El escándalo mundial
suscitado por los llamados PAPELES DE
PANAMA ha puesto de manifiesto la realidad que vive el siglo XXI.
Arnoldo Mora Rodríguez / Especial para Con Nuestra América
La crisis estructural
del sistema económico imperante ha
traído como consecuencia el colapso del neoliberalismo impuesto por Reagan y
Thatcher. El capitalismo ha pasado de ser productivo a ser especulativo. Quien
domina el mundo ya no son los industriales sino los financistas. Parten de la
estulticia de que el dinero por sí solo produce riqueza. Olvidando el principio
establecido por el primer gran teórico del capitalismo, Adam Smith, quien
sostenía que SOLO el trabajo produce riqueza, esos pseudoeconomistas han convertido el mundo de las finanzas en un
casino. Ven en el Estado Social de Derecho su mayor obstáculo, por lo que han
excogitado estrategias,”legales” pero de dudosa moralidad, para socavar las
finanzas del Estado Social.
Así han proliferado los
paraísos fiscales en islas perdida en los océanos, o en pequeños países. Allí
se “lavan” los gigantescos capitales obtenidos gracias al narcotráfico, al tráfico de personas, al contrabando de armas
y a toda clase de contrabandos. Allí
tienen sus sucursales los grandes bancos, donde tienen a buen resguardo sus
ganancias los grandes monopolios
empresariales, los líderes políticos e, incluso, estrellas del deporte y el
entretenimiento. Es bien sabido que uno de los principales paraísos fiscales es
nuestra vecina del Sur. Nuestra “bucólica” Tiquicia ha sido denunciada por
organismos internacionales como un centro de lavado. Esta concepción
distorsionada de la economía ha llevado a la deflación que hoy corroe las
finanzas mundiales.
Pero los pueblos del
mundo entero han reaccionado; claman por una vida digna basada en la justicia
distributiva. Porque las raíces de la pobreza no son económicas sino políticas.
Hoy se produce mas riqueza que nunca en la historia, hasta el punto de que la
humanidad está en capacidad de
satisfacer todas las exigencias para una vida mejor debido a los avances
planetarios de la revolución
científico-técnológica.
Concretamente, en Costa
Rica el fracaso de esas políticas económicas
se muestra en el hecho de que, desde hace mas de 20 años en que se viene
aplicando la ideología neoliberal, no se ha podido disminuir la brecha de un
20% de pobreza, porque la riqueza es acaparada en menos y menos manos. Ahora
que se habla de imponer nuevas medidas tributarias para evitar el colapso de
las finanzas públicas, Hacienda reconoce que la evasión fiscal asciende a la
friolera de 2,48 billones de colones,
con lo que se podría pagar TODA la deuda pública. Si los millones que se sacan
del país se invirtieran aquí, este país saldría del subdesarrollo en una generación. Sin embargo, los paraísos
fiscales se convierten en un espejismo que obnubila la conciencia ética y
patriótica del gran capital criollo. Y para “legitimar“ese monstruoso fraude
fiscal tienen a sicarios jurídicos a su disposición.
Pero hoy vivimos la mas grande revolución política de la historia reciente, provocada por la comunicación digital, que ha convulsionado la política mundial. Ya no es tan fácil practicar una doble moral ni manipular a la opinión pública. El pueblo organizado debe recuperar su derecho inalienable a regir su propio destino y a vivir dignamente del trabajo que producen sus manos, hoy en buena medida usurpados por los poderes fácticos.
Pero hoy vivimos la mas grande revolución política de la historia reciente, provocada por la comunicación digital, que ha convulsionado la política mundial. Ya no es tan fácil practicar una doble moral ni manipular a la opinión pública. El pueblo organizado debe recuperar su derecho inalienable a regir su propio destino y a vivir dignamente del trabajo que producen sus manos, hoy en buena medida usurpados por los poderes fácticos.
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