sábado, 24 de febrero de 2024

Justo Arosemena y el positivismo

 Las ideas no surgen de la nada, sino en redes complejas de circulación e interacción global desde hace cientos de años. Es necesario ir más allá del eurocentrismo y valorar a nuestros autores a la luz de esa complejidad.

Abdiel Rodríguez Reyes / Para Con Nuestra América

Desde Ciudad Panamá


En Panamá recordamos a Justo Arosemena como el padre de la nacionalidad, además de diplomático, historiador, político y jurista; sin embargo, poco lo reivindicamos en el marco del positivismo, a diferencia de esas otras temáticas donde sí contamos con una rica bibliografía, como lo podemos constatar en la investigación realizada por el bibliotecólogo Leonardo Álvarez Lora, en Justo Arosemena. Su vida en libros, periódicos y revistas [Bibliografía]. Por otra parte, la mayoría de las enciclopedias, tratados y diccionarios asignan a Augusto Comte como el “padre” de este “movimiento intelectual”. Queremos plantear aquí, de forma preliminar, la temprana conexión entre Arosemena y el positivismo. 

 

El positivismo

 

Es harto conocido que Comte fue la figura central del positivismo y que, éste es movimiento intelectual cuyo epicentro fue “Francia, Inglaterra y Alemania”, como lo planteó Julián Pacho, catedrático de la Universidad del País Vasco, en su libro Positivismo y darwinismo (2014). A nadie se le ocurriría poner a Arosemena también en esa constelación; quien, para esas mismas fechas, en la primera mitad del siglo XIX, esbozó algo similar a Comte. 

 

El libro célebre que encumbró al positivismo fue Discurso sobre el espíritu positivo de 1844 y los aportes de Arosemena al respecto están en Apuntamientos para la introducción a las ciencias morales y políticas, datan de 1840. Esto no significó que de ese libro citado de Comte provengan las primeras noticias sobre esta nueva temática. Entre 1830 y 1842 publicó Curso de filosofía positiva y antes, en 1822, cuando apenas tendría 24 años, Plan de los trabajos científicos necesarios para reorganizar la sociedad. Arosemena tendría apenas 23 años cuando publicó Apuntamientos

 

En síntesis, Arosemena no pudo leer el canónico libro de Comte de 1844 para sus Apuntamientos, pero en el mejor de los casos, sí tener noticias de los libros de la década del veinte y treinta del siglo XIX. Incluso, él cita a “Carlos Comte” (Arosemena, 1968, p. 71), pero realmente no podemos saber si se está refiriendo a Augusto y haya sido un error, todo parece indicar que sí, porque en su obra cuando cita a Comte (2004:79) lo hace en referencia a “sistema” y, quien estaba hablando precisamente en esos términos era Augusto. 

 

Lo más probable es que, el joven Arosemena recibió noticias tempranas de esas primeras obras del positivismo. Como planteó la doctora Patricia Pizzurno, “San Bartolomé -donde estudió Arosemena- era un hervidero de nuevas ideas” (Pizzurno, 2017, p. 183); además, Bogotá era considerada “la Atenas de América”, como nos advirtió Alfredo Figueroa Navarro. Será necesario estudiar las redes, el contexto y las fuentes utilizadas por Arosemena para haber esbozado análogamente algunas de los tópicos del positivismo. Téngase en cuenta que, Arosemena, según Diógenes de la Rosa, “de su generación fue de los más viajeros” (de la Rosa, 2019, p. 52). En fin, solo su cosmopolitismo explica su apertura a estas nuevas temáticas y su afán por estar al tanto de las más recientes novedades bibliográficas de su tiempo. 

 

Noticias de Apuntamientos 

 

Consideramos oportuno indagar el trayecto de Apuntamientos. Amerita hacer un trabajo arqueológico de esta obra importante para las ciencias sociales y humanas. Como lo hemos planteado, Arosemena es más conocido como diplomático, político etc.… pero no como un teórico del conocimiento, hoy diríamos epistemólogo. Apuntamientos es su primera obra publicada de forma anónima en Estados Unidos en 1840. 

