En el momento más inoportuno este traspié de Obama pone a la vista todas
las cartas de Washington como protagonista visible de la crisis venezolana,
destruyéndole la excusa de que los problemas y conflictos existentes en
Venezuela se debían al malestar causado por desaciertos de su propio gobierno.
Nils Castro / Especial para Con
Nuestra América
El repentino despropósito de que la Casa Blanca declare
emergencia nacional alegando que la seguridad y la política exterior de su país
están amenazadas por Venezuela, ha causado una coyuntura inaudita. Semejante
argumento ofende la sensibilidad y la inteligencia de millones de
latinoamericanos y abochorna a millares
de ciudadanos pensantes en Estados Unidos. De nada vale la mojigata explicación
de que con tal iniciativa se cumple un requisito legal norteamericano. No por
eso deja de ser una torpeza que vuelve a dejar mal parado al presidente Obama,
también ante sus asociados europeos, que rápidamente se han distanciado de ese
discurso y sus inevitables consecuencias.