El
pasado martes 12 de abril se presentó en Santiago de Chile mi libro más reciente:
“Colombia, pintando adioses a la guerra”. En un bello formato de la Editorial
de la Radio de la Universidad de Chile y contando con una nutrida presencia, la
obra fue presentada en la sala Máster de este prestigioso medio de comunicación
de la capital chilena.
Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra
América
Desde Caracas,
Venezuela
Las
palabras de introducción estuvieron a carago del Director de la Radio y Premio
Nacional de Periodismo, Juan Pablo Cárdenas, quien a su vez presentó a los
excelentes comentaristas, Alejandro Toro, Director de la Fundación para una
Nueva Vida (Funuvida) de Medellín, Colombia, así como Francisca Quiroga,
cientista política e impulsora de la plataforma comunicacional Hora
Constituyente y el periodista Patricio López, conductor del programa Radioanálisis de la Universidad
de Chile.
En
el prólogo del libro, Gloria Flórez Schneider, defensora de derechos humanos,
Directora de la asociación MINGA, ex parlamentaria andina y ex secretaria de
gobierno de Bogotá expuso que “Este libro, que desde ya entrará a ser parte
vital de la memoria histórica sobre los intentos de paz y los hechos de
violencia, tiene como título: ´Colombia. Pintando adioses a la guerra` ofrece a
los lectores la compilación de textos y artículos en momentos históricos
definidos por su altísima complejidad.
En primer lugar, su autor, hace un recuento profundo sobre los
antecedentes políticos más relevantes del país y las causas que dieron origen a
la lucha armada, los procesos de paz frustrados de los 80, las negociaciones de
los 90 que permitieron la Asamblea Nacional Constituyente y a la firma de un
nuevo pacto social, la Constitución Política de 1991.
Recoge
otro momento esencial, el proceso de Paz
de finales de los 90 y comienzos del siglo XXI con las FARC y el ELN, y en
medio de ello, la puesta en marcha del Plan Colombia diseñado por los Estados
Unidos bajo el pretexto de la lucha contra las drogas que le permitió a esa
potencia incidir de manera directa en el conflicto armado y que desató una
profundización de la confrontación bélica, unida a la regionalización del
mismo, impactando a los países vecinos y a la América Latina y Caribeña en su
conjunto.
Y por último, a través de artículos sobre
acontecimientos y hechos relevantes que marcaron el devenir del actual proceso
de paz, el profesor Sergio Rodríguez Gelfenstein, nos convoca a profundizar
sobre las implicaciones de la paz y la guerra en Colombia, los actores y
protagonistas nacionales e internacionales, las complejidades de un conflicto
que traspasó las fronteras con los países vecinos, la crisis de la frontera
colombo venezolana, y la contribución de los gobiernos de América Latina para
construir el escenario de estos últimos diálogos que le pondrán fin al
conflicto más antiguo del hemisferio occidental que ha transcurrido durante
seis décadas dejando a su paso más de 6 millones de víctimas, entre muertos,
desaparecidos y desplazados”.
En
la introducción al texto exteriorizo que: “La vida me permitió ser testigo
excepcional de las guerras centroamericanas de finales de la década de los
setenta y los ochenta del siglo pasado, en particular en Nicaragua, El Salvador
y Guatemala, tres países donde las fuerzas insurgentes se convirtieron en
partidos políticos legales para participar en elecciones libres y democráticas
después de extirpar las dictaduras y los gobiernos autoritarios de la región.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua que había
llegado al poder en 1979 a través de la vía armada, lo entregó pacíficamente en
1990 tras ser derrotado en las urnas electorales, regresando al gobierno por el
mismo camino en 2007, conservándolo hasta hoy. De igual manera, el Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional de El Salvador (FMLN) llegó al gobierno por primera vez en 2009,
repitiendo su victoria en 2014. La Unión
Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG), participa activamente en la vida
política de su país. Los acuerdos de paz permitieron así mismo, que los grupos
paramilitares de derecha en unos casos, como los movimientos revolucionarios en
otros, fueran desmovilizados.