 

En 1918 se abrió un concurso literario en homenaje al centenario del natalicio de Arosemena. El ganador fue Octavio Méndez Pereira con la voluminosa obra titulada Justo Arosemena. Una obra de más de seiscientas páginas en la edición del “Comité Organizador de los Actos Conmemorativos del Bicentenario del Nacimiento de don Justo Arosemena”. Para esas fechas, también se escribió para ese mismo concurso, Vida ejemplar de Justo Arosemena, de José D. Moscote y Enrique J. Arce, pero no logró ver la luz hasta 1956, en una edición del Departamento de Bellas Artes del Ministerio de Educación. En 1946 salió en Biblioteca Selecta, Vocación Filosófica del Doctor Justo Arosemena, de Moscote, con una nota al respecto de Diego Domínguez Caballero, lo que sería el capítulo sexto de la obra en conjunto con Arce. 

 

Ambas obras hacen referencia a Apuntamientos. Méndez Pereira recogió el testimonio de Juan de la Granja al señalar que la obra en cuestión era de “un joven - natural de Panamá - que apenas tendrá veinte años se haya dedicado a tratar de materias tan arduas y tan profundas que solo parecen reservada a la sabiduría y la larga experiencia de la senectud” (apud Méndez Pereira, 2018, p. 37). Es importante citar el trabajo de Méndez Pereira quien a pesar de reivindicar esta obra “como uno de los jugosos frutos de la joven inteligencia de Hispanoamérica”, tanto para el “medio” como la “época” tiene su valor, pero está “lejos de […] originalidad” (Méndez Pereira, 2018, pp. 45-46)

 

Moscote y Arce dicen un poco menos sobre Apuntamientos, pero en la misma dirección. “Por aquí puede verse cuánto había andado el doctor Arosemena en el camino del positivísimo, en una época en que la obra de Augusto Comte apenas sí había sido terminada […] nos hallamos muy lejos de asignar a nuestro compatriota el título de precursor de tal sistema de filosofía” (Moscote. & Arce, 2018, p. 50). Al final de cuentas, para Moscote y Arce, Apuntamientos fue una “promesa”. 

 

Revisitando Apuntamientos

 

Hasta mediados del siglo XX se logró tener más noticias de Apuntamientos, con la edición de Ricaurte Soler de 1968. En el prólogo, Soler planteó que, “La materia de este libro -refiriéndose a Apuntamientos- es la fundamentación filosófica de las ciencias sociales”. Su trabajo editorial fue pionero revisitando esta obra, reeditándola por primera vez en 1968, en un escenario dónde según Soler “ningún reaccionario de nuestros días querría la publicación de este libro” (Soler, 1968, p. 7-9). También Leopoldo Zea compiló un “fragmento” de Apuntamientos en la enjundiosa obra Pensamiento positivista latinoamericano en dos volúmenes. Y, más recientemente, contamos con la edición del Bicentenario. 

 

Desde mediados de los años cincuenta del siglo pasado, Soler trabajó con “inéditos” y “manuscritos originales” de Arosemena facilitados por Méndez Pereira, quizá allí pudo vislumbrar la cuestión. En 1958, de su retorno de París, dictó una conferencia en la Universidad de Panamá, intitulada: Justo Arosemena y el positivismo autóctono hispanoamericano, allí defendió la tesis de que Arosemena fue “más allá de Comte y Spencer […] la ciencia social que Arosemena pretende fundamentar no se basa en lo físico, como en Comte, ni en lo biológico, como en Spencer: la ciencia social de Arosemena es radicalmente la ciencia de los hechos sociales, tal como en Durkheim” (Soler, 1979, pp. 44-45)

 

Pablo Guadarrama en su obra Positivismo y antipositivismo en América Latina (2004), resalta los aportes de Apuntamientos, “cuando aún ni el positivismo ni el marxismo […] se habían propiamente constituido”. Además, Guadarrama señaló que, atribuirle a Arosemena su planteamiento a las influencias de pensadores europeos “sería tan injusto como inexacto”. Porque para este, “Arosemena es un pensador indudablemente original y, a la vez, lo que es más importante auténtico” (Guadarrama, 2004, p. 69)

