El número de personas víctimas
del hambre en el mundo cayó por debajo de la línea de los 800 millones,
anunciaron esta última semana de mayo tres instituciones de las Naciones
Unidas. El informe El Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo, 2015, registra
795 millones de seres humanos que padecen hambre, es decir 216 millones menos
que en el período 1990-1992.
Sergio Ferrari / Especial para Con Nuestra América
Desde la ONU, Ginebra, Suiza
El documento ha sido elaborado
por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura); por el Programa
Alimentario Mundial (PAM) y por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
(FIDA), las tres instituciones del sistema onusiano especializadas en esta
temática.
Progresos latinoamericanos
América Latina y el Caribe,
según el documento que acaba de ser divulgado, avanzó significativamente en el
combate contra la malnutrición al disminuir en el último cuarto de siglo a la
mitad el porcentaje de personas sub alimentadas.
Los informantes destacan que
esa región es la primera en el mundo que alcanza la meta relativa a la
reducción del hambre establecida en los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM).
A pesar de esta tendencia
positiva, en febrero del año en curso el Programa Alimentario Mundial (PAM) había
reconocido que 2 millones de habitantes de Centroamérica debían recibir ayuda
alimentaria como consecuencia del impacto de una prolongada sequía que afectó
la región. Guatemala y Honduras se vieron en ese momento obligadas a decretar
un estado de emergencia en zonas rurales particularmente afectadas.
Ese cataclismo meteorológico
implicó pérdidas de cosechas con la consiguiente reducción significativa de medios
destinados a la salud y la educación por parte de las familias campesinas
afectadas, muchas de las cuales debieron vender sus herramientas y animales y
emigrar, incluso, de sus regiones originarias.
La situación planetaria
Según el documento de la ONU,
en las regiones “en desarrollo”, la
subalimentación – es decir el número de seres humanos privados de los alimentos
indispensables para poder implementar una vida sana y activa- se redujo
del 23.3% (cifra correspondiente al inicio de los años 90) a un 12.9%,
en la actualidad.
Progreso particularmente
positivo –según las Naciones Unidas - si se tiene en cuenta el marco mundial
complejo que ha marcado las últimas décadas. En las cuales cataclismo
ambientales extremos, inestabilidad política, e incluso conflictos internos y
regionales han estado a la orden del día.
Si bien la tendencia global en
la lucha contra el hambre ha sido positiva, 24 países africanos, es decir el
doble que en los años 90, se confrontan en la actualidad a crisis alimentarias.
Una persona cada cinco vive
actualmente en condiciones de crisis marcada por una “débil gobernabilidad” o
bien una vulnerabilidad social aguda. Las tasas de hambre en los países víctimas de crisis prolongadas
son tres veces más alto que las otras regiones, sostiene el Informe.
El estudio de la ONU comprueba
que América Latina y el Caribe así como el este-y el sur-este asiático y
algunos países africanos han realizado
progresos rápidos en ese combate. Subrayando que dichos avances están
íntimamente ligados a una real “voluntad política de convertir la lucha contra
el hambre en un objetivo de desarrollo primordial”.
Mientras en América Latina y
el Caribe los índices de personas que sufren de malnutrición cayó
significativamente del 14.7% al 5.5%; en Asia la reducción ha sido más tibia (del
23.9 al 15.7%). En tanto el África subsahariana es la región que sigue
padeciendo más de este flagelo que golpea a un 23 % de la población.
La FAO destaca los avances en
Latinoamérica y el Caribe. Subrayando la importancia de los compromisos
asumidos en la región a través de la iniciativa América latina y el Caribe sin Hambre, refrendada por todos los
países en el 2005.
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