sábado, 23 de abril de 2016

Colombia, pintando adioses a la guerra

El pasado martes 12 de abril se presentó en Santiago de Chile mi libro más reciente: “Colombia, pintando adioses a la guerra”. En un bello formato de la Editorial de la Radio de la Universidad de Chile y contando con una nutrida presencia, la obra fue presentada en la sala Máster de este prestigioso medio de comunicación de la capital chilena.

Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela

Las palabras de introducción estuvieron a carago del Director de la Radio y Premio Nacional de Periodismo, Juan Pablo Cárdenas, quien a su vez presentó a los excelentes comentaristas, Alejandro Toro, Director de la Fundación para una Nueva Vida (Funuvida) de Medellín, Colombia, así como Francisca Quiroga, cientista política e impulsora de la plataforma comunicacional Hora Constituyente y el periodista Patricio López, conductor  del programa Radioanálisis de la Universidad de Chile.

En el prólogo del libro, Gloria Flórez Schneider, defensora de derechos humanos, Directora de la asociación MINGA, ex parlamentaria andina y ex secretaria de gobierno de Bogotá expuso que “Este libro, que desde ya entrará a ser parte vital de la memoria histórica sobre los intentos de paz y los hechos de violencia, tiene como título: ´Colombia. Pintando adioses a la guerra` ofrece a los lectores la compilación de textos y artículos en momentos históricos definidos por su altísima complejidad.  En primer lugar, su autor, hace un recuento profundo sobre los antecedentes políticos más relevantes del país y las causas que dieron origen a la lucha armada, los procesos de paz frustrados de los 80, las negociaciones de los 90 que permitieron la Asamblea Nacional Constituyente y a la firma de un nuevo pacto social, la Constitución Política de 1991.

Recoge otro momento esencial,  el proceso de Paz de finales de los 90 y comienzos del siglo XXI con las FARC y el ELN, y en medio de ello, la puesta en marcha del Plan Colombia diseñado por los Estados Unidos bajo el pretexto de la lucha contra las drogas que le permitió a esa potencia incidir de manera directa en el conflicto armado y que desató una profundización de la confrontación bélica, unida a la regionalización del mismo, impactando a los países vecinos y a la América Latina y Caribeña en su conjunto.

 Y por último, a través de artículos sobre acontecimientos y hechos relevantes que marcaron el devenir del actual proceso de paz, el profesor Sergio Rodríguez Gelfenstein, nos convoca a profundizar sobre las implicaciones de la paz y la guerra en Colombia, los actores y protagonistas nacionales e internacionales, las complejidades de un conflicto que traspasó las fronteras con los países vecinos, la crisis de la frontera colombo venezolana, y la contribución de los gobiernos de América Latina para construir el escenario de estos últimos diálogos que le pondrán fin al conflicto más antiguo del hemisferio occidental que ha transcurrido durante seis décadas dejando a su paso más de 6 millones de víctimas, entre muertos, desaparecidos y desplazados”.

En la introducción al texto exteriorizo que: “La vida me permitió ser testigo excepcional de las guerras centroamericanas de finales de la década de los setenta y los ochenta del siglo pasado, en particular en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, tres países donde las fuerzas insurgentes se convirtieron en partidos políticos legales para participar en elecciones libres y democráticas después de extirpar las dictaduras y los gobiernos autoritarios de la región. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua que había llegado al poder en 1979 a través de la vía armada, lo entregó pacíficamente en 1990 tras ser derrotado en las urnas electorales, regresando al gobierno por el mismo camino en 2007, conservándolo hasta hoy. De igual manera,  el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador (FMLN) llegó al gobierno por primera vez en 2009, repitiendo su victoria en 2014.  La Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG), participa activamente en la vida política de su país. Los acuerdos de paz permitieron así mismo, que los grupos paramilitares de derecha en unos casos, como los movimientos revolucionarios en otros, fueran desmovilizados.

