ALAI AMLATINA
La Ceiba Atlántida.- El pasado 22 de mayo el Senado de Estados Unidos aprobó, con condiciones, una partida de 450 millones de dólares destinados para la Iniciativa Mérida, concebida supuestamente para combatir el narcotráfico y el crimen organizado en México y Centroamérica.
La Iniciativa de Mérida fue formulada en octubre del 2007, con el supuesto propósito de maximizar la eficacia de los esfuerzos en la lucha contra las organizaciones criminales así como para detener el narcotráfico (incluyendo el de precursores químicos; el tráfico de armas, las actividades financieras ilícitas, el tráfico de divisas y la trata de personas.
La inclusión de Centroamérica en esta réplica del Plan Colombia, fue comunicada a los medios por el subsecretario de Estado Thomas A. Shannon, en noviembre del año pasado, para lo cual se aumentó la partida original de los $1.400 millones de dólares, en $50 millones adicionales que servirán para reforzar a los organismos de seguridad del Istmo.
Una vez más el narcotráfico y el crimen organizado sirven de pretexto para que los Estados Unidos intervengan en la zona, con la excusa del incremento de la ingobernabilidad que gira alrededor de la erosión de los estados-nación como resultado directo del pingue mercado estadounidense de la drogas ilícitas.
Es bastante conocido por la opinión pública el fracaso del Plan Colombia en cuanto a frenar la producción y trasiego de estupefacientes. Mientras tanto las Fuerzas Armadas han aumentado en 51% su armamento y erradicado casi 800,000 hectáreas de cultivos de drogas a través de fumigaciones y destruido 8.900 laboratorios. No obstante esas buenas noticias, el flujo de drogas ha continuado y el mercado de los industrializados sigue anegado de estupefacientes.
Mientas tanto el "componente de mejoramiento y apoyo social" del Plan Colombia, es practicante inexistente, además que el número de desplazados en ese país casi iguala al de Irak y Sudán y por supuesto se han incrementado las violaciones de derechos humanos a manos de las fuerzas armadas y sus socios, los paramilitares, que han sido reciclados bajo una política de reinserción destinada más a legitimar el saqueo de tierras que a la aplicación de justicia.
La Iniciativa Mérida va de la mano del Plan Puebla Panamá, programa vinculado al Banco Interamericano de Desarrollo, el que viene a crear una red de infraestructura eléctrica, de carreteras, canales secos y en un futuro no muy lejano poliductos para el transporte de gas natural y petróleo. No obstante las "buenas intenciones" de los banqueros y empresarios relacionados con el Plan, las comunidades locales y los pueblos indígenas observamos múltiples anomalías en la formulación de los proyectos y la practica inexistencia de una verdadera aplicación del derecho a la consulta.
El día de ayer en Medellín Colombia, ante la prensa apareció uno de los personajes más ominosos de la política exterior de los Estados Unido: John Dimitir Negroponte el que resaltó ante los cancilleres de los 34 países miembros de la OEA la importancia de la Iniciativa Mérida y de los TLC entre su país y varias naciones latinoamericanas, porque proporcionan seguridad y oportunidades económicas a los ciudadanos, además fue enfático en que "ningún país en el hemisferio será seguro del crimen organizado, de pandillas y del narcotráfico, hasta que todos se encuentren seguros".
El apellido Negroponte tiene una especial connotación para el pueblo hondureño, el que lo asocia con la tenebrosa década de los 80, cuando fungió como procónsul en Honduras y estableció un régimen de terror que hasta la fecha no ha sido totalmente disipado. El ideólogo del batallón de la muerte conocido como el 316, no sólo sembró el terror en el país, sino que confiscó el imaginario social del pueblo hondureño, creando una generación de timoratos al servicio de los mandatos del imperio. Cabe señalar que en Honduras hasta la fecha los violadores de los derechos prosiguen en libertad, e incluso algunos de ellos incrustados dentro de los aparatos de seguridad del estado.
