El resurgir de la voracidad hegemónica vuelve, en
forma y contenido, a épocas de la Guerra Fría. Y en el Perú empieza
a reactivarse con miras a las elecciones del 2021, teniendo como
consigna frenar toda presencia de la izquierda y movimientos y organizaciones
progresistas que puedan ¨amenazar¨ con posicionarse en el gobierno.
José Toledo
Alcalde / Para Con Nuestra América
Carlos Tubino, congresista peruano. |
Imposible no recordar la nefasta consigna vociferada
por doquier en El Salvador entre los años ‘70 y ‘80 “Haga patria, mate un cura;
haga nación, mate al obispo (cabrón)”. Imposible no traer a memoria la
sanguinaria persecución inquisitoria de los escuadrones de la muerte contra
toda persona que osó levantar su voz en contra de una de las más salvajes
historias de asesinatos de América Latina y el Caribe. El ayer denunciado,
asesinado como “terrorista comunista” y rechazado por el Vaticano es hoy Óscar Romero, «el santo de América».
Escuchar al “ïndignado”, congresista, vocero de Fuerza Popular, partido político peruano
fujimorista, Vicealmirante (r) Carlos Tubino, cuestionando las declaraciones del
Cardenal Pedro Barreto, por decir lo mínimo, nos produce arcadas. Con mayor
razón aún cuando esta reacción se enmarca en un contexto histórico vivido
dramáticamente hace más de cuarenta años en América Latina y el Caribe como lo
veremos brevemente más adelante.
El Cardenal Barreto, sucesor del prelado Juan Luis
Cipriani, señaló: “El partido que tenía mayoría en el Congreso, [Fuerza
Popular] y que pudo hacer muchísimo por el país, por motivaciones subalternas u
otros intereses, no lo ha hecho. Fuerza Popular nunca ha querido el bien del Perú, esto hay que
decirlo con claridad porque si hubiesen querido el bien del país hubieran hecho
muchísimas cosas”.[1]
La respuesta del vocero Tubino no se dejó esperar.
En su cuenta de twitter [@TubinoCarlos] apuntó: “Innecesario y Absurdo q un Prelado d la
Iglesia Católica haga comentarios d la Política Barata d nuestro país! Un
Cardenal no entra a esos temas, está p encima d ellos, puede dar comentarios
sobre el comportamiento q se espera d los políticos, exhortándolos a cambiar d
actitud!!” (twitter 10/02/19 , 14:10pm)
Al día siguiente, 11/02/19, desde su misma cuenta en
twitter, el “ïndignado” congresista Tubino, sostuvo: ¨El Cardenal no debe descender al nivel
de la política de la política de la confrontación. Su función está muy por
encima, debe darnos un mensaje de evangelización y reconciliación a los
políticos¨.
El día 13/02/19, el Diario Oficial el Peruano,
publicó una nueva nota del partido Fuerza Popular: “No se necesita para un
prelado de la Iglesia católica y recién nombrado, descender a lo que es el
nivel de la política peruana. Le corresponde estar por encima de todas estas
luchas políticas (…) Su misión pastoral es justamente darnos una evangelización
a los políticos, de todas las corrientes políticas. El Perú necesita
reencontrarse y necesita algo más importante, reconciliarse¨.[2]
Como no recordar, y releer el comportamiento del “ïndignado” Tubino, a la luz del encuentro de Juan Pablo II con el Monseñor Oscar Arnulfo
Romero en Roma (1979)[3]
y con el Sacerdote, ex Ministro de Cultura nicaragüense, Ernesto Cardenal
(1983). A Cardenal le ordeno: “Usted debe regularizar su situación” debido a su
participación en el Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN) y el
cargo que ocupaba en el gobierno.
Las sombras anquilosadas en un traumático pasado en
Polonia lo perseguían a Juan Pablo II.
Para Ernesto Cardenal “lo que más le disgustaba al Papa de la revolución de Nicaragua es que
fuera una revolución que no perseguía a la Iglesia. El hubiera querido un
régimen como el (sic) Polonia, que era anticatólico en un país mayoritariamente
católico, y por lo tanto impopular. Lo que menos quería era una revolución
apoyada masivamente por los cristianos como la nuestra, en un país cristiano, y
por lo tanto una revolución muy popular. ¡Y lo peor de todo para él que fuera
una revolución con sacerdotes! ”. [4]
La calidad del argumento vertido en contra del
Cardenal Barreto nos hace recordar los manuales del terror impartidos en los
claustros del laboratorio de exterminio militar la ex “Escuela de Las
Américas”, hoy Instituto del Hemisferio
Occidental para la Cooperación en Seguridad (Western Hemisphere
Institute for Security Cooperation).
