Rechazados por todos, incluso por aquellos a los que hubiese estado destinado el fruto de sus sacrificios, los migrantes centroamericanos se encuentra en un limbo que más se asemeja al infierno.
Rafael Cuevas Molina/ Presidente AUNA-Costa Rica
En nuestros tiempos, ser migrante es un estigma. En ellos se expresan las enormes falencias y contradicciones que nos agobian, las guerras devastadoras; las grandes hambrunas; las catástrofes producidas por el cambio climático; el desempleo; las epidemias; la violencia del crimen organizado. Se trata de grandes desplazamientos forzados y no, cómo el otrora vicepresidente de Guatemala Jafeth Cabrera dijera alguna vez, de gente que se va de su país “porque quiere”, como si de ir de vacaciones se tratara.