La jefa de la delegación cubana, Josefina Vidal, analizó
en una conferencia de prensa el estado de las negociaciones para el restablecimiento
de relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Granma
Josefina Vidal, jefe de la delegación diplomática de Cuba en las negociaciones con los Estados Unidos. |
—¿Cuáles han sido los principales avances en los
últimos meses?
—Lo que
hemos hecho en cuatro meses, para dos países que no han tenido relaciones
diplomáticas por más de 50 años, se puede considerar un progreso.
“De hecho,
de acuerdo con los resultados que ustedes mismos han visto y se han ido
obteniendo paulatinamente desde que iniciamos estas conversaciones en enero, se
han podido palpar estos avances. Cuando comenzamos a conversar en Cuba en enero
la gama de temas que estuvimos discutiendo era mucho más amplia.
“Estuvimos
durante dos rondas -en enero y febrero-, conversando sobre temas como la
exclusión de Cuba de la Lista de países patrocinadores del terrorismo, y la
necesidad de resolver la situación bancaria de la Sesión de Intereses. Un día
como hoy podemos decir que esos dos asuntos están resueltos o están muy cerca
de su solución.
“Desde esta
semana nuestra Oficina de Intereses en Washington tiene servicios bancarios y a
fines de esta semana va, finalmente, a ocurrir la exclusión de Cuba en la Lista
de Estados Terroristas, que tengo entendido que se hará efectiva cuando esa
decisión se publique en el Registro Federal, a principios de la próxima semana.
“Por tanto,
dos de los temas que estuvimos debatiendo durante cierto tiempo, ya habrán
quedado atrás.
“Hay otras
cosas en las que tenemos que seguir hablando. Desde la primera ronda hemos
estado conversando sobre otros asuntos que tienen que ver con la aplicación y
la observancia de la Convención de Viena. En particular me refiero al
comportamiento, la conducta de los diplomáticos. Pero también a las funciones
de una misión diplomática.
“A su vez
hemos estado conversando en paralelo sobre el funcionamiento como tal, la vida
práctica de una embajada. Estamos ahora en el punto de seguir intercambiando en
las próximas ideas y aspectos que han quedado pendientes, referidos al
funcionamiento”.
—¿Por qué permanece cierta retórica agresiva contra
Cuba?
—Cambiar la
retórica es algo que toma su tiempo: Perfilar, pulir, modificar. A mí realmente
no me asombra ver, de vez en vez, que todavía a nivel declarativo, en el plano
de las declaraciones oficiales que se realizan, algunos funcionarios utilizan
frases que nos recuerdan de dónde venimos, de la política que todavía está en
vigor, pero se supone que tiene que cambiar como parte del proceso hacia la
normalización de las relaciones.
“Me resultó
curioso al cierre de la VII Cumbre de las Américas en Panamá, en la conferencia
de prensa del Presidente Obama, escucharle decir que el propósito de la
política de EEUU, en el caso de Cuba, ya no era el cambio de régimen.
“Por tanto,
nosotros esperamos que en la medida que avancemos en el proceso hacia la
normalización de las relaciones, veamos una mejor correspondencia entre ese
tipo de declaraciones y la vida real.
“La vida
real nos dice que todavía se están solicitando financiamientos multimillonarios
para el sostenimiento de este tipo de programas que Cuba considera que son
ilegales, en tanto que son programas dirigidos a provocar cambios dentro de
nuestro país y que a su vez se tratan de implementar sin ningún tipo de
anuencia de las autoridades y del gobierno cubano.”
—¿El dinero sigue fluyendo para los planes contra
Cuba?
—El
Congreso sigue a su vez, en respuesta a esos pedidos del Gobierno, aprobando
sumas importantes de dinero. De hecho ya sabemos que para el año fiscal 2016,
que comenzará el primero de octubre del presente año, se están pidiendo 20
millones de dólares, que es la misma cifra que estableció el gobierno presente.
Nosotros hemos tomado nota de esas declaraciones que se están haciendo, y he
escuchado en la última semana, en dos ocasiones, a la señora Roberta Jacobson
aludiendo a que no se descarta la posibilidad de que este tipo de programas puedan
ser revisados o adaptados a las nuevas circunstancias.
“Entonces,
estamos realmente esperando que, como parte de este proceso, eso se vaya
atendiendo y veamos una mejor coincidencia entre el dicho y el hecho. Será muy
importante para nosotros comprobar que, realmente, estamos viendo un cambio en
la política de EE.UU. hacia Cuba”.
