Este artículo lleva como título “Israel” y no ‘Israel y Palestina’. La
razón de esta forma de presentar mis ideas se debe a que el problema es el Estado
de Israel. Pienso que si el Estado de Israel desaparece, se resuelve el
problema de Palestina. Si desaparece Palestina, en cambio, el problema de
Israel sigue igual: tiene que enfrentar a los demás países árabes de Medio
Oriente.
Desde Ciudad Panamá
¿Existen probabilidades que desaparezcan el Estado de Israel o
Palestina? Creo que las probabilidades son muy escasas, a nada menos que se
produzcan eventos - en el cercano o mediano futuro - que no se encuentran
actualmente sobre el ‘tablero’ de la geopolítica mundial. Las organizaciones
políticas generalmente tienen corta vida. Los nombres pueden sobrevivir pero
bajo otras formas políticas.
Por ejemplo, Panamá existe desde hace 500 años cuando los
conquistadores españoles fundaron la ciudad en 1519. Ha pasado por muchas formas
de organización, pero ha conservado el nombre y otros elementos importantes
(pero no fundamentales) por cinco siglos. Igual Inglaterra, que en poco tiempo
celebrará su milenio con motivo de la conquista normanda y la consolidación
paulatina de su identidad. Podemos mencionar grandes imperios como China que
aún existen después de varios milenios. También ciudades que existen, en la
actualidad, evocando un pasado esplendoroso como Atenas, Roma, México, Cuzco y
tantas otras.
Estos imperios – y todos los demás - tienen un elemento en común: Sus
clases dirigentes se creían en contacto directo con los dioses de sus tiempos y
como los pueblos elegidos para gobernar el mundo. Este discurso le daba poder
sobre sus pueblos para llevarlos al último sacrificio a nombre de una fuerza
sobrenatural.
Desde la Revolución francesa los dirigentes políticos han evolucionado
y comenzaron a racionalizar su poder. En el siglo XXI (así como en el siglo
anterior) las guerras asumen otros símbolos como Patria, Nación o justicia. A
pesar de ello, todavía vemos residuos del pasado y escuchamos gritos de guerra
que evocan a un dios, a una religión e, incluso, algún papa.
En el caso de Israel, nace como un proyecto político muy controversial
a principios del siglo XX que llevaría a pueblos de diferentes partes del mundo
– con una religión común - a crear asentamientos humanos en el Medio Oriente.
Después de la segunda guerra mundial – 1947 – la ONU cedió la mitad del
‘Protectorado’ inglés - Palestina - a los militantes judíos de Europa y sus
agentes sionistas. No hay que olvidar, los judíos fueron perseguidos y
masacrados por los alemanes en Europa durante la segunda guerra mundial
(1939-1945).
La solución final de los alemanes era eliminar físicamente a los
judíos europeos. Además, en su lista de grupos indeseables estaban los gitanos,
las minorías eslavas y otros pueblos supuestamente inferiores. Después de la
guerra, la solución final de los aliados victoriosos consistió en expulsar a
los judíos de Europa: Llevarlos a Medio Oriente.
La decisión tomada en la ONU fue apoyada por la URSS (la actual Rusia)
y Gran Bretaña, por distintas razones. EEUU no vio con entusiasmo el proyecto
de Israel pero no se opuso. Creía que era un complot soviético para crear en el
Medio Oriente un Estado socialista, con sus kibuz e ideas colectivas. Cuando
los judíos proclamaron el Estado de Israel en 1948, los gobiernos árabes
vecinos le declararon la guerra y fueron derrotados. Hubo dos guerras más y en
ambas los judíos ganaron. En la guerra de 1967 Israel ya contaba con el apoyo
entusiasta de EEUU, que aprobó la anexión de tierras palestinas adicionales al
nuevo Estado.
Para esa fecha, la geopolítica de la región había cambiado y la ‘mesa’
se había dado vuelta. La URSS apoyaba a los gobiernos nasseristas, ‘Baath’ y de
otros signos desarrollistas. EEUU, en cambio, se aferró a Arabia Saudita, Irán
e Israel. Con el tiempo, EEUU desestabilizó a todos los países árabes, desde el
Atlántico al Indico. En las fronteras orientales de la gran Arabia está Irán, de
los ‘ayatolas’, que tampoco es aceptado por EEUU. En la conquista de Medio
Oriente por parte de EEUU, Israel ha sido su mejor aliado. Sólo en 2014, EEUU
presupuestó una transferencia a Israel de 3 mil millones de dólares en apoyo
militar y otros 500 millones de dólares en ayuda para el desarrollo
tecnológico. En la tercera y última entrega, la próxima semana, veremos el
futuro de Israel.
31 de julio de 2014.
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