 

Más recientemente, Villarreal & De Gracia (2022:56) plantean un “marcado positivismo” en Arosemena. Ellos identificaron un “proto evolucionismo” en Apuntamientos, donde está presente “su vocación evolucionista” (Villarreal & De Gracia, 2022, p. 65). Sin duda, estas lecturas enriquecen nuestro derrotero en la comprensión de los límites y proyecciones de Apuntamientos

 

A modo de conclusión

 

Consideramos que el aporte de Arosemena al positivismo es importante y no lo hemos estudiado lo suficiente. Ya sea por nuestro encuadre eurocéntrico o letargo científico. Es necesario hacer un estudio arqueológico de Apuntamientosen el marco del positivismo. 

 

La recepción de nuestros pensadores de la primera mitad del siglo XX, como Méndez Pereira, Arce y Moscote, si bien ensalzaba el esfuerzo de Arosemena, no le otorgó ninguna originalidad a esa obra en particular. A diferencia de Soler, Zea y más recientemente Guadarrama, quienes sí ponderan al genio istmeño. 

 

Como señalaron Soler y Guadarrama, Apuntamientos fue un gran aporte en las ciencias sociales y humanas, poco conocido o ignorado totalmente. Lo cierto es que, como planteó Diógenes de la Rosa, Arosemena fue “un pensador de preocupaciones universales”. Aquí solo hemos puesto introductoriamente el texto en su contexto, para ulteriores investigaciones, al calor de la necesidad de una historia realmente mundial del positivismo y el papel de nuestro pensador en ella. 

 

Las ideas no surgen de la nada, sino en redes complejas de circulación e interacción global desde hace cientos de años. Es necesario ir más allá del eurocentrismo y valorar a nuestros autores a la luz de esa complejidad. Poner nuestras ideas producto de las circunstancias contextuales en su lugar y no al margen de las grandes discusiones gnoseológicas de mediados del siglo XIX que dieron origen al positivismo.

 

Bibliografía

 

Arosemena, J., 1968 [1840]. Apuntamientos para la introducción a las ciencias morales y Políticas. Panamá: Ediciones de la Revista Tareas.

Comte, A., 2004 [1830-1842]. Curso de filosofía positiva. Buenos Aires: Ediciones Libertador.

De la Rosa, D., 2019. Don Guillermo y don Justo. Dos hombres ante una misma preocupación. En: Diógenes de la Rosa. Testigo y protagonista del siglo XX panameño. Compilación de su obra. Tomo II. Panamá: Academia Panameña de la Lengua, pp. 38-60.

Guadarrama, P., 2004. Positivismo y antipositivismo en América Latina. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Méndez Pereira, O., 2018 [1919]. Justo Arosemena. Panamá: Comité Organizador de los Actos Conmemorativos del Bicentenario del Nacimiento de don Justo Arosemena.

Moscote J., D. & Arce E., J., 2018 [1956]. Vida ejemplar de Justo Arosemena. Panamá: Comité Organizador de los Actos Conmemorativos del Bicentenario del Nacimiento de don Justo Arosemena.

Pacho, J., 2014. Positivismo y darwinismo. Madrid: AKAL.

Pizzurno, P., 2017. Justo Arosemena: Utilitarismo, industria y moral. Revista Cultural Lotería, pp. 182-194.

Soler, R., 1968. Prólogo. En: Arosemena, J. Apuntamientos para la introducción a las ciencias morales y políticas. Panamá: Ediciones de la Revista "Tareas", pp. 7-9.

Soler, R., 1979. Estudios sobre historia de las ideas en América. 3 ed. Panamá: Librería Cultural Panameña.

Villarreal, C. & De Gracia, G., 2022. Justo Arosemena y la recepción romántica del evolucionismo por el Panamá del siglo XIX. Societas, 24(2), pp. 50-107.

Zea, L., 1980. Pensamiento positivista latinoamericano. Vol. ICaracas: Biblioteca Ayacucho.

 

 

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