Más que dos modelos de
país, lo que está en juego en las elecciones de octubre es la supervivencia del
Estado de Bienestar, máxima expresión de los derechos sociales e individuales
conquistados dentro del desarrollo del Estado liberal moderno surgido de la
Revolución Francesa, con todos los defectos que le podamos achacar como a los
movimientos de izquierda que han quedado rezagados frente al versátil
capitalismo voraz.
Roberto
Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde
Mendoza, Argentina
Aunque no quisiéramos,
siempre estamos volviendo al memorable y oscuro relato de Joseph Conrad,
publicado el último año del siglo XIX y que dejó una huella imborrable en la
literatura como recurso de describir lo indescriptible. Sin nombrar al Congo y
su majestuoso río, ni al rey Leopoldo de Bélgica y su ambicioso proyecto de
explotación de marfil y tesoros que guardaba esa región, como tampoco la
infinidad de esclavos torturados a su paso, pudo exponer una desgarradora
historia que lo inmortalizó. Muchos recordarán el film Apocalipsis Now de
Francis Ford Cópola de 1979, con un Marlon Brandon despiadado e irreconocible,
inspirado en ese gran libro.
Este domingo 16 de
junio – cuando se cumplían 64 años del olvidado e inolvidable bombardeo de la
Plaza de Mayo por aviones de la Fuerza Aérea de la Marina Argentina, con un
millar de ciudadanos entre muertos y heridos arrasados por furiosos gorilas que
luego aterrizaron en Uruguay – un “misterioso” apagón en todo el país, sur de
Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay dejó a millones de habitantes sin luz ni
agua, como también sin los elementales servicios, muchos de ellos
indispensables para la vida.
Qué pasó, no se sabe.
Según el Secretario de Energía, Gustavo Lopetegui (ex CEO de la empresa aérea
LAN, exponente de la meritocracia imperante), fallaron los conductores de alta
tensión entre Yaciretá y Salto Grande. Pero en definitiva, no sabe. Lo
desconoce o, elude las causas, porque comprometen el núcleo de la gestión.
Los que tocamos de
oído, que somos la mayoría de la población, tenemos derechos a especular en
cualquier sentido, puesto que las empresas prestadoras primero cortan el
servicio y luego hay que hacer el reclamo, previo pago de la deuda por más
abultada que sea. Y ahora, en reciprocidad nos cabe preguntar: ¿quién pagará
ahora los platos rotos? ¿Los simples y sufridos ciudadanos otra vez? ¿Quién se
hace cargo? Y ¿el rol mediador del Estado? Porque desde luego, hay entes
reguladores en cada provincia para mediar entre las empresas de suministro y
los consumidores. Ni pensar en el costo millonario que significaría la demanda
judicial en cada caso.
¿Y sí la paranoia nos
atravesara pensando en la posibilidad de un atentado cibernético? Porque en
tren de elucubrar podemos recordar que ocurrió algo similar en Venezuela hace
un tiempo, aunque fueron tres días. Broma o intimidación de los chicos del
norte que también podríamos agregar. Amigos son los amigos y favores son
favores, podría decir un Donald en campaña de reelección a un Mauri en la misma
situación o viceversa. Pero no nos volvamos locos, el florido y primaveral
octubre está lejano o no.
Lo grave y por demás,
sospechoso, es que nadie más salió a dar una explicación seria, racional y
convincente. Claro, podemos entender que era domingo y los funcionarios como
cualquier hijo de vecino, no trabaja ese día. Además, se celebraba el Día del
padre, más motivos para estar todos recluidos en la intimidad de sus casitas y
en familia.
Pasó un domingo a la
mañana, a partir de las 7,06 hs., en un día de poca actividad, pero fatal para
hospitales o edificios donde todo funciona con electricidad desde cocinas,
calefactores y ascensores. Imaginemos el pánico en salas de urgencias,
quirófanos e infinidad de usuarios que no pueden dejar de tener ese suministro
indispensable.
Pero… qué hubiera
pasado un día de semana con subterráneos, semáforos, etc. y más etc. También
debemos agradecer que ocurrió en invierno, cuando el sistema funciona casi a la
mitad de su potencial. Si hubiera pasado en un verano tórrido, con todos los
aparatos de refrigeración encendidos, hasta habría atenuantes.
Bueno, alguna de las
desquiciadas respuestas esgrimidas es que: “estamos tan bien que colapsó el
sistema por sobre oferta”. Recuerda otras descabelladas como: “la gente no
compra en supermercados porque prefiere hacerlo por Internet”, Marcos Peña
(sic) o, “hay una nueva tendencia en Buenos Aires de dormir en la calle” por el
aumento de gente en situación de calle. (Clarín). Un verdadero disparate, como
tantos que ocurren en este “corazón de las tinieblas” neoliberal armado como
para el enriquecimiento y deleite del legendario y aterrador Señor Kurtz, ese
personaje sin alma creado por Conrad para encarnar la ambición y perversidad extrema
del otrora imperio belga.
Se aumentaron las
tarifas de manera descomunal – tal el pretexto de dolarizar el mercado interno
– al sólo efecto de mejorar el suministro (justificación nunca comprobable) y
darle aire, mucho más que aire a las empresas energéticas; empresas
pertenecientes a los grupos amigos e integrantes del gobierno, por si algún
desprevenido no se enteró.
Responsables del
colapso han sido: Cammessa y Transener empresas surgidas estos últimos tres
años para concentrar la oferta (suministro, transporte y distribución
domiciliaria), ambas vinculadas a la cúpula de la cúpula. Porque todos los
caminos conducen a Roma. Qué pasó entonces, ¿no se hicieron las inversiones
necesarias y que se propalaban a los cuatro vientos cuando se les llenaba la
boca con denuncias de déficit energético? Vaya uno a saber… o, mejor no saber.
Por eso demoraron los twiter oficiales y las comunicaciones del Secretario
responsable del área.
También se celebraban
elecciones en cuatro provincias, en las que se demoró el acto eleccionario y,
en las cuales volvió a ganar el peronismo, sumando más derrotas oficialistas.
Cuestión que, además de ponerlos nerviosos los puede llevar a extremos
insospechados como este apagón.
Más que dos modelos de
país, lo que está en juego en las elecciones de octubre es la supervivencia del
Estado de Bienestar, máxima expresión de los derechos sociales e individuales
conquistados dentro del desarrollo del Estado liberal moderno surgido de la
Revolución Francesa, con todos los defectos que le podamos achacar como a los
movimientos de izquierda que han quedado rezagados frente al versátil
capitalismo voraz.
El cacareado
republicanismo que esgrimen, como su defensa a la democracia, lo vienen
sosteniendo en el país desde el golpe a Yrigoyen en 1930, para ir quedándose
con todos los recursos, como reversionando sucesivas “conquistas al desierto”.
Es de esperar que este
inédito apagón haya iluminado la cabeza de los desencantados, a la de la
mayoría sufriente dicididamente opositora y a la de los desprevenidos que aún
esperan que las cosas mejoren en el futuro.
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