sábado, 25 de octubre de 2025

El emperador y sus perros fieles

 Es una tristeza que en América Latina sigamos teniendo esta clase de políticos vendepatria, que son incapaces de solventar con sus propias fuerzas los problemas que ellos avizoran en sus países, y deseen la intervención extranjera para que les hagan el favor.  

Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica 

El empuje del emperador Donald Trump y su fiel escudero Marco Rubio escala hasta límites peligrosos. No solo sigue bombardeando lanchas rápidas en el Caribe y, ahora, también en el Océano Pacífico frente a las costas colombianas, sino que amenaza con pasar a acciones en tierra, lo que significaría la violación flagrante de la soberanía de los estados en clara violación a las reglas del derecho internacional.
 
Lo que hace el emperador de turno en los Estados Unidos es la reiteración de una mala costumbre que ha tenido ese país desde su independencia, la de inmiscuirse en los asuntos de sus vecinos del sur para su propio beneficio. Esa actitud, claramente imperialista data, incluso, de antes de su independencia, pues algunos de sus “padres fundadores” reiteradamente dejaron claro que consideraban que su país tenía derechos sobre los territorios aledaños por un llamado “destino manifiesto”. 
 
Puerto Rico, por ejemplo, vio frustrado su proceso de independencia de España y quedó prisionero de una anexión que lo dejó clasificado como Estado libre asociado hasta nuestros días, que lo deja en una especie de limbo en el que tiene y no tiene los mismos derechos del resto de estados de Estados Unidos. Y Cuba estuvo a un tris de correr la misma suerte.
 
En Centroamérica, que forma parte de esa región a la que Estados Unidos considera vital para sus intereses geoestratégicos, también tenemos un largo historial de intervenciones, muchas de ellas armadas, como las que amenaza llevar a cabo ahora. En los albores del siglo XX, intervino decisivamente en la separación de Panamá de Colombia, con el objetivo claro y expreso de construir el canal al que el congreso colombiano le ponía trabas. 
 
En Nicaragua, en donde la construcción del canal también era una posibilidad, mantuvo una intervención luego derrocar al general José Santos Zelaya, un liberal con veleidades nacionalistas que, como todo nacionalista latinoamericano, cayó en el ámbito de los aborrecidos por el imperio. Ahí, se quedaron hasta que Augusto César Sandino los echó en 1934, pero no se fueron sin antes organizar una fuerza de ocupación interna que fue la Guardia Nacional comandada por Anastasio Somoza.
 
Guatemala inauguró en 1954 la era de los golpes de Estado organizados por la CIA en América Latina. Los resultados de esa intervención, que puso en el poder a alguien que, guardando las distancias del tiempo y el contexto, era similar a la Corina Machado que hoy clama por una intervención similar en su país. Después de 70 años, Guatemala no ha logrado recuperarse de lo que significó ese golpe que redefinió los destinos del país.
 
Podríamos seguir la ya larga lista de intervenciones de Estados Unidos en Centroamérica, pasando por la organización y apoyo a la Contra nicaragüense en los años 80 del siglo XX hasta la invasión a Panamá de 1989.
 
Ahora, la administración Trump retoma la expresión más agresiva de esa actitud guerrerista que, a ratos, se ha atemperado (como son los casos de los gobiernos de Jimmy Carter o de Barak Obama), aunque nunca desaparecido. Amenaza a Venezuela y, más recientemente, a Colombia, y lanza invectivas propias de un gánster o matón de barrio un día sí y otro también. Trata a sus respectivos presidentes de jefes de cárteles de la droga, los declara enemigos de la seguridad nacional de su país, y los amenaza con sacarlos a patadas del poder.
 
Que lo diga el vulgar e ignorante de Trump puede entenderse, al fin y al cabo, es la cabeza política visible de un imperio que, en su etapa actual, parece necesitar de alguien que ladre muy fuerte para tratar de frenar belicosamente su paulatino declive como potencia mundial. Pero que tengamos que constatar que existen perritos falderos en nuestros propios países, que se alegran y alientan al can mayor que ladra desde Washington, causa verdadera indignación.
 
Ese es el papel que juega la ya antes mencionada María Corina Machado en Venezuela, que permanentemente sube vídeos de Tik Tok a las redes sociales mostrándose eufórica por la posibilidad de una invasión yanki. Asimismo, en Brasil, en donde un hijo del ex presidente Jair Bolsonaro, Flávio Bolsonaro quien, queriendo pescar en río revuelto pide que las acciones armadas amenazantes que se realizan frente a las costas de Venezuela y Colombia se extiendan a Brasil, específicamente a la Bahía de Río de Janeiro.
 
Como a pesar de ser pequeña y pobre, Nicaragua sigue siendo una piedra en el zapato de Estados Unidos, la amenaza con excluirla del Tratado de Libre Comercio que tienen firmado entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana, lo que dejaría al país en el desamparo porque, confiando en la estabilidad de convenios que han sido refrendados con todas las de la ley, Nicaragua orientó en los últimos veinte años su economía para sacar provecho de las condiciones que le brindaba poder exportar a la potencia del norte sin pagar impuestos. Pero como no podía faltar la quinta columna local, además de voces como los de la nicaragüense Dora María Téllez que se alegra de esa posible situación, desde Costa Rica la ex presidenta Laura Chinchilla lanza proclamas de apoyo a Donald Trump, sin darse cuenta que la agresividad arancelaria que exhibe el Señor Zanahoria también podría caer sobre Costa Rica.
 
Y en Colombia, no podían faltar a su papel de vendepatrias Álvaro Uribe Vélez y su pupilo, el ex presidente Juan Manuel Santos, quienes echan el muerto de la actitud injerencista de Trump al presidente de Colombia Gustavo Petro.
 
Es una tristeza que en América Latina sigamos teniendo esta clase de políticos vendepatria, que son incapaces de solventar con sus propias fuerzas los problemas que ellos avizoran en sus países, y deseen la intervención extranjera para que les hagan el favor.  

 

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