Razón
tenía el apóstol José Martí cuando dijo: “Los bárbaros que todo lo confían a la
fuerza y a la violencia nada construyen, porque sus simientes son de odio”.
Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América
“Yo me muero como viví”.
Silvio Rodríguez
Por medio de la expresión artística, Antonio Guerrero resiste el injusto presidio político en EE.UU. |
El pasado
9 de agosto Antonio Guerrero héroe de la República de Cuba, condenado
inicialmente -contra toda lógica- a una cadena perpetua más diez años, y
resentenciado en el 2009 a veintiún años más diez meses en prisión y cinco años
de libertad supervisada, por monitorear a los grupos terroristas de Miami que
fraguaban planes criminales contra los dirigentes, el pueblo y las
instalaciones de Cuba, una vez más “salió” de prisión a través de su producción
artística. Antonio Guerrero además de ingeniero en construcción de aeródromos
ha sabido cultivar la poesía y la pintura.
La gran
muralla de silencio impuesta por el imperio ha hecho que en más de quince años los
grandes medios comerciales no aborden el caso de los Cinco cubanos detenidos en
Estados Unidos (dos de ellos, René González y Fernando González libres, después
de haber cumplido injustas condenas). Las pocas veces que los medios se han referido
a los Cinco, los han tratado de espías. Pero ninguno de ellos realizó
actividades de espionaje contra Estados Unidos. Según establece la ley
norteamericana, un espía es aquella persona que roba u obtiene documentación
clasificada como secreta (generalmente de carácter militar), debidamente resguardada,
con el propósito de entregarla a un gobierno extranjero. Durante el juicio no
hubo una sola evidencia de que ellos hubiesen obtenido información del gobierno
de los Estados Unidos o información peligrosa para la seguridad de ese país.
Antonio
Guerrero y sus cuatro hermanos se infiltraron en los grupos terroristas de
Miami (Alpha 66, Hermanos al Rescate, Fundación Nacional Cubano Americana,
Directorio Democrático Cubano, CORU,
Consejo por la Libertad de Cuba). Si bien son grupos que funcionan fuera de la
ley, toda vez que se trata de atacar a la revolución cubana, cuentan con el
beneplácito de los gobiernos de turno de los Estados Unidos. Los Cinco, monitoreaban
para obtener información a fin de evitar atentados y muertes dentro de Cuba y en
los mismos Estados Unidos.
Es parte
de la historia de los Cinco y de la revolución cubana la inmensa moral de la
que están hechos sus hijos revolucionarios, que aún en condiciones inhumanas,
adversas y humillantes, se han mantenido erguidos. En todo este tiempo los
héroes cubanos se han convertido en ejemplo de verdaderos seres humanos; quienes
han estado cerca de ellos en las prisiones, han visto en sus vidas integridad,
inocencia y dignidad.
En estos
más de quince años de condena injusta, Antonio Guerreo ha publicado tres libros
de poemas: Desde mi altura, Poemas
confidenciales y La verdad me nombra. Recientemente desde la prisión de Marianna,
en la Florida, ha pintado quince acuarelas, las cuales han sido llevadas a
exposición en varias ciudades de los Estados Unidos y Europa con el nombre “Yo
me muero como viví”.
Para el
pasado 09 de agosto estaba programada la exposición en la galería Sweat Records
en Miami, pero sectores de la derecha batistiana vinculados a los grupos
terroristas se valieron de amenazas y obligaron a la propietaria del lugar,
Lauren Reskin, a cancelar la exposición. Como puede verse el comportamiento
violento de estos grupos, desdice mucho de cuán demócratas y tolerantes dicen
ser. En Miami la libertad de expresión es una quimera; quien no se alinea a la
degradación humana de la turba cavernaria, es amenazado.
Sin
embargo, de todas maneras la exposición se llevó a cabo en la fecha indicada en
el Centro Cultural Veye Yo de la comunidad haitiana, resistiendo así cualquier
tipo de intimidación o presión que trataron de establecer contra ellos. El
informe de los cables de Miami impresiona –son medios que siempre han estado en
contra de la revolución cubana-, al señalar que, mientras que en la exposición
había alrededor de cien personas, en las afueras del local los protestantes
llegaban apenas a siete. Fue un verdadero bochorno para el llamado exilio
cubano, que otrora se decía, eran cientos dispuestos a batirse contra cualquier
signo de la revolución cubana. Esto ha sido uno de los más grandes reveses que
han sufrido los extremistas de la derecha miamense. Como dice el periodista
Edmundo García, “todo indica que la mayoría de ellos se encuentran internados
en algún siquiátrico de Miami”.
El evento
fue patrocinado por El Partido de Trabajadores Socialistas de Miami, la Alianza
Martiana, Cuban Americans for Engagement (CAFE), entre otros. Quienes
asistieron disfrutaron de la muestra de Antonio Guerrero y abogaron por la
libertad de los tres cubanos que todavía quedan presos en cárceles de Estados
Unidos.
Si bien los
ideales y valores que mueve a ambos sectores son opuestos, también es abismal
el trato que se les da a los héroes cubanos en las cárceles de los Estados
Unidos y la que recibe el agente norteamericano Alan Gross en La Habana. Como
sabemos, Gross trabajaba como contratista para la Agencia de los Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional (USAID) y trató de ingresar ilegalmente
tecnología de telecomunicaciones a Cuba, para crear bases de subversión contra
el gobierno cubano. Fue detenido el 4 de diciembre de 2009. En marzo de 2011 se
llevó a cabo el juicio, acusado de "actos contra la independencia o la
integridad territorial del Estado". Fue condenado a quince años de prisión.
Alan Gross formaba parte de un "proyecto subversivo del gobierno de los
Estados Unidos que apuntaba a destruir la Revolución mediante el uso de
sistemas de comunicación fuera del control de las autoridades".
Mientras
que Alan Gross dispone de toda la atención médica especializada que requiere,
ha recibido varias veces la visita de su esposa Judy Gross y goza de todas las
facilidades humanitarias otorgadas por las autoridades cubanas, lo que hacen las
autoridades estadounidenses contra Antonio Guerrero es lo contrario. Antonio
Guerrero expresa en una de sus acuarelas (esto está escrito) un hecho inhumano
y bestial. Cuenta que cuando se encontraba en el Hueco, encadenado de pies y
cabeza, se sentía muy mal de las encías y las muelas; cuando vino el auxiliar médico, luego de revisarle le recetó:
“Sáquele un hilo a su toalla y límpiese entre las encillas con el hilo”.
Razón
tenía el apóstol José Martí cuando dijo: “Los bárbaros que todo lo confían a la
fuerza y a la violencia nada construyen, porque sus simientes son de odio”.
Con
las acuarelas de Antonio Guerrero Cuba suma otra victoria moral
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