Ahí
está Míster Trump haciendo de las suyas de nuevo. Ahora amenaza con gravar las
importaciones mexicanas si no no se cumplen sus deseos de reducir la
inmigración a través de México.
Rafael Cuevas Molina/Presidente
UNA-Costa Rica
Vano
esfuerzo, Míster Trump, mientras haya un resquicio la gente seguirá llegando,
porque las condiciones en las que vive son inhumanas. Es preferible enfrentar a
sus huestes desplegadas en la frontera a seguir padeciendo día a día el
infierno al que la someten.
No
solo ha amenazado a México sino que ha enviado tropas a Guatemala para que
vigilen la frontera; y sigue terco con lo del muro mientras lanza imprecaciones
a diestra y siniestra: nos ha llamado ladrones y asesinos; ha catalogado a
nuestros países de agujeros de mierda.
A los
venezolanos y a los cubanos los tiene cercados. No deja que lleguen alimentos
ni medicinas. Sus secuaces recorren el continente tratando de aglutinar a las
oposiciones mediocres, ambiciosas y dispersas que deberían derrocar a Maduro y
tomar el poder.
Un
auditorio de presidentes lambiscones y serviles escuchan lo que llegan a
decirles los enviados del imperio. Son una corte de bufones que esperan
anhelantes por la llegada del mensajero del emperador.
¿Cómo
hemos podido cambiar tanto en tan poco tiempo? ¿Recuerdan la cara de
desconcierto de Bush cuando, en Mar del Plata, él, que estaba presto para
estampar su firma para certificar la creación del ALCA, se dio cuenta que eso
no sucedería nunca?¿Recuerdan ustedes a Barak Obama accediendo a que la OEA le
pidiera a Cuba que regresara a su seno? ¿Ya no se acuerdan de los lamentos de
estos que ahora se postran a los pies de los enviados de Míster Trump porque
decían que los Estados (así, en apócope cariñoso, como a ellos les gusta decir)
estaban viendo para otro lado y nos descuidaban?
Todo
eso fue posible solamente porque estábamos unidos y teníamos un proyecto
propio, independiente, que veían por nuestras necesidades y buscaba las
posibilidades para impulsarlo.
¿Sería
posible tanta bravata, pataleo y berrinche de niño maleducado si estas fueran
nuestras condiciones actuales?¿Podría Míster Trump amenazar con atropellar a lo
mexicanos con tanta soltura como lo hace ahora?
El
señor Trump, el prepotente, el malcriado millonario acostumbrado a explotar y a
tratar mal a sus empleados, arma su tinglado de circo decadente y recorre las
barriadas a las que tan despectivamente se refiere porque sabe que solo
encontrará serviles y mediocres yesmen
que tiemblan cuando Míster Pompeo aparece en lontananza.
Otro
gallo cantaría con nosotros unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario