios públicos en educación,
salud, seguridad social, vivienda, que la CEPAL destaca igualmente como los
logros más significativos de los gobiernos progresistas en la región.
Es que a la reducción del gasto público,
especialmente de capital, se ha unido el aumento del déficit fiscal por la
caída de los ingresos; además, se ha incrementado la deuda pública y se
mantiene una baja carga tributaria, sobre todo frente al decil más rico de la
población; persiste la “insuficiencia crónica” de la imposición patrimonial y
hasta los avances en la lucha contra la evasión se han detenido. Ecuador está
entre los países con mayores caídas en la inversión pública. (Panorama Fiscal).
Los problemas económicos han debilitado
ciertas capacidades estatales para continuar entregando a la sociedad aquellos
servicios ya logrados; y los riesgos del desencanto ciudadano se han
incrementado por el hecho de que no hay más medicinas urgentes para aquellos
sectores vulnerables que las necesitan, la atención médica y la seguridad social igualmente se estancan o
burocratizan, se posterga el pago a empresas medianas y pequeñas que proveyeron
con bienes al Estado, se liquida a trabajadores estatales bajo contrato, se
descuida la atención al sector de economía social y solidaria, o incluso se
retrasa el pago de salarios y hasta de pensiones.
En Ecuador, a partir de 2015, pueden
advertirse algunos giros contradictorios, pues al mismo tiempo que se ha
acudido a ciertas flexibilizaciones laborales, se inclinan acciones a favor de
altos sectores empresariales privados (lo he señalado en varios artículos del
diario “El Telégrafo”).
Puede comprenderse que esas son las
circunstancias que han permitido el resurgir de unas derechas agresivas, que
ahora se lanzan al ataque directo para terminar con todo, como ocurre en
Venezuela; buscan la desestabilización gubernamental como en Brasil o acentúan
sus propósitos de “restauración conservadora” para llegar al poder en las
elecciones de 2017, como ocurre en Ecuador, con el firme propósito de
“des-correizar” a la sociedad; y todo ello acicateado por el triunfo de su
“causa” al lograr la presidencia en Argentina, ganar la mayoría legislativa en
Venezuela o la derrota de la reelección presidencial en el referéndum de
Bolivia.
Se experimentará como nuevo triunfo la
reciente votación en el congreso a favor del juicio político a la presidenta
Dilma Rousseff en Brasil.
La contracción económica, de acuerdo con
la CEPAL, es particularmente visible en Suramérica, que en 2016 tendrá un
decrecimiento del -0.8%, sobre todo por los ritmos del -2% en Brasil y -7% en
Venezuela. (Balance). Pero las culpas son magnificadas y atribuidas
específicamente a los gobiernos progresistas de la región.
Sin embargo, no dejan de inquietar
seriamente algunos resultados sociales porque, de acuerdo con la CEPAL (2013 y
2014), Venezuela proyectó un incremento de la pobreza al igual que Guatemala y
México, en tanto disminuyó la pobreza en Brasil, Colombia y Ecuador; la tasa de
pobreza cayó en la mayoría de países entre 2010-2014, pero se elevó a un ritmo
anual de entre 2% y casi un 5% en Honduras, México y Venezuela, países a los
que también acompañó un incremento de la brecha y la intensidad de la pobreza,
debido a un decrecimiento de los ingresos.
Por otra parte, la tasa de inflación
(2014) se aceleró al 68.5% en Venezuela y al 23.9% en Argentina, en tanto el
promedio inflacionario en 20 países de la región fue del 8.4%. Sin embargo, las
reducciones más importantes en el coeficiente de Gini (desigualdad del ingreso)
entre 2010-2014 se registraron en Uruguay (-2.7% anual), Argentina (-2.3%) y
Ecuador (-2.2%) (Panorama Social: 9-13).
Frente a ese panorama, el contraste
persiste con respecto a la concentración de la riqueza y a la capacidad de los
gobiernos para cobrar impuestos a quienes más concentran la riqueza.
De acuerdo con la CEPAL, “entre 2002 y
2015 las fortunas de los millonarios de América Latina crecieron en promedio un
21% anual, es decir, un aumento superior al del PIB de la región”; y en 2014,
el 10% más rico de la población había amasado el 71% de la riqueza, de modo que
si esta tendencia continúa “dentro de seis años el 1% más rico de la región
tendría más riqueza que el 99% restante”, a lo cual hay que añadir que la tasa
impositiva media efectiva para el 10% más rico “solo equivale al 5% de su
ingreso disponible”. (Tributación)
Por tanto, América Latina continúa como
la región más inequitativa del mundo y las fortunas se sienten protegidas con
tasas impositivas bajas.
No hay duda que, mientras no se altere
en su raíz el sistema capitalista, en el cual se ha legalizado la apropiación
económica privada del valor socialmente generado, una de las formas más
efectivas para la redistribución de la riqueza es el cobro de impuestos
directos y proporcionales, de manera que quien más posee, más pague.
Pero los estudios de la CEPAL han
comprobado una serie de realidades: aunque la recaudación tributaria ha
mejorado en la última década y entre 2000-2013 la tasa impositiva media subió
del 16% del PIB al 20.6%, todavía un
nivel inferior con respecto al promedio de los países miembros de la
Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que llega al 34.1%;
la evasión y la elusión de impuestos se impone a tal punto que es
significativamente mayor que el total del gasto público de inversión que
realiza toda Latinoamérica; la región tiene bajas tasas impositivas efectivas,
pues en promedio llegan apenas al 2.3%, mientras en la Unión Europea es de
13.3% (Tributación).
