A estos tres personajes los unió, no sólo el haber sido contemporáneos y pertenecido al ámbito cultural germánico, sino, sobre todo, la identidad de ideales políticos de índole revolucionaria; todos profesaron desde su juventud un confeso y nunca desmentido amor por la Revolución Francesa (1789), aunque difirieron en sus opiniones en lo que a su desarrollo ulterior se refiere.
Arnoldo Mora Rodríguez / Para Con Nuestra América
No podríamos concluir este año sin ojear las páginas del libro de la historia y descubrir, no sin asombro, una de esas extrañas y aleccionadoras coincidencias que inciden y testifican el inicio de una nueva época histórica; esa época que dio origen a la edad contemporánea cuyo fin hoy, en los albores del tercer milenio de la cristiandad occidental, avizoramos más allá de los estertores y agonías de una pandemia planetaria. En concreto, nos referimos al hecho de que en el año 1770 nacieron en la misma región linguística y cultural, el Oeste-Sur de Alemania, tres figuras fundamentales, en su condición de testigos y forjadores de esta nueva era de la historia universal. Nos referimos, específicamente, al nacimiento en Suabia de Jorge, Guillermo, Federico Hegel y de Federico Holderlin, filósofo el primero y poeta el segundo, y del músico Ludwig van Beethoven en Bonn, ciudad a orillas del Rin.