La princesa de Francia, una de las
diecisiete películas de la competición oficial,
fue la primera de las tres producciones latinoamericanas en competición proyectada el segundo día del
Festival de Cine de Locarno que se realiza entre el 6 al 16 de agosto.
Sergio Ferrari* / Especial
para Con Nuestra América
Desde Locarno, Suiza
El realizador argentino Matías Piñeiro (Foto: S.F.) |
“Estar aquí es muy importante para nosotros. Es una
ventana importantísima (del cine
internacional). Y un momento clave, ya que luego de mucho trabajo la brindamos
al público”, afirma el joven realizador argentino Matías Piñeiro en su
entrevista exclusiva.
Para Piñeiro, que realiza actualmente estudios de cine en
Nueva York, presentar el film significa que “éste se ponga en movimiento… cobre su independencia”.
El gran desafío de traerlo a Locarno, el primero de una
serie de festivales donde será exhibido en los próximos meses, consiste en
verificar, que “lo que hemos producido con tanto esfuerzo puede comunicar. Más
aún, que logra encontrar cómplices, entre los espectadores”.
Matías Piñeiro estudió en Universidad del Cine donde
también se desempeñó como profesor, viajando a los Estados Unidos de Norteamérica
en 2011 con una beca de la Universidad de Harvard.
Con apenas 25 años realizó Un Hombre robado. En 2009 Todos
Mienten; un año más tarde Rosalinda,
y en el 2012 Viola, que recorrió
exitosamente numerosos festivales internacionales, catapultando a este joven
intelectual y realizador a un cierto reconocimiento más allá de las fronteras de su país.
Construcción
“radical”
La
Princesa de Francia, es una construcción
radical. Une teatro y cine, los integra y los potencializa. En escasos 70
minutos y con limitados recursos de producción- que oscilan en unos 80 mil
dólares según informa la productora- se aleja abruptamente de la tendencia
cinematográfica de realismo social dominante en ese continente en los años
ochenta y noventa.
Y que se define, según Piñeiro, “por su musicalidad, el
ritmo intenso, y un diálogo activo que no le tiene miedo a la palabra… Una
especie de orquesta donde cada parte, actor-actriz, objeto presentado y
momento, tiene cierta autonomía e independencia, pero se articula en un tono
casi musical”, sostiene.
Una obra que no tiene un preconcepto de lo que tiene que
ser una película; “que prueba cosas nuevas” y que intenta que el espectador
integre su propia lectura, visión, sentimientos”.
Dándole fuerza a esos objetivos de La Princesa de Francia, un escenario sencillo pero variado y un guión preciso que narra el regreso de
Víctor a Buenos Aires después de un año de ausencia con el proyecto de promover
un nuevo proyecto para su compañía de teatro.
Se trata de la adaptación radiofónica de Penas
por amor perdidas de Shakespeare, con la actuación de cinco actrices,
mujeres que en la vida real conocen muy bien a Víctor y han mantenido
relaciones afectivas intensas con el actor principal. Quien no duda que ese
tiempo de trabajo compartido muy pronto va a convertirse en una nueva reflexión
sobre los amores perdidos.
La democracia potencializa la diversidad del cine
¿Es representativo el film argentino que compite en
Locarno con una dinámica cinematográfica
innovadora y radical presente en su país?, preguntamos a Matías Piñeiro.
La respuesta es mesurada y las facetas del análisis
amplias. “Lo que domina hoy en la producción argentina es la diversidad y
heterogeneidad”, subraya. Para precisar que “hay muchos tipos de cines que
conforman el actual cine argentino”.
Lo interesante, sigue reflexionando, es que “mi película
fue posible realizarla en la Argentina de hoy. Podemos decir y presentar lo que
se nos plazca. Son muchas las producciones y muy diferentes”. Las más
comerciales; las que se proyectan en salas alternativas; las que circulan por
los festivales etc.
Esta riqueza de modalidades y tipos de producción, precia
Piñeiro, no pueden separarse del nuevo renacer democrático, que desde los
ochenta vive la más meridional nación del continente. “Se expresan una gran
diversidad de voces; hay un abanico de posibilidades y sin duda la democracia
potencializa todo eso”, enfatiza.
De Locarno al futuro… una cuarta película programada.
Quiero todavía trabajar más con ciertos personajes femeninos que todavía no han
tenido cabida en mis películas anteriores, señala. Hacia allí entonces la obra
en proceso Hermia y Helena, las que retoma elementos de Sueños de una Noche de Verano.
*Sergio Ferrari, desde Locarno, en colaboración con
swissinfo.ch
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