En esa línea de pensamiento, la idea que todo
religioso, religiosa, que se mete en política es comunista (entiéndase
terrorista). Este formato acompaña la historia del pueblo de fe que hicieron
del servicio al prójimo su único instrumento de evangelización. ¿Será esto un
refrito reflexivo? Lamentablemente no! La historia del hegemón, cíclico,
repetitivo, en permanente y monstruosa metamorfosis, se repite una y otra vez.
Caso contrario ¿podríamos explicar la razón por la cual, en la actual coyuntura
de bloqueo económico, financiero, comercial y conspiración permanente, por la cual atraviesa la Republica
Bolivariana de Venezuela, es Elliott Abrams, genocida makartista, responsable
de cientos de asesinatos en Guatemala (1990), hombre clave de la conspiración
norteamericana contra Venezuela?
En palabras del Secretario de Estado de Estados
Unidos, Mike Pompeo, sobre la elección de Elliott Abrams: ¨La pasión de Elliott por los derechos y
libertades de todos los pueblos le hacen la persona perfecta y una
incorporación valiosa y oportuna. […] Elliott será un verdadero activo para
nuestra misión de ayudar a los venezolanos a restaurar plenamente la democracia
y la prosperidad de su país¨.[5] Es dentro de este contexto global de
arremetida hegemónica en el cual el comportamiento del “ïndignado” Tubino encuadra así como la reacción de la ultraderecha peruana y de
la región.
La ideología inquisitoria makartista nunca cesó. El
resurgir de la voracidad hegemónica vuelve, en forma y contenido, a épocas de
la Guerra Fría. Y, el Perú –desde el auto golpe de Estado de 1993 amparado en
la Constitución de la Republica aún vigente-
empieza a reactivarse con miras a
las elecciones del 2021, teniendo como consigna frenar toda presencia de la
izquierda y movimientos y organizaciones progresistas que puedan ¨amenazar¨ con
posicionarse en el gobierno.
El peligroso comportamiento del “ïndignado” Tubino nos hace recordar, así como lo sucedido con Ernesto Cardenal,
el encuentro de Juan Pablo II con Mons. Romero.
Cuando Juan Pablo II se encuentra con Mons. Romero, en medio del gentío
en la Plaza San Pedro, sin haber sido recibido en audiencia, Monseñor se
presentó: “Soy Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador”. Juan Pablo II
respondió: “Cuidado con el comunismo”. Monseñor replicó: “Sí, Santidad, es
verdad que hay que tener cuidado con el comunismo, pero tal vez el comunismo no
es igual en Polonia que en El Salvador. En mi país, en cuanto hablamos de la
Doctrina Social de la Iglesia, nos tildan de comunistas”. Juan Pablo II
reaccionó: “Cuidado con el comunismo”.[6]
En la línea de Juan Pablo II, el “ïndignado” Tubino hizo y seguirá haciendo lo mismo con todo religioso o religiosa
que ose denunciar toda injusticia en
nombre de Dios y del pueblo excluido históricamente. Las humillaciones de Juan
Pablo II en contra de Ernesto Cardenal y Mons. Romero las repite el “ïndignado” Tubino contra la figura del Cardenal Barreto.
Protocolarmente, el Cardenal Barreto no tardó en
responder las reacciones del “ïndignado” Tubino: ¨ LA
BUENA POLÍTICA ESTÁ AL SERVICIO DE LA PAZ. El titular periodístico: “Fuerza
Popular nunca ha querido el bien del Perú” – que recoge parte de mis
declaraciones a Radio Cutivalú–, es una generalización que, por justicia, debo
precisar. Reconozco y respeto a los miembros de dicho partido, que han asumido
responsablemente su función pública, mirando el bien de nuestra sociedad. Ellos
procuran con buena voluntad responder a la esperanza que muchos en nuestro
pueblo pusieron y ponen aún en dicha agrupación. Insisto únicamente en que el
cambio hacia una mejor actitud de servicio al país repercutirá no sólo en la
recuperación de un grupo político, sino en la dignificación de la política
nacional. El Papa nos lo ha recordado el 1 de enero: La buena política está al
servicio de la paz. Cardenal Pedro Barreto Jimeno, S.J. Arzobispo de Huancayo.