La visita de Negroponte es un mal augurio para el país, el que de la noche a la mañana posiblemente retornará a la década de los 80 en el marco de la Iniciativa Mérida, gendarme del Plan Puebla Panamá. El hecho que sea Negroponte uno de los encargados de venir a vendernos una caja de Pandora da mucho que esperar. Por algo será que el canciller Nicolás Maduro de Venezuela, en el marco de la reunión de la OEA, el día de ayer en Medellín, dijo que ¨funcionarillo llamado Negroponte, que no tiene currículo, lo que tiene es un prontuario criminal”(3).
Como dato curioso, el Senado de Estado Unidos aprobó el pasado 18 de mayo una partida de $350 millones de dólares para México, y cien millones para Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, además decidió agregar 5 millones para Haití y otros 5 millones para República Dominicana. Sin embargo, México recibiría fondos de la Iniciativa Mérida sólo si el gobierno estadounidense estima que el mexicano inició reformas legales y judiciales, y que las unidades policiales y militares apoyadas con recursos sean ajenas a abusos o corrupción. Las condiciones impuestas han sido rechazadas de forma categórica por el gobierno mexicano, declarando las condiciones impuestas por los Estados Unidos como inaceptables por parte del el Secretario de Gobernación, Camilo Mouriño (2).
Es una enorme ironía que los Estados Unidos -el autoproclamado gendarme del mundo- sea ahora el encargado de valorar las condiciones de derechos humanos. Es factible que el Alzeihmers afecte a buena parte del honorable Congreso de ese país, y se hayan olvidado de sus presos en Guantánamo, Abu Ghraib, las masacres de víctimas civiles en Irak, Afganistán y en los otros escenarios de guerras preventivas que están tan acuciosamente llevando a cabo en todos los confines del planeta.
La Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) se suma al repudio del pueblo hondureño y centroamericano por la visita de uno de sus mas temidos torturados.
La Iniciativa de Mérida fue formulada en octubre del 2007, con el supuesto propósito de maximizar la eficacia de los esfuerzos en la lucha contra las organizaciones criminales así como para detener el narcotráfico (incluyendo el de precursores químicos; el tráfico de armas, las actividades financieras ilícitas, el tráfico de divisas y la trata de personas.
La inclusión de Centroamérica en esta réplica del Plan Colombia, fue comunicada a los medios por el subsecretario de Estado Thomas A. Shannon, en noviembre del año pasado, para lo cual se aumentó la partida original de los $1.400 millones de dólares, en $50 millones adicionales que servirán para reforzar a los organismos de seguridad del Istmo.
Una vez más el narcotráfico y el crimen organizado sirven de pretexto para que los Estados Unidos intervengan en la zona, con la excusa del incremento de la ingobernabilidad que gira alrededor de la erosión de los estados-nación como resultado directo del pingue mercado estadounidense de la drogas ilícitas.
Es bastante conocido por la opinión pública el fracaso del Plan Colombia en cuanto a frenar la producción y trasiego de estupefacientes. Mientras tanto las Fuerzas Armadas han aumentado en 51% su armamento y erradicado casi 800,000 hectáreas de cultivos de drogas a través de fumigaciones y destruido 8.900 laboratorios. No obstante esas buenas noticias, el flujo de drogas ha continuado y el mercado de los industrializados sigue anegado de estupefacientes.
Mientas tanto el "componente de mejoramiento y apoyo social" del Plan Colombia, es practicante inexistente, además que el número de desplazados en ese país casi iguala al de Irak y Sudán y por supuesto se han incrementado las violaciones de derechos humanos a manos de las fuerzas armadas y sus socios, los paramilitares, que han sido reciclados bajo una política de reinserción destinada más a legitimar el saqueo de tierras que a la aplicación de justicia.
