La base se ubicaría en Ayacucho, donde actualmente opera más de un centenar de soldados estadounidenses. En esa zona también se concentran los últimos grupos armados de Sendero Luminoso y las mafias del narcotráfico.
Por Carlos Noriega (Página/12)
Desde Lima
Desde Lima
Después de que el gobierno de Alan García negara esa posibilidad reiteradamente, ayer las Fuerzas Armadas del Perú confirmaron que están negociando la instalación de una base militar norteamericana en territorio peruano. Esta base se ubicaría en Ayacucho, 575 kilómetros al sudeste de Lima, zona en la que actualmente operan más de un centenar de soldados estadounidenses y que fue el epicentro de la guerra interna que sufrió el Perú en las décadas de los ochenta y noventa, que dejó 70 mil muertos.
En Ayacucho se concentran los últimos grupos armados del maoísta Sendero Luminoso, con unos 300 hombres, más de 15 mil hectáreas sembradas con hoja de coca y las mafias del narcotráfico. “Efectivamente, estamos en conversaciones (con Estados Unidos) para construir un aeródromo militar”, declaró ayer el jefe del ejército, general Edwin Donayre. De esta manera, confirmó lo que diversos sectores han venido denunciando y que los gobiernos de Perú y Estados Unidos habían negado en todos los tonos.
En marzo de 2007, PáginaI12 reveló que el gobierno peruano negociaba con Estados Unidos –que en 2009 deberá cerrar su base de Manta, en Ecuador– la instalación de una base militar en territorio peruano. Conversaciones que, según las fuentes consultadas entonces por este diario, formaban parte de las negociaciones entre Perú y Estados Unidos para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC), que ambos países suscribieron en diciembre de 2007. El gobierno peruano reaccionó negando esa posibilidad, aunque fuentes militares confirmaron esas conversaciones a medios locales. En Washington también lo negaron.
Sin embargo, con las declaraciones del general Donayre por primera vez una alta autoridad del gobierno peruano admite públicamente la próxima instalación de una base militar norteamericana en territorio peruano.
En mayo ingresaron a Ayacucho más de cien soldados norteamericanos para iniciar el operativo “Nuevos Horizontes”, que se prolongará hasta septiembre y en el que participarán más de mil militares de ese país. Según las autoridades peruanas, “Nuevos Horizontes” se limitará a desarrollar acciones de ayuda humanitaria, pero las tropas estadounidenses han llegado fuertemente armadas, lo que ha despertado las suspicacias sobre las verdaderas intenciones que se ocultarían detrás de esa supuesta ayuda humanitaria.
En marzo de 2007, PáginaI12 reveló que el gobierno peruano negociaba con Estados Unidos –que en 2009 deberá cerrar su base de Manta, en Ecuador– la instalación de una base militar en territorio peruano. Conversaciones que, según las fuentes consultadas entonces por este diario, formaban parte de las negociaciones entre Perú y Estados Unidos para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC), que ambos países suscribieron en diciembre de 2007. El gobierno peruano reaccionó negando esa posibilidad, aunque fuentes militares confirmaron esas conversaciones a medios locales. En Washington también lo negaron.
Sin embargo, con las declaraciones del general Donayre por primera vez una alta autoridad del gobierno peruano admite públicamente la próxima instalación de una base militar norteamericana en territorio peruano.
En mayo ingresaron a Ayacucho más de cien soldados norteamericanos para iniciar el operativo “Nuevos Horizontes”, que se prolongará hasta septiembre y en el que participarán más de mil militares de ese país. Según las autoridades peruanas, “Nuevos Horizontes” se limitará a desarrollar acciones de ayuda humanitaria, pero las tropas estadounidenses han llegado fuertemente armadas, lo que ha despertado las suspicacias sobre las verdaderas intenciones que se ocultarían detrás de esa supuesta ayuda humanitaria.
La confirmación de las negociaciones para poner una base militar de Estados Unidos en Ayacucho en momentos en que los militares de ese país operan en esa convulsionada zona del Perú han alimentado la preocupación por esa presencia militar en una región donde se entremezclan guerrilla y narcotráfico. La población de Ayacucho ha anunciado medidas de protesta, que incluyen un paro para el 8 de julio, en rechazo a la presencia militar norteamericana.
Los militares de Estados Unidos que participan en las maniobras “Nuevos Horizontes” vienen operando desde el cuartel Los Cabitos, de Ayacucho, que fue el centro desde el cual se dirigió la guerra antisubversiva en los ochenta y noventa y que se convirtió en escenario de detenciones ilegales, torturas y ejecuciones extrajudiciales durante los años de la guerra interna. Recientes investigaciones han revelado la existencia de fosas comunes dentro de Los Cabitos, con centenares de cuerpos de las víctimas de la guerra sucia.
“La selección de Ayacucho tiene que ver con el interés de Estados Unidos de estar en el corazón de la zona más problemática en términos de seguridad que hay en el país y porque está equidistante del conflicto armado en Colombia y de los conflictos políticos en Bolivia. Desde esta base, Estados Unidos operaría en toda la región. Con su instalación el Perú se estaría involucrando peligrosamente en un conflicto regional”, señaló a este diario Ricardo Soberón, experto en temas militares y de narcotráfico. Y agrega: “La instalación de un aeródromo militar norteamericano confirma que el gobierno de García se ha convertido en un aliado privilegiado de Washington para mantener una estructura de seguridad militar en la región”.
Los militares de Estados Unidos que participan en las maniobras “Nuevos Horizontes” vienen operando desde el cuartel Los Cabitos, de Ayacucho, que fue el centro desde el cual se dirigió la guerra antisubversiva en los ochenta y noventa y que se convirtió en escenario de detenciones ilegales, torturas y ejecuciones extrajudiciales durante los años de la guerra interna. Recientes investigaciones han revelado la existencia de fosas comunes dentro de Los Cabitos, con centenares de cuerpos de las víctimas de la guerra sucia.
“La selección de Ayacucho tiene que ver con el interés de Estados Unidos de estar en el corazón de la zona más problemática en términos de seguridad que hay en el país y porque está equidistante del conflicto armado en Colombia y de los conflictos políticos en Bolivia. Desde esta base, Estados Unidos operaría en toda la región. Con su instalación el Perú se estaría involucrando peligrosamente en un conflicto regional”, señaló a este diario Ricardo Soberón, experto en temas militares y de narcotráfico. Y agrega: “La instalación de un aeródromo militar norteamericano confirma que el gobierno de García se ha convertido en un aliado privilegiado de Washington para mantener una estructura de seguridad militar en la región”.
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