El
amplio apoyo con el que llegó al gobierno Carlos Alvarado se esfumó, y las
piedras zumban en el cielo encapotado de la temporada lluviosa costarricense.
Las redes sociales hierven con fake news que se convierten en movilizadores de
la iracundia de la población. El panorama parece el de una guerra de todos
contra todos.
Rafael Cuevas Molina / Presidente
UNA-Costa Rica
Policías resguardando la Casa Presidencial en Costa Rica |
En
Costa Rica, el ambiente de descontento, incertidumbre, temor y enojo ha venido
creciendo, con altas y bajas, desde hace poco más de un año. Amplios sectores
de la población se sintieron amenazados en sus valores y modo de vida en enero
del 2018, cuando la expresión política de grupos neopentecostales puntearon en
las encuestas para presidente.
Con
el fin de evitar su arribo al poder, se conformó una coalición que llevó al
gobierno al actual presidente de la República, Carlos Alvarado. Se trató de un
amplísimo movimiento que cobijó bajo su alero muy diversas posiciones
políticas, intereses y expectativas, y que tuvo su núcleo generador y
dinamizador en población urbana de clase media residente mayoritariamente en
barrios del Gran Área Metropolitana.