Un gran acontecimiento histórico fue la visita del
presidente Barack Obama a Cuba. Su presencia, acompañado de una gran comitiva
con más de 20 miembros del Congreso estadounidense, empresarios, altos
funcionarios de su gobierno y el acompañamiento de su familia (esposa, dos
hijas y su suegra), es algo más que significativo en la vida de las
relaciones de Cuba y los Estados Unidos.
Adalberto Santana / Especial para Con
Nuestra América
Desde
Ciudad de México
Sin duda en nuestro continente han ocurrido una
serie de modificaciones en la vida política, económica, social y cultural de la
región continental que tal parece que los paradigmas tradicionales se han
modificado. Así, en los inicios del siglo XXI América Latina y el Caribe han
vivido aceleradas transformaciones políticas. Pero también en los EU se han
desarrollado los cambios, ahí en la potencia continental y mundial, se
han operado de manera particular. En ese escenario la realidad cotidiana
de la sociedad estadounidense muestra una nueva dinámica. Cada vez es más
evidente que las fuerzas y contingentes de los grupos emergentes van
configurando otra realidad. Por ejemplo, la diversidad cultural se hace
manifiesta e irrumpe en todos los escenarios. En el mundo cultural
estadounidense se muestra la fuerza de más de 55 millones de los llamados
latinos o hispanos. Gran parte de la clase obrera y trabajadora proviene de los
países latinoamericanos y otros tanto de los asiáticos y amplios grupos de
afroamericanos. Los sectores anglosajones tradicionales ya nos una minoría,
ahora la juventud estadounidense busca alternativas culturales y políticas. el
presidente Obama representa en el imaginario social de los EU a las nuevas
fuerzas emergentes. Su viaje a Cuba contradice el paradigma de la mafia
cubanoamericana.
En la capital estadounidense, en Washington, en la arena
deportiva Verizon el candidato de la ultraderecha republicana, Donald
Trump hace una reunión el pasado lunes 21 de marzo cuando Barack Obama se reúne
en La Habana con el presidente Raúl Castro. El candidato ultraderechista se
radicaliza prometiendo a romper relaciones con Cuba si llega a la
presidencia para fortalecer más sus posiciones conservadoras. Afuera de esa
arena deportiva me tocó ver a diversos manifestantes anti-Trump. Ahí están
reunidos miembros de las comunidades judía, palestina, latina y
afroamericana entre otros condenando su racismo y posturas xenofóbicas.
Diversos sectores estadounidense votan en respaldo
de Bernie Sanders, candidato auto proclamado socialista democrático dentro de
las filas del Partido Demócrata. Aspirante que muestra las nuevas tendencias de
la izquierda partidaria de los EU. Su aspiración seguramente se fortalecerá en
la medida que en el norte de EU se intensifique más que en el sur.
En tanto que el presidente Obama disfruta de La
Habana reuniéndose también con representantes de amplios sectores de la
sociedad cubana: principales dirigentes de la Iglesia católica, empresarios de
las empresas estatales y sector privado, emprendedores de los nuevos sectores
emergentes, deportistas, intelectuales e incluso opositores políticos. El mismo
Obama reconoce los grandes logros de la revolución en materia de salud,
educación y bienestar social de la población cubana.
La apertura y la serie de reformas realizadas por el
gobierno del presidente Raúl Castro, dinamizan varios sectores de la
economía. Así, figuran nuevos actores sociales y políticos que son los
nuevos activos de sociedad cubana. Crecen las capas medias y le dan una nueva
inercia a la modernización económica. En ese contexto por ejemplo, Google
ofrece internet de alta velocidad para Cuba. En su visita afirma Obama: “Estoy
aquí hoy para decir que Estados Unidos quiere ser vuestro socio”.
Palabras dirigidas tanto al sector estatal como a los nuevos emprendedores
cubanos.
Este nuevo acuerdo de ambos gobiernos, fortalece la
aspiración de levantar el bloqueo económico impuesto por el congreso
estadounidense. Sin duda, de lograrse antes de que el presidente afroamericano
deje la Casa Blanca, las relaciones de EU y Cuba y de hecho todas las
relaciones de Washington con los países latinoamericanos vivirá mejores
momentos en un plano mucho más horizontal que vertical como ha sido la
tradicional política estadounidense. Barack Obama sin duda pasará a la
historia continental, como el mandatario que comprendió y alentó la nueva
diversidad política y cultural estadounidense.
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