En todos estos ejemplos, los procesos de lucha armada concluyeron después de procesos de negociación que buscaron la paz y la reconciliación entre las partes. Los gobiernos entendieron que era imposible la derrota militar del enemigo, y las fuerzas insurgentes, por su parte, que no iban a lograr el asalto al poder por la vía armada. Ello condujo a  difíciles negociaciones entre contendientes que llevaban años enfrentados en sangrientas conflagraciones. Las fuerzas revolucionarias comprendieron que la lucha armada no podía ser entendida como un fin, sino como un medio que los podía llevar a obtener los objetivos políticos que no podían conseguir a través de la presencia política en sociedades en las que las oligarquías habían cerrado el espacio en medio de feroces acciones emprendidas contra la participación de estas fuerzas.

Habiendo participado en algunos de estos procesos, imbuido de estas experiencias y del estudio de su derrotero y desenlace, comprendí, ya en las postrimerías del siglo XX, que Colombia debía transitar el mismo camino. Este libro es una recopilación de artículos, conferencias y escritos que recogen lo que desde ese momento se transformó en una perseverante apuesta por la paz en Colombia a través de la negociación y el diálogo. Con el desarrollo de los acontecimientos en el país, y en la medida de la mutación de la realidad regional y global, los argumentos se fueron adaptando a lo que se consideraba más útil y propicio para encontrar soluciones en cada momento. Es probable que el lector detecte que en algunos casos hay repetición de las ideas, pero ello se debe al afán de dar continuidad y persistencia a los argumentos en el marco de la historia que se va relatando.

Como el lector podrá constatar, precisamente la paz es el eje conductor de este libro. El primer trabajo es de febrero del año 2000. A partir de ahí, a través de los años se expondrán ideas que coadyuven a enfrentar exitosamente un proceso de paz sin dejar de observar las condiciones en que las que se desarrolla la vida política cotidiana del país.

Asimismo, debe considerarse que todos estos escritos vieron la luz en Venezuela, país que por compartir una frontera terrestre abierta de 2219 Km. con Colombia, no puede vivir ajeno a los avatares de la acción guerrillera, como de los otros flagelos que afectan al vecino país, tales como el narcotráfico, el paramilitarismo, el contrabando y la acción de bandas de delincuencia organizada, todas las cuales han sobrepasado los límites territoriales, transformándose en mayor o menor medida en hechos que van copando la cotidianidad de este país. A diferencia de otros países, incluso latinoamericanos, es imposible para Venezuela, desprenderse de los acontecimientos de Colombia, en especial los que motivan este libro.

En sus palabras, Alejandro Toro admitió que le llamó  la atención “las costuras académicas que unen las reflexiones del libro como la fundamentación teórica en James Rosenau y las fuentes de la turbulencia que dibujan la realidad colombiana, así como los ejemplos de Centro América y sus coincidencias con el caso del Colombia que entre actores y causas, da visión que seguramente tendrá detractores, defensores y quienes deseen hacerle anexos, pero en el que se halla como punto común la existencia de causas objetivas que iniciaron el conflicto armado, las que tienen que ver con un conflicto social al que los gobiernos no pudieron dar una respuesta real y estructural” y agregó para finalizar: “Finalmente tenemos 50 páginas que van desde artículos como “La frontera caliente entre Colombia y Venezuela”, hasta “La paz no puede tener plazos” que se convierten en un verdadero diario de Colombia, que permite percibir el seguimiento pormenorizado de la realidad política, social, económica y académica del país, pero en el que se deja entrever el hilo emocional del autor, que ve los diálogos de la Habana con una pasión de historiador y hombre que se adivina en un momento fundamental del devenir de nuestro tiempo”.

Por su parte la cientista política Francisca Quiroga enfatizó en la relevancia que el tema (del libro) ha tenido para todo el continente y dijo que “es muy importante, porque este conflicto, que tiene más de 50 años, crea también la discusión sobre las nociones de Estado, democracia y distribución del poder”.

"Esto ha tenido efectos en  América Latina. Recordemos, por ejemplo, que la lucha contra el narcotráfico se enmascara con el Plan Colombia, por parte de Estados Unidos, y tenía que ver con una mirada geopolítica y con ciertos modos de control del poder dentro de la región. Por lo tanto, Colombia también puede ser un pretexto, a veces, para la lógica de exterminio, de los guerrilleros en este caso, y de no pensar la región en términos de la democracia que tenemos. Es un conflicto que América Latina debe mirar como una gran deuda”, añadió la también profesora de la Academia Diplomática de Chile.

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