—¿Después de tres rondas, cómo es el clima a lo
interno de las conversaciones?
—Debo
reconocer que, desde hace un tiempo para acá, incluso antes de estas rondas
enfocadas en los temas del restablecimiento de relaciones y la apertura de
embajadas, ha habido una comunicación en un plano mucho más profesional cuando
lo comparamos con épocas anteriores. Y debo decir que eso se ha mantenido en
las reuniones.
“En las
reuniones, la interacción, los intercambios, son respetuosos, son
profesionales. Realmente no he apreciado este tipo de manifestación que quizás
en el plano retórico todavía vemos. Creo que hay que reconocerlo como tal. Creo
que no puede ser de otra manera. Hemos llegado a este punto después de los
anuncios del 17 de diciembre pasado precisamente porque nos estamos tratando
como iguales y sobre bases de respeto y de total reciprocidad”.
“Esto no
quiere decir que no hay diferencias, las hay. En algunos temas las diferencias
son profundas. No puede ser de otra manera, pero estamos hablando y hemos
aprendido a hablar sobre las diferencias con respeto, que era algo que nos
faltó durante más de 50 años en los momentos que pudimos tener posibilidad de
intercambios oficiales.”
—¿Qué importancia tienen estas rondas de
conversaciones?
—Los
presidentes tomaron una decisión que solo a ellos les compete, una decisión
política, de dar un paso para restablecer relaciones diplomáticas y abrir
embajadas por primera vez, después de 54 años. Pero después esto tiene que
llevarse a la práctica, y por tanto, requiere discusiones sobre la base de los
principios de la Carta de las Naciones Unidas, de la Convención de Viena. Hay
que revisar todos esos aspectos.
“Hay que
hablar de cuánto personal, qué tipo de personal. Porque las embajadas tienen
distintas categorías, tienen funcionarios diplomáticos, tienen personal técnico
administrativo…”
“Todo esto
había que discutirlo. Qué tipo de rango van a tener esos funcionarios una vez
que se restablezcan las relaciones. Cuáles van a ser sus privilegios y sus
inmunidades. ¡Miren cuántas cosas hay que conversar! ¿Cómo van a trabajar las
embajadas? ¿Cómo vamos a intercambiar los documentos para dar estos pasos de
formalización y restablecimiento y apertura de embajadas? ¿En qué momento le
vamos a comunicar al gobierno de Suiza que nos ha estado representando en las
respectivas capitales la terminación del acuerdo que tenemos con Suiza?
“Quizás hay
personas que piensan que esto se puede hacer rápido. Creo que la intención de
ambas partes ha sido hacerlo rápido. De hecho les repito: la impresión que
tengo es que, en 4 meses, cada vez que nos reunimos hemos avanzado un poco más
hacia ese objetivo al que tenemos que llegar para concretar la decisión política
tomada por nuestros presidentes.”
—¿Cómo marchan los encuentros técnicos paralelos a
las rondas de diálogo?
—Creo que
marchan de manera apropiada. Este tipo de conversación a nivel técnico para
abordar temas de interés común, no comenzó en enero de este año, cuando nos
reunimos por primera vez para hablar de restablecimiento de relaciones y
apertura de embajadas, sino que ya había empezado hace como dos años.
“Lo que ha
ocurrido de enero para acá es que se ha dinamizado, en las áreas en las que ya
veníamos conversando y se ha abierto a otras nuevas esferas.
“Creo que
marcha de manera adecuada y que cada uno está sobre carriles distintos, que
avanzan a la vez en paralelo, cada uno con sus dinámicas propias.
“Es
importante el número de temas sobre los cuales ya estamos conversando entre
Cuba y Estados Unidos y los otros que potencialmente sabemos que van a empezar
próximamente (…), para en definitiva trabajar en temas que son de beneficio
mutuo para Cuba, para Estados Unidos y para los pueblos de Cuba y Estados
Unidos y para la región, porque muchos de ellos irradian más allá de la
relación bilateral, e incluso algunos pudieran tener impacto a nivel mundial.
—¿Cómo se desarrollarán en específico los
intercambios sobre salud y cumplimiento y aplicación de la ley?
—El tema
que hemos identificado para comenzar esta conversación en materia de salud, que
me parece que puede ser ilimitada de acuerdo a las experiencias y los
desarrollos que hemos tenido en cada uno de nuestros países en este sector, es
el de las enfermedades infecciosas. Creo que es un tema muy a tono con la
actualidad, como resultado de la globalización, del cambio climático, todo lo
que conocemos.
