Sé que la vida no es justa ni injusta, pero eso no ha impedido que en innumerables ocasiones sienta una opresión en el pecho que sólo se disipa cuando digo lo que allí se quedó trabado: «Qué pena que fuiste vos, que te agarraron a vos. Si me hubieran agarrado a mí, todos habrían salido ganando, en particular Guatemala».
Carlos Arturo Molina Loza
Agradecemos el envío del texto a nuestro colaborador Carlos Figueroa Ibarra.
El hombre es un ser abierto al mundo y, entre lo que aparece ante él, entre todas las cosas, aparecen «otros» hombres; hombres que a su vez son libres y deciden, actúan, hacen. Este hacer es un hacer que también los trasciende y los hace estar abiertos al futuro y a la vez abiertos hacia mí. En el hacer social nuestras acciones se funden y siempre mi hacer individual está untado de «otros». Este formar parte los otros hombres de mi mundo, hace que estén dentro del campo de mis decisiones, de mí decidir, de mi libertad: por lo tanto debo necesariamente ubicarlos en «mi jerarquía de valores». Les concedo un valor, los valoro. Es evidente que un hombre solo en el mundo no sería valioso, excepto por él mismo. El hombre tiene valor porque los demás hombres se lo conceden.
Juan Luis Molina Loza
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Juan Luis Molina y su hermano Carlos Arturo, en 1952. |
Juan Luis asumió, en 1967, la cátedra de filosofía que había sido de don Severo Martínez en el Instituto Modelo. De esa cuenta, en 1968, fue mi profesor en quinto de bachillerato. Este sería el segundo eslabón de un proceso iniciado durante las vacaciones del año anterior, momento en el que comencé a superar una sensación de opresión delante de su existencia.
Nací, esmirriado, cuatro años y medio después de él, y llegué a un territorio que tenía dueño. Tuve mucha dificultad para integrar la idea de que era mi hermano, pues para mí, por la diferencia de edad y, sobre todo, de tamaño, él pertenecía al grupo de los «grandes», de los «mayores». Recuerdo que lo trataba de usted y que mi papá me llamaba e intentaba convencerme: «Mirá, me dijo en varias oportunidades, es tu hermano, tenés que tratarlo de vos».