sábado, 16 de febrero de 2019

Argentina: Entrando en pánico

La mayoría de las personas en Argentina está endeudada con tarjetas de crédito que cobran casi el 100% de tasa nominal anual, para pagar servicios o comprar alimentos. Duplican la desbocada inflación que se viene soportando (entre enero 2018 y enero 2019, 48,7%, según la estadística que llevan los gremios de trabajadores), aunque sólo sea superada por las tarifas de servicios que se multiplicaron hasta diez veces.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Las encuestas les dan mal, las propias y ajenas. Todas van en picada. Eso los pone nerviosos. Tan nerviosos que, como un barco a punto de hundirse, lo abandonan las ratas. La alianza Cambiemos comienza a desbandarse, dejando solo a Macri para su reelección, como si sufriera de halitosis. Hasta su principal aliado y gestor del triunfo nacional, la UCR, quiere ir a elecciones por separado.

Desde luego que, en un país generoso como Argentina, siempre quedan recursos para los predadores enquistados en el poder y, desde los estrados tuertos de la justicia siempre están pugnando por más. De allí la preocupación por mantenerse, conservar, perdurar, reelegirse a cuenta de lo que sea. Lo que sea incluye fraude, por supuesto, en consecuencia con la eterna y reiterada mentira. 

Por un lado, porque sin participación en el gobierno quedaron relegados a convidados de piedra. Por otro, porque como todo lo hicieron mal, no quieren cargar con esa pesada herencia. Sin embargo, esto no es nuevo. Hace rato que Ricardo Alfonsín rompió lanzas y reclama ir por separado. Pero ahora ha ocurrido algo inesperado, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, presidente de la UCR nacional, hasta ayer orgulloso del cambio y su querido presidente, no quiere saber nada. A pesar de ello, a contrapelo de sus personales elucubraciones, de paso otra vez por EEUU vuelve a adelantar el nuevo triunfo de Macri. Letanía con la que intentan asegurar el rumbo de sus intereses comerciales propios, único cometido de la gestión Cambiemos. Porque, cuando toda la sociedad está bajo la línea de flotación, él y su familia son exitosos.

Desde luego que allí ha desdoblado las elecciones y elegido su delfín sucesor, el actual intendente de la Ciudad de Mendoza, Rodolfo Suárez. También ya salió con los tapones de punta el intendente de Luján de Cuyo, Omar De Marchi, como PRO de primera hora como precandidato a gobernador de la provincia. En rueda de prensa todos se han mostrado exultantes y felices, cuando se sabe que, en política, las sonrisas siempre son fingidas, por no decir falsas.

De todos modos, un año electoral es momento de pasarle el plumero a las ambiciones y, como las inversiones en política siempre significan dividendos en el gobierno, todo se presenta prometedor aunque el pueblo esté hambreado, su horizonte cotidiano sea llevar el pan a la mesa y tenga el ánimo por el suelo.

Aunque suene reiterativo, la mayoría de las personas en Argentina está endeudada con tarjetas de crédito que cobran casi el 100% de tasa nominal anual, para pagar servicios o comprar alimentos. Duplican la desbocada inflación que se viene soportando (entre enero 2018 y enero 2019, 48,7%, según la estadística que llevan los gremios de trabajadores), aunque sólo sea superada por las tarifas de servicios que se multiplicaron hasta diez veces. Endeudamiento exponencial de las familias y los pequeños empresarios imposible de dimensionar. Algo infernal, diabólicamente ideado bajo el rótulo de eliminación de subsidios y dolarización, epítetos sarcásticos que ocultan una destrucción económica, pero sobre todo, una desarticulación social sin precedentes que tiene como telón de fondo las desopilantes declaraciones de los funcionarios a cargo, cuando no, las del primer magistrado – último o primer responsable de la catástrofe – quien sonríe a un punto tan ausente como su sensibilidad social: “juntos lo estamos logrando”.

No obstante, el FMI responsable de lo realizado y fiel custodio de cada dólar prestado, comienza a tener reuniones con posibles futuros gobernantes, como es Roberto Lavagna, ministro de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, no sólo para pedirles un diagnóstico de la situación actual, sino para asegurarse la continuidad de las políticas de ajustes conforme lo planificado para el nuevo período a iniciarse en diciembre del corriente, sea del oficialismo o de la oposición.

De modo que, aunque los niños ricos entren en pánico, el equipo de Christine Lagarde, va por más.

Quien todavía no se decide a postularse para ningún cargo, es la otra Cristina, la dos veces presidenta, a la que quieren poner entre rejas y no pueden por más triquiñuelas jurídicas que hacen, la que pastorea como dueña y señora de las pampas chatas. A contrapelo del oficialismo, va primera en todas las encuestas, propias y ajenas. Sobre todo, las oficialistas que ofician como gran movilizador de acciones. Saben que el sueño porteño y capitalino tiene fecha de vencimiento. Saben de todo esto y mucho más, pero… no les alcanza.

Se agradece la divulgación de nuestro proyecto de comunicación y el reenvío de este resumen.

¡Saludos desde Costa Rica!

Andrés Mora Ramírez                                              

Editor

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