En este artículo exclusivo de Con Nuestra América, Yesenia Martínez sostiene que las acciones arbitrarias y sin conocimiento alguno sobre la agenda cultural del Estado, después del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, han provocado severos daños a la gestión de las instituciones culturales: "se necesitará mucho tiempo para reorientar la política cultural de Honduras a sus senderos creativos y coherentes".
Yesenia Martínez García / Especial para Con Nuestra América
Escribir sobre el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 hace pensar en la complejidad de su significado, no sólo en términos políticos, económicos y sociales, sino también culturales. Según Helen Umaña, “El golpe de Estado también ha sido un golpe a la cultura”. En ese sentido es importante revisar cuál ha sido su impacto sobre la política y las instituciones culturales.
La responsabilidad de la política y de la institucionalidad cultural del Estado en Honduras descansa en la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes (SCAD) y el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH). Desde la primera mitad de la década de 1990, con una serie de vaivenes, la política cultural en Honduras se reorientó hacia el rescate de la identidad nacional y la descentralización de la cultura. A inicios del siglo XXI, se dio seguimiento a lo ya comprometido en la década anterior, en el marco de la Estrategia para la Reducción de la Pobreza, las recomendaciones de la UNESCO y la agenda para el nuevo milenio de la ONU. Se buscaban mecanismos que llevaran a fortalecer una política cultural que vinculase la Cultura con el Desarrollo.
En el gobierno de Manuel Zelaya no sólo se intentó darle seguimiento a este compromiso, sino que se orientó a la consolidación de la democratización de la cultura, mediante la participación ciudadana y la formación de una industria cultural con apoyo del Sistema de Naciones Unidas (SNU) y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). Se trabajó bajo el principio del “diálogo cultural entre ciudadanos”.
Tal proceso se vio desvirtuado con el golpe de Estado. Para visualizar dicho impacto, el presente trabajo se ha estructurado en dos apartados: el primero es una breve introducción al interés del Estado en lapolítica y las instituciones de la cultura hasta antes del gobierno de José Manuel Zelaya; el segundo presenta el impacto del golpe de Estado en la democratización de la cultura, mediante una muestra de los proyectos e iniciativas culturales que buscaban fortalecer y consolidar los compromisos del Estado, desde mediados de la década de los noventa, citando la represión de las autoridades del gobierno de facto contra trabajadores de la cultura. LEER MÁS...
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