“Cuba tiene
una tremenda experiencia en materia de prevención y en materia de combate y
enfrentamiento a estas enfermedades una vez que se presentan. Lo hemos hecho en
Cuba y lo hemos incluso aplicado y hemos ayudado a otros países del mundo.
“Estados
Unidos también tiene experiencias similares, tiene un alto desarrollo
científico, un alto desarrollo tecnológico y también, sus propias experiencias
lidiando con algunas de estas enfermedades aquí y en otros lugares del mundo.
“Creo que
es un tema muy oportuno, de mucha actualidad para comenzar esta conversación
que debe ocurrir en el mes de junio.
“Vamos a
empezar a hablar también sobre un tema de mucha importancia, sobre todo
ahora, que es aplicación y cumplimiento de la ley. ¿Y por qué digo que es de
mucha importancia ahora? Como resultado de la decisión de incrementar los
viajes y los intercambios entre Cuba y Estados Unidos, hay un mayor movimiento
de personas entre los dos países y se presentan problemas, lamentablemente se
cometen delitos y no tenemos un mecanismo establecido entre los dos países para
cómo, de conjunto, combatirlos.
“Ese tipo de
colaboración en materia judicial y o en materia de aplicación de la ley, de
hecho Cuba y Estados Unidos lo tienen con muchísimos países.
“Ni Estados
Unidos ni Cuba estamos interesados en que se desarrollen los delios y muchos
menos los delitos de carácter transnacional, por las preocupaciones que puede
generar y problemas para la seguridad ciudadana de nuestros países pero también
para la seguridad nacional de ambas naciones. Por tanto, es un área muy
importante.
Todavía no
hemos comenzado, estamos todavía pendientes incluso de definir una fecha, pero
ya hemos llegado a la conclusión de que esta es un área que tenemos que abrir y
que es beneficiosa para los dos países.
—¿Una vez que se restablezcan relaciones, cómo se
entablará un diálogo sobre la normalización?
—En Cuba
hemos identificado una lista preliminar en la que, una vez que concluyamos esta
primera fase, debemos empezar a discutir con el propósito de avanzar hacia la
normalización de las relaciones.
“De nuestro
lado hemos planteado los temas que ustedes han conocido -una lista preliminar,
puede que sobre la marcha, de las discusiones surgen otros-: el levantamiento
del bloqueo; la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval
en Guantánamo, y el cese de las transmisiones ilegales de Radio y Televisión
Martí, que además de ser lesivas a la soberanía de Cuba, violan normas y
regulaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Por
supuesto, está el fin de estos programas que originalmente fueron concebidos
para promover un “cambio de régimen” -como se dice acá, en EEUU-, que en
nuestro léxico son programas subversivos para promover cambios en nuestro país,
y situaciones de desestabilización dentro de Cuba.
“Por
supuesto, del lado de Cuba hemos hablado de las compensaciones a nuestro país y
a nuestro pueblo por los daños ocasionados por las políticas de EEUU
implementadas en estos más de 50 años.
“Estados
Unidos ha avanzado al menos uno de los temas que le interesará discutir en esta
segunda fase: las compensaciones por las propiedades que fueron nacionalizadas
en Cuba al inicio de la Revolución.
“Por tanto
tenemos ya una gama, al menos, para comenzar, de temas bien identificados. Pero
este proceso va a demorar. Hay que ser realistas. Hay que saber de qué estamos
hablando y lo importante es la voluntad de comenzar a involucrarnos en ese tipo
de discusiones”.
No hemos
definido cómo lo vamos a hacer, si se van a crear un mecanismo, si se van a
crear comisiones, grupos, si veremos todo de conjunto o de manera separada cada
uno; nada de eso.
—¿Habrá una nueva ronda sobre restablecimiento de
relaciones?
—No se
puede pensar que nosotros conversamos solamente cuando nos hemos visto en estas
reuniones. Entre una y otra, mantenemos una comunicación fluida a través del
Jefe de nuestra Oficina de Intereses en Washington, y a través del Jefe de la
Oficina de Intereses de Estados Unidos, en La Habana.
“Por esas
vías hemos intercambiado ideas, avanzado opiniones, posiciones, puntos de
vista. En principio, eso es lo que vamos a seguir haciendo en los próximos días
y semanas. En la medida en que avancemos en esta comunicación, llegaremos a la
conclusión de si (la reanudación de las relaciones y apertura de embajadas) ya
lo podemos resolver por esta vía, o si hace falta una nueva ronda de
conversaciones.
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