Cada día crecen las voces que en este tema tan sensitivo y polémico, consideran que es posible alinear los intereses de la sociedad y las preocupaciones éticas que despierta esta peligrosa tecnología, con el desarrollo de la ciencia moderna.
Pedro Rivera Ramos / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
Desde los mismos inicios de la civilización, los seres humanos a través de la domesticación y el cruzamiento selectivo, comenzaron a manipular genéticamente a las distintas razas y especies de animales y plantas conocidas, con la finalidad de provocarles cambios o modificaciones que sirvieran a sus intereses y necesidades. Más tarde, a principios del siglo pasado, la humanidad descubriría una serie de técnicas y procedimientos científicos que llamaría ingeniería genética, que le permiten en un laboratorio alterar directamente el genoma de cualquier ser vivo, mediante la modificación o recombinación de su ADN y otros ácidos nucleicos. Entre los años 2005-2012 a estas técnicas se le uniría la herramienta CRISPR/Cas9, que son como una sonda y unas tijeras moleculares, capaces de llegar a un sitio específico para cortar y pegar pedazos de material genético, en el genoma de cualquier célula.