En enero de 1861 Benito Juárez decreto la suspensión de pagos y una
moratoria de dos años para los acreedores privados y estatales de México. En
octubre, el Reino Unido, Francia y España, firmaban la Convención de Londres
donde se decidía intervenir militarmente la patria del tequila.
Rodrigo Gómez Tortosa* / Especial para Con Nuestra América
Desde Buenos Aires, Argentina
Meses después una fuerza española secundada por los dos imperios
aliados ingresaba por el puerto del Verazcruz con 10 mil hombres para intentar
tomar por la fuerza los caudales adeudados y más. Corrientes historiográficas
futuras, aseguran que lejos de buscar los montos adeudados, los aliados
buscaban imponer una monarquía en México que adopte los rumbos políticos que
ellos pregonaban a favor de sus intereses.
Los Estados Unidos de América, en junio de 2014, sin utilizar la
fuerza militar (políticamente incorrecto en occidente no así para utilizarla en
oriente), ratificó un fallo que si la Argentina cumpliere, traería el colapso financiero y con ello
consecuencias sociales altamente negativas.
Por estos días donde el fantasma del default sobrevuela la Rosada,
todos los medios de comunicación puntualizan en Thomas Griesa, Juez Federal de
Nueva York, pero poco se dice de la intepretación del pari passu dictaminada por
la Justicia Norteamericana en plenitud. La ratificación del fallo el 23 de
Agosto de 2013 por parte de la Cámara de Apelaciones de Nueva York, con la
posterior negativa a tratar el caso por la Corte Suprema de los EEUU., elimina
la teoría de que el Juez Griessa es un desquiciado hombre mayor de 84 años que
hace sin comprender demasiado las consecuencias, sino que tuvo el pleno
acompañamiento de todas las instancias judiciales que la Argentina pudo apelar
y para evitar que lo que los fondos buitres cobren bonos por jugosos U$1.300
millones de dólares que pagaron apenas centavos de su valor nominal.
Pero no solo estamos ante la presencia de una justicia que avala esta
práctica carroñera, sino ante un Poder Ejecutivo norteamericano que no acompañó voluntariamente los reiterados pedidos de amicus que le hizo informalmente la
Argentina para presentar ante las instancias judiciales. A diferencia de países
como Francia, Brasil y México que entendieron que este fallo adverso tiene
indudablemente consecuencias globales, el gobierno de Barack Obama desestimo su
intervención como necesaria y así dio el visto bueno para un fallo adverso a
los intereses argentinos.
Justamente la corriente doctrinaria
jurídica del realismo es de la partida que las decisiones judiciales no
son entes abstractos, sino que estas tienen consecuencias sociales directas y
la valoración de los jueces a la hora de determinar su decisión debe
necesariamente tener en cuenta esto. La decisión de la Justicia de EEUU
delimita las futuras reestructuraciones de deuda de forma tal que ya no es
seguro intentar hacerlo. España, Grecia, Italia, sólo por mencionar algunos de
los casos más resonantes, pensarán dos veces antes de intentar defaultear sus
deudas para luego reestructurarlas, por
lo que estamos ante un caso que
produce un disciplinamiento global desde el Hegemón a países que no sigan la
políticas recomendadas por el FMI o tengan la veña de Washington.
Pero esto resulta llamativamente más perverso aun cuando los
arbitristas -consejeros políticos medievales- del Siglo XX y XXI, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, son participes necesarios del endeudamiento
crónico de los Estados latinoamericanos que utilizando como instrumento primero
las dictaduras y luego el recetario neoliberal de políticas económicas del Consenso
de Washington para generar dependencia de los mismos hacia las potencias
centrales y sus organismos multilaterales de crédito.
Si algo debemos reconocer a la estrategia Argentina es que entendió
que la decisión judicial de Griesa poco tenía de jurídica, sino que su matriz
es puramente política y sobre todo representa intereses estratégicamente
globales para los Estados Unidos, ya que de otro modo sería un disparate la
interpretación del principio de parí passu tal y como se basa la sentencia. Por
esto los apoyos de MERCOSUR, CELAC, G77+ China, BRICS, UNASUR y otras
organizaciones internacionales que expresaron su apoyo a la causa contra los
fondos buitres, resulta una reacción política necesaria en desmedro del poder
de los Estados Unidos.
Un dato que no debemos dejar pasar desapercibido: el bochorno de EEUU
absteniéndose en la votación de condena a los fondos buitres en la OEA. La
administración de Barack Obama en consonancia con la independencia de su Poder
Judicial tuvo que haberlo respaldado y ante el agravio generalizado de todos
los países de América no pudo votar
negativamente.
Horas nos separan de descubrir si la Argentina abordará un acuerdo con
los Fondos buitres o en cambio decidirá desoír la sentencia de Griesa en lo
inminente. Indudablemente el riesgo de la clausula RUFO pone a nuestro país en
jaque pero ya se empiezan a vislumbrar alternativas como la propuesta de
Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA)
de formar un fondo de garantía para colaborar en la restitución del STAY que
evite un nuevo tipo de default a definir el “default de quien paga”.
30 de Julio de 2014.
* Rodrigo Gómez Tortosa es
politólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Maestreando en Estudios Sociales
Latinoamericanos. UBA
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