En Mesoamérica, se
desarrolla una partida de ajedrez geopolítico -interrumpida solamente por la
resistencia, aislada y dispersa, de pueblos indígenas y algunos movimientos
sociales- en la que se decide el control y explotación de recursos naturales,
mano de obra y el control de vías estratégicas. El dominio de la Cuenca del
Caribe, del Puerto de Miami al Canal de Panamá, forma parte de esa disputa.
Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica
Barack Obama visitó el Puerto de Miami. El dominio de la Cuenca del Caribe es clave para EE.UU. |
El anuncio de la visita
del presidente Barack Obama a Costa Rica, prevista para el próximo mes de mayo,
rápidamente ha generado un ingenuo entusiasmo –que casi raya en chovinismo- en
el gobierno y la diplomacia costarricense: mientras, por un lado, se afirma que
la gira tiene como propósito “estrechar sus relaciones con el Istmo”, por el
otro, el canciller Enrique Castillo se apresuró a afirmar que se trata de “un
reconocimiento al liderazgo del país y de la presidenta, Laura Chinchilla en la
región” (La
Nación, 27-03-2013).
Sin embargo, lejos de
representar un visto bueno para la cuestionada gestión de la presidenta
Chinchilla, para el rumbo político y económico neoliberal que sigue el país
desde hace varios lustros, o para exaltar una pretendida buena vecindad, la presencia de Obama se explica por razones mucho
más estratégicas y geopolíticas: parafraseando el viejo adagio, diríamos que
hoy, en Mesoamérica, todos los caminos conducen al Canal de Panamá.