Se ha despertado, Manuela, en este continente, la fuerza histórica reivindicativa a tu legitima acción republicana y a tu entrega absoluta a la causa emancipadora, iluminamos con orgullo de mujer, cuando el General San Martín te otorgó dignamente en acto público, títulos de Capitana y Caballeresca del Sol.
Ligia Elena Rojas/Especial para En Rojo (suplemento del semanario Claridad, Puerto Rico).
Así lo expresaba Manuela Sáenz en carta que le hiciera al general venezolano Juan José Flores, gobernador de Quito. Era el año 1834. Desterrada de Colombia por Santander, asilada en Jamaica. Perseguidos igualmente quienes participaron en la guerra de Ayacucho región del estado Carabobo. La Integración Latinoamericana, impulsora de las ideas del Libertador, continuaron en su acción y palabra. Por las noches Manuela escribía en paredes y murales: Bolívar es el fundador de la República. Propicio el momento para iluminar con luces de la dignidad histórica, tan admonitoria expresión.
Se ha despertado Manuela en este continente, la fuerza histórica reivindicativa a tu legitima acción republicana y a tu entrega absoluta a la causa emancipadora, iluminamos con orgullo de mujer, cuando el General San Martín te otorgó dignamente en acto público, títulos de Capitana y Caballeresca del Sol. Inolvidable aquella acción de sacar de tu hacienda Catahuango, todos los caballos para reponer las pérdidas del Eejército Libertador en la Batalla de Pichincha con la que el General Sucre independizó tu tierra.
Y qué decir Manuela de tu activa participación en la Batalla de Ayacucho, desde donde el General Sucre en carta a Simón Bolívar pide para ti el merecido grado de Coronel. Manuela, la legitimidad de los hechos históricos se cumple. Hemos difundido en Congresos Internacionales, tu palabra y tu acción: en Pekin, Moscú, Buenos Aires, Panamá, Cuba, Puerto Rico y República Dominicana.., En Panamá pedí que se ratificara el grado de Coronela pedido por el General Sucre. Así, reactualizamos tu valor para luchar en los batallones de Húsares y Vencedores, batalla que consolidara la independencia de Suramérica.
Tus acciones republicanas, Manuela, ocupan las reflexiones de historiadores, te ubican en tu verdadera dimensión patriótica y lealtad al ideal bolivariano. En mi obra “Manuela… mujer republicana” me detuve en hondas reflexiones, en tu última soledad cargada de recuerdos, cuando ya todos tus seres queridos se habían ido de este mundo. Soledad compartida con otra soledad también patriótica, cargada de sabiduría y recuerdos como aquellas palabras del Maestro de tu amor eterno que tristemente dijera al despedirse por siempre: "Dos soledades no pueden hacerse compañía” [don Simón Rodríguezl.
Hoy reitero, Manuela, que el tiempo te ha justificado entre tanto juicio histórico en tu legitimación. Oigamos lo que de ti expresa Don Vicente Lecuna: “Manuela Saénz ha entrado definitivamente en la historia con el merecido nombre de la libertadora del libertador y la aureola de un carácter sincero y generoso a nuestra patria, la vergüenza del asesinato del héroe de Ayacucho con motivo suficiente para evocar su recuerdo con respeto y probar que su historia queda limpia de leyendas inverosímiles e impropias tejidas por la maledicencia humana y de enemigos políticos”.
Finalmente Manuela, he de comunicarte que España ha honrado tu memoria reconociéndote entre las doce mujeres célebres del Genio Hispano, al lado mismo de Teresa de Avila, Santa Rosa de Lima y la mexicana Juana de Asbaje.
Manuela en este 23 de noviembre se cumplieron ciento cincuenta años de tu partida final. Sería sólo despedida vital… Tu imagen se ha perpetuado, se ha engrandecido mas allá de las fronteras de tu lar. Eres hija no sólo de Quito. Lo eres también de esta patria Latinoamericana y Caribeña. El tiempo te ha justificado eternamente.
*La autora escribió el libro "Manuela Saénz… mujer republicana".
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