Tubino respondió: "Recibimos con alegría este
Comunicado del Cardenal Barreto, exhortándolo
a liderar en el Perú el camino hacia la Reconciliación d [sic]
nuestra Sociedad, q deberíamos alcanzar al conmemorarse el
Bicentenario d nuestro País. Estoy seguro q Fuerza Popular acompañará este
emprendimiento!!"[7]
Este intercambio protocolar de disculpas no cambia
en nada lo expresado por el Cardenal Barreto y la postura ideológica del “ïndignado” Tubino, vocero de Fuerza Popular.
¿Con que autoridad el “ïndignado” Tubino le da indicaciones de cómo proceder al Cardenal Barreto? ¿Por
qué no actuó de la misma manera cuando su estrecho amigo el ex Cardenal Juan
Luis Cipriani hacia abiertamente apología de los grupos de poder (empresarial,
financiero y político) encubriendo su defensa con ropaje de evangelio?
Ante la insistencia de Juan Pablo II de guardar
armonía con el gobierno salvadoreño por ser un gobierno católico, Mons. Romero
respondió: “No puede haber armonía con un gobierno que ataca al pueblo, la
misión de la Iglesia es defender al pueblo, no puede haber buenas relaciones
con un gobierno que tiene malas relaciones con el pueblo (…) Tanto me insistió
(…) que me atreví a decirle: Santo Padre, Jesús nos dijo que no había venido a
traer paz, sino espada. Pero el Santo Padre me respondió: No exagere, señor
arzobispo, no exagere. ¡Ustedes deben entenderse con el gobierno! Un buen
cristiano no le crea problemas a la autoridad...La Iglesia quiere paz y
armonía”. [8]
Que cerca de Juan Pablo II se encuentra el vocero de
Fuerza Popular Tubino pero cuán lejos, estratosféricamente distante, se
encuentra de la práctica y el espíritu jesuánico
de los evangelios.
Pareciera que el “indignado” Tubino no asistió a las clases de biblia en la escuela de
los padres jesuitas caso contrario hubiese, por lo menos, leído la visita de
Jesús al Templo en Jerusalén: ¨Jesús entró en el templo[a] y echó de allí a todos los que compraban y vendían.
Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían
palomas. «Escrito está —les dijo—: “Mi
casa será llamada casa de oración”; pero ustedes la están convirtiendo en
“cueva de ladrones”».Se le acercaron en el templo ciegos y cojos, y los
sanó. Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron
que hacía cosas maravillosas, y que los niños gritaban en el templo: « ¡Hosanna
al Hijo de David!», se indignaron
[1]
Gestión. Declaraciones del cardenal
Barreto sobre Fuerza Popular generan polémica en el parlamento. https://gestion.pe/peru/politica/declaraciones-cardenal-barreto-fuerza-popular-generan-polemica-parlamento-nndc-258294
10/02/19.
[2]
Diario Oficial El Peruano. Fuerza popular
responde a Barreto. https://elperuano.pe/noticia-fuerza-popular-responde-a-barreto-75646.aspx
13/02/19.
[3] Leonardo Boff. El encuentro (desencuentro) del obispo Oscar A. Romero con el Papa Juan
Pablo II. https://leonardoboff.wordpress.com/2014/05/21/el-encuentrodesencuentro-del-obispo-oscar-a-romero-con-el-papa-juan-pablo-ii/ 21/05/14.
[4] Ernesto Cardenal. Historias de Juan Pablo II. Lo que pasó con
el Papa en Nicaragua. En www.voltairenet.org https://www.voltairenet.org/article124517.html
[5] Amy Goodman (Democracy Now!). Entrevista a Allan Nairn, periodista de
investigación. En:
Rebelión https://www.rebelion.org/noticia.php?id=252319 09/02/19.
[6]Luis Luque. Juan Pablo II animó a Mons. Romero a trabajar por la paz. En Aceprensa https://www.aceprensa.com/articles/juan-pablo-ii-animo-mons-romero-trabajar-por-la-paz/
28/05/15.
[7] RPP. Pedro Barreto se pronunció tras las críticas a sus declaraciones sobre
Fuerza Popular
[8]María López Vigil. El día en que Juan Pablo II humilló a
Monseñor Romero. En: Confidencial https://confidencial.com.ni/el-dia-en-que-juan-pablo-ii-humillo-a-monsenor-romero/ 13/08/º8. Jorge Frisancho. Juan Pablo II a
Óscar Romero: No quiero escucharte. En: La Mula https://redaccion.lamula.pe/2014/04/27/juan-pablo-ii-a-oscar-romero-no-quiero-escucharte/jorgefrisancho/
27/04/14.
No hay comentarios:
Publicar un comentario