En
todos estos ejemplos, los procesos de lucha armada concluyeron después de
procesos de negociación que buscaron la paz y la reconciliación entre las
partes. Los gobiernos entendieron que era imposible la derrota militar del
enemigo, y las fuerzas insurgentes, por su parte, que no iban a lograr el
asalto al poder por la vía armada. Ello condujo a difíciles negociaciones entre contendientes
que llevaban años enfrentados en sangrientas conflagraciones. Las fuerzas
revolucionarias comprendieron que la lucha armada no podía ser entendida como
un fin, sino como un medio que los podía llevar a obtener los objetivos
políticos que no podían conseguir a través de la presencia política en
sociedades en las que las oligarquías habían cerrado el espacio en medio de
feroces acciones emprendidas contra la participación de estas fuerzas.
Habiendo
participado en algunos de estos procesos, imbuido de estas experiencias y del
estudio de su derrotero y desenlace, comprendí, ya en las postrimerías del
siglo XX, que Colombia debía transitar el mismo camino. Este libro es una
recopilación de artículos, conferencias y escritos que recogen lo que desde ese
momento se transformó en una perseverante apuesta por la paz en Colombia a
través de la negociación y el diálogo. Con el desarrollo de los acontecimientos
en el país, y en la medida de la mutación de la realidad regional y global, los
argumentos se fueron adaptando a lo que se consideraba más útil y propicio para
encontrar soluciones en cada momento. Es probable que el lector detecte que en
algunos casos hay repetición de las ideas, pero ello se debe al afán de dar
continuidad y persistencia a los argumentos en el marco de la historia que se
va relatando.
Como
el lector podrá constatar, precisamente la paz es el eje conductor de este
libro. El primer trabajo es de febrero del año 2000. A partir de ahí, a través
de los años se expondrán ideas que coadyuven a enfrentar exitosamente un
proceso de paz sin dejar de observar las condiciones en que las que se
desarrolla la vida política cotidiana del país.
Asimismo,
debe considerarse que todos estos escritos vieron la luz en Venezuela, país que
por compartir una frontera terrestre abierta de 2219 Km. con Colombia, no puede
vivir ajeno a los avatares de la acción guerrillera, como de los otros flagelos
que afectan al vecino país, tales como el narcotráfico, el paramilitarismo, el
contrabando y la acción de bandas de delincuencia organizada, todas las cuales
han sobrepasado los límites territoriales, transformándose en mayor o menor
medida en hechos que van copando la cotidianidad de este país. A diferencia de
otros países, incluso latinoamericanos, es imposible para Venezuela,
desprenderse de los acontecimientos de Colombia, en especial los que motivan
este libro.
En
sus palabras, Alejandro Toro admitió que le llamó la atención “las costuras académicas que unen
las reflexiones del libro como la fundamentación teórica en James Rosenau y las
fuentes de la turbulencia que dibujan la realidad colombiana, así como los ejemplos
de Centro América y sus coincidencias con el caso del Colombia que entre
actores y causas, da visión que seguramente tendrá detractores, defensores y
quienes deseen hacerle anexos, pero en el que se halla como punto común la
existencia de causas objetivas que iniciaron el conflicto armado, las que
tienen que ver con un conflicto social al que los gobiernos no pudieron dar una
respuesta real y estructural” y agregó para finalizar: “Finalmente tenemos 50
páginas que van desde artículos como “La frontera caliente entre Colombia y
Venezuela”, hasta “La paz no puede tener plazos” que se convierten en un
verdadero diario de Colombia, que permite percibir el seguimiento pormenorizado
de la realidad política, social, económica y académica del país, pero en el que
se deja entrever el hilo emocional del autor, que ve los diálogos de la Habana
con una pasión de historiador y hombre que se adivina en un momento fundamental
del devenir de nuestro tiempo”.
Por
su parte la cientista política Francisca Quiroga enfatizó en la relevancia que
el tema (del libro) ha tenido para todo el continente y dijo que “es muy
importante, porque este conflicto, que tiene más de 50 años, crea también la
discusión sobre las nociones de Estado, democracia y distribución del poder”.
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