Las delegaciones de los países del G-7 llegaron a un consenso acerca del mecanismo para continuar con la rapiña de recursos de la Federación Rusa y garantizar su derivación a las arcas del gobierno de Volodimir Zelenski.
Jorge Elbaum / Página12
La cumbre anual de los jefes de Estado del G7, finalizada el último fin de semana en Italia (foto), abordó cuatro claves de la guerra híbrida global: las alternativas bélicas y sangrientas que se desarrollan en Ucrania y Palestina, los procesos migratorios y las implicancias sociales y económicas de la ciberseguridad, ligadas a la infraestructura de los procesadores, la Inteligencia Artificial y la manipulación política de las redes sociales. Los cuatro aspectos priorizados dan cuenta del intento de Occidente por darle continuidad al control geopolítico sobre dos áreas estratégicas –situadas en el oriente europeo y en el Cercano Oriente– y al mismo tiempo profundizar la supervisión cognitiva mediante la utilización de las tecnologías de la comunicación y la información.