Adicionalmente, cabe señalar que en
América Latina es difícil -quizás imposible- encontrar millonarios capaces de
solicitar que les cobren impuestos, como lo han hecho recientemente en los
EE.UU. más de 200 “millonarios patriotas” (entre ellos Morris Pearl, Eric
Schoenberg, Scott Nash), que en noviembre de 2015 acudieron al Congreso de los
EE.UU. para solicitar que se creen mayores impuestos para los ricos y, al
propio tiempo, se eleven los salarios de los trabajadores (http://goo.gl/oN1twr).
A ello se suma el hecho de que las
fortunas latinoamericanas, que tienen baja carga tributaria, también huyen de
la región o se refugian en otros lugares para evadir impuestos. Es el marco de
escándalo evidenciado a propósito de los “Papeles de Panamá”, cuya intención
inicial fue, al parecer, la de lograr el desprestigio selectivo de algunos
gobiernos progresistas.
El estudio de la CEPAL, publicado antes
de que aparecieran los “Panama papers”, ya señalaba: “los paraísos fiscales y
los abusos en relación con los impuestos corporativos están destruyendo el
contrato social entre el gobierno y el ciudadano, al permitir que los que
podrían aportar más a la sociedad no paguen los impuestos que les
corresponden en justicia.
El llamado escándalo de las cuentas
secretas en Suiza o Swissleaks reveló 52.600 millones de dólares de fondos de
residentes de América Latina en cuentas del banco HSBC en Suiza en 2006 y
2007, el equivalente a un 26% del total de la inversión pública en salud en
toda la región” (Tributación). Una referencia que me ha recordado, de
inmediato, el libro “Una Suiza por encima de toda sospecha” (1977), de Jean
Ziegler, (parlamentario suizo y funcionario de la ONU -que en 1964 sirvió como
chofer al Che Guevara en su visita a Ginebra)-, quien calificó como “nación de
encubridores” a la Suiza de los bancos y el secreto bancario al servicio de la
oligarquía mundial.
Desde luego, los paraísos fiscales
tienen sus defensores. Daniel Lacalle, economista, gestor de fondos y autor de
varios “best sellers”, se refiere al tema en “Diez mitos sobre los paraísos
fiscales” (http://goo.gl/QZ8VG1) y sus razonamientos sirven como modelo. Todo
es “legal”, aunque el contraste resulte paradójico, pues a Dilma Rousseff se le
puede seguir más rápido un juicio parlamentario a todas luces ilegal y amañado,
mientras se libra de culpas a políticos de alto nivel abierta y claramente
identificados en los “Papeles de Panamá”.
De otra parte, la CEPAL reconoce que lo
tradicional ha sido aumentar impuestos al consumo, así como otorgar un trato
excesivamente generoso en exoneraciones a las corporaciones extranjeras; pero
añade que lo esencial es incrementar los impuestos directos sobre las rentas,
rendimientos del capital, patrimonios y herencias.
Precisamente entre sus recomendaciones
está la de lograr al menos una relación del 20% entre los impuestos y el PIB,
así como elaborar una hoja de ruta de incrementos de un 5% anual; y,
además,“otorgar prioridad a la erradicación de la evasión y la elusión de
impuestos, mediante el compromiso de lograr una reducción del 50% en un plazo
de cinco años y una reducción del 75% en diez años”, con un plan regional de
acciones agresivas, con nuevas leyes tributarias y también el combate al uso de
paraísos fiscales.
La media de la recaudación tributaria en
América Latina entre 2000-2013 representa el 20% sobre el PIB; Brasil la
sobrepasa con el 36% y le siguen Argentina (31%), Bolivia (28%), Uruguay (27%),
Costa Rica (22%), Chile y Colombia (20%), porque los otros 11 países tienen
recaudaciones menores.
Además, en conjunto, 18 países
latinoamericanos no llegan al promedio de la recaudación de los 34 países de la
OCDE, que asciende al 34% del PIB. Por tanto, llama la atención que Ecuador
(19%), Nicaragua (19%) y Venezuela (14%), considerados entre los países con
gobiernos de nueva izquierda, tengan promedios de recaudaciones tributarias que
no llegan a la media latinoamericana sobre el PIB.
Esta situación induce a considerar que
los gobiernos progresistas y de nueva izquierda en América Latina han podido
controlar el poder del Estado con apoyo ciudadano, y a través de él, lograr
importantes transformaciones sociales, extendiendo servicios de salud,
educación, seguridad social, vivienda -de un amplio beneficio social-, así como
obras públicas y de infraestructura a favor de toda la nación.
Pero, al momento de destaparse la crisis
económica, los gobiernos progresistas demuestran que todavía no han topado a
las clases ricas, que falta una decisiva acción para imponer fuertes impuestos
a quienes concentran en exceso los ingresos y que la redistribución de la
riqueza merece radicalizar las políticas estatales.
Quito,
abril 15 de 2016
Fuentes Citadas:
- Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe
2015, http://goo.gl/J9a48P
- Evasión tributaria en América Latina: nuevos y antiguos desafíos en la
cuantificación del fenómeno en los países de la región, http://goo.gl/0zaUG2
- Panorama social de América Latina 2015. Documento Informativo, http://goo.gl/NCvf7v
- Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2016: las finanzas
públicas ante el desafío de conciliar austeridad con crecimiento e
igualdad, http://goo.gl/8jR9Ju
-Tributación para un crecimiento inclusivo, http://goo.gl/zRwLEs
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