La Iniciativa Mérida va de la mano del Plan Puebla Panamá, programa vinculado al Banco Interamericano de Desarrollo, el que viene a crear una red de infraestructura eléctrica, de carreteras, canales secos y en un futuro no muy lejano poliductos para el transporte de gas natural y petróleo. No obstante las "buenas intenciones" de los banqueros y empresarios relacionados con el Plan, las comunidades locales y los pueblos indígenas observamos múltiples anomalías en la formulación de los proyectos y la practica inexistencia de una verdadera aplicación del derecho a la consulta.
El día de ayer en Medellín Colombia, ante la prensa apareció uno de los personajes más ominosos de la política exterior de los Estados Unido: John Dimitir Negroponte el que resaltó ante los cancilleres de los 34 países miembros de la OEA la importancia de la Iniciativa Mérida y de los TLC entre su país y varias naciones latinoamericanas, porque proporcionan seguridad y oportunidades económicas a los ciudadanos, además fue enfático en que "ningún país en el hemisferio será seguro del crimen organizado, de pandillas y del narcotráfico, hasta que todos se encuentren seguros".
El apellido Negroponte tiene una especial connotación para el pueblo hondureño, el que lo asocia con la tenebrosa década de los 80, cuando fungió como procónsul en Honduras y estableció un régimen de terror que hasta la fecha no ha sido totalmente disipado. El ideólogo del batallón de la muerte conocido como el 316, no sólo sembró el terror en el país, sino que confiscó el imaginario social del pueblo hondureño, creando una generación de timoratos al servicio de los mandatos del imperio. Cabe señalar que en Honduras hasta la fecha los violadores de los derechos prosiguen en libertad, e incluso algunos de ellos incrustados dentro de los aparatos de seguridad del estado.
La visita de Negroponte es un mal augurio para el país, el que de la noche a la mañana posiblemente retornará a la década de los 80 en el marco de la Iniciativa Mérida, gendarme del Plan Puebla Panamá. El hecho que sea Negroponte uno de los encargados de venir a vendernos una caja de Pandora da mucho que esperar. Por algo será que el canciller Nicolás Maduro de Venezuela, en el marco de la reunión de la OEA, el día de ayer en Medellín, dijo que ¨funcionarillo llamado Negroponte, que no tiene currículo, lo que tiene es un prontuario criminal”(3).
Como dato curioso, el Senado de Estado Unidos aprobó el pasado 18 de mayo una partida de $350 millones de dólares para México, y cien millones para Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, además decidió agregar 5 millones para Haití y otros 5 millones para República Dominicana. Sin embargo, México recibiría fondos de la Iniciativa Mérida sólo si el gobierno estadounidense estima que el mexicano inició reformas legales y judiciales, y que las unidades policiales y militares apoyadas con recursos sean ajenas a abusos o corrupción. Las condiciones impuestas han sido rechazadas de forma categórica por el gobierno mexicano, declarando las condiciones impuestas por los Estados Unidos como inaceptables por parte del el Secretario de Gobernación, Camilo Mouriño (2).
Es una enorme ironía que los Estados Unidos -el autoproclamado gendarme del mundo- sea ahora el encargado de valorar las condiciones de derechos humanos. Es factible que el Alzeihmers afecte a buena parte del honorable Congreso de ese país, y se hayan olvidado de sus presos en Guantánamo, Abu Ghraib, las masacres de víctimas civiles en Irak, Afganistán y en los otros escenarios de guerras preventivas que están tan acuciosamente llevando a cabo en todos los confines del planeta.
La Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) se suma al repudio del pueblo hondureño y centroamericano por la visita de uno de sus mas temidos torturados.
Notas
(1) http://www.elespectador.com/articulo-canciller-venezolano-califica-negroponte-de-criminalillo-y-funcionarillo
(2) http://www.jornada.unam.mx/2008/06/03/index.php?section=politica&article=003n1po
- Mirian Miranda es integrante de la Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
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