América Latina debe continuar reivindicando su propia Deuda Histórica, concepto que permite reclamar al capital transnacional y a las grandes potencias hegemónicas del mundo el pago de compensaciones, reparaciones o valores por los años de explotación y saqueo de los recursos latinoamericanos.
Juan J. Paz y Miño Cepeda / El Telégrafo (Ecuador)
Pasó desapercibida una noticia que debería despertar la inquietud de América Latina. Se trata de lo siguiente: hace poco, el juez Mark Pizzo, del Tribunal Federal de la ciudad de Tampa (Florida), en los EE.UU., decidió que España podrá retirar el tesoro que la empresa Odyssey Marine Exploration obtuvo, en 2007, de lo que se cree fue el galeón “Nuestra Señora de las Mercedes”, hundido en el siglo XVII.
De aquel galeón se extrajeron cerca de 600 mil monedas de oro y plata, cuyo valor se estima en unos 500 millones de dólares. Además, España ha emprendido una política de recuperación de los tesoros perdidos en la ruta de las Indias (particularmente en el Caribe), calculándose que existirían unos 8 mil navíos hundidos. Desde la perspectiva económica, una serie de analistas supone que con la fortuna últimamente rescatada y con la que se podría obtener en el futuro, España podrá cubrir sus necesidades financieras para salir de la crisis.
Como puede advertirse, España ha realizado una reivindicación del patrimonio en oro y plata hallado en un galeón de la época colonial. Y ha obtenido un triunfo jurídico. Con igual razón, América Latina debe continuar reivindicando su propia Deuda Histórica, concepto que permite reclamar al capital transnacional y a las grandes potencias hegemónicas del mundo el pago de compensaciones, reparaciones o valores por los años de explotación y saqueo de los recursos latinoamericanos, así como por el traslado de su oro y su plata, y de cantidades invalorables de piezas arqueológicas o documentos históricos, a museos, bibliotecas u oficinas estatales del extranjero.
Al cobro de las deudas ilegítimas, América Latina tiene que oponerse exigiendo el pago de la deuda histórica. El caso señalado no es el único en cuanto a deuda histórica. Hay otros: la población afrodescendiente de los EE.UU. ha reclamado por los años de esclavitud y segregacionismo en su país; la comunidad judía lo hizo con el Estado alemán, por el trabajo esclavista durante la época nazi; los mapuches en Chile siguen sus reclamos por la sistemática explotación de recursos de que han sido víctimas; y los indígenas amazónicos de Ecuador también consiguieron un fallo favorable contra la Chevron por la destrucción petrolera de su medio ambiente.
En el asunto del galeón “Nuestra Señora de las Mercedes” el problema de fondo es que esos metales preciosos rescatados provenían de América Latina y cabe, por tanto, su propio reclamo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario