-Una
opinión que no cuenta-
Rafael Cuevas Molina/Presidente
AUNA-Costa Rica
La
opinión que no cuenta es la mía, la de un guatemalteco que no pudo vivir su
vida en su país porque la vida en él fue un infierno. Voy a reiterar algunos
hechos y cifras que ya muchos conocen, pero que es necesario volver a listar
para recordar algunas cosas que nos
pasan hoy.
Nací
en 1954, año en el que, con el apoyo abierto y descarado de los Estados Unidos,
se dio un golpe de Estado que marcó toda la segunda mitad del siglo XX. Como se
sabe, el golpe fue contra Jacobo Árbenz Guzmán, a la sazón presidente
constitucional de Guatemala, electo con todas las de la ley pero que se atrevió
a desafiar algunas leyes no escritas de nuestro “hemisferio occidental”, como
gustan decir los gringos. La primera y más importante, llevar a cabo una
reforma agraria que confiscó tierras ociosas de una trasnacional bananera que
era propiedad del hermano del jefe de la CIA. De ahí en adelante la
maledicencia sobre lo que pasaba en Guatemala no cesó hasta que se dio un putch que desencadenó una de las épocas
más negras no solo de Guatemala sino de toda América Latina.
¿Saben
qué dijo la OEA? Nada.