sábado, 8 de junio de 2019

Perú: “el grito popular no es el que manda ¿ok?”

Con el suicidio del último líder del partido aprista, y el encierro definitivo de los Fujimori,  Washington y sus corporaciones aliadas en el Perú preparan estrategias de afianzamiento del poder foráneo con miras a las elecciones del 2021. La consigna es defender la Constitución de 1993, cuerpo jurídico legitimador del actual orden neoliberalmente establecido.

José Toledo Alcalde / Para Con Nuestra América

Mercedes Aráoz, vicepresidenta de Perú
La desafortunada sentencia del título de la presente surge del improperio emitido por Mercedes Aráoz, Vicepresidenta de la República del Perú, contra la majestad del soberano, el pueblo peruano.[1] 

¿Qué se puede esperar de este tipo de representación política en el Perú? ¿Qué se puede esperar de modelo de gobernabilidad que a todas luces representa intereses ajenos a las necesidades de la nación? ¿Qué se puede esperar de uno de los sistemas políticos más corruptos y corruptibles del planeta?

El actual contexto jurídico-político del Perú, después de las declaraciones de Jorge Barata (Odrebecht), removió las endebles estructuras del sistema político nacional. Presidentes y aspirantes al preciado sillón del ejecutivo se graduaron con honores en “traición a la patria”. Sean estos de derecha, centro e izquierda, todos y todas los perseguidos y perseguidas por la justicia accedieron a financiamiento de campaña y pago de sobormo proveniente del crimen organizado. Alán García Peréz, Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, todos los mandatarios, sin excepción, engañaron y traicionaron al pueblo, una y otra vez. Imagínense ustedes la dimensión de la pudredumbre de los niveles inferiores de la jerarquía!

¿Y el grito popular…?

Mandatarios, magistrados, congresistas, presidentes regionales, alcaldes, regidores, empresas de la cosntrucción, periodistas y medios de comunicación, entre otros, siguen siendo delatados como artifices del programa político-financiero-empresarial más mezquino y corrupto como nunca antes se había escuchado en la historia de la República del Perú.

¿Y el grito popular…?

El mismo presidente, transitorio (¿?), Martín Vizcarra Cornejo, cuenta en su haber con 46 denuncias, según manifiesto del ex Fiscal de la Nación Pedro Chávarry denunciado como posible miembro de la organización criminal “Los cuellos blancos del puerto”. A todo esto, el presidente Martin Vizcarra denuncia blindaje del Legislativo, en clara coalición apro-fujimorista, a favor del ex Fiscal archivando las denuncias acumuladas en su haber.

Es en este contexto donde Vizcarra presenta al Congreso de la República del Perú cuestión de confianza, con la finalidad de aprobar los proyectos de ley de reforma política basada en cinco puntos, cuando le preguntan a Mercedes Araoz sobre el clamor del pueblo a favor del cierre del Congreso la cual respondió: “El grito popular no es el que manda ¿ok?”.

La colonialista expresión de la cuestionada Vicepresidenta Araoz, cuestionada por crimenes contra poblaciones indigenas y fuerzas militares en el conflicto de Bagua (05/06/09), representa, a la perfección, la estructura ideológica del guión injerencista de Washington representado en el Perú por USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), corporaciones y Ongs a su servicio.

¿Y el grito popular…?

Para el imperio cuando la servidumbre pierde sentido utilitario debe ser eliminado. Y, esa es la suerte de todos aquellos que lo sirvieron, aquellos que vivieron la ilusión del poder junto al trono del emperador, y al final terminaron sus dias detrás de rejas, escondidos en el extranjero, suicidados o en eternas prisiones preventivas. A esto se le conoce como democracia representativa. A esto se le conoce como estado de derecho e imperio de la ley. 

Como en época de la carnicería del Coliseo romano, donde el grito del pueblo, desde la tribunas valía un bledo, pero divertía a la elite e inquietaba a las bestias, la vida, al final de cuentas, dependía del pulgar del emperador. 

¿Y el grito popular…?

Cien gladiadores eran enviados a guerrear a la arena. El último en sobrevivir era degollado o quedaba a discreción del emperador salvarle la vida con solo levantar el pulgar. El teológo Franz Hinkelammert y la teológa Elza Tamez nos recuerdan que ese carnicero juego llevaba como nombre “sinne missione” (sin misión); juego sin misión, sin sentido. Una suerte de todos contra todos satisfaciendo patológicos caprichos de quienes tenían el poder de salvar o quitar la vida en sus manos. 

Los gladiadores se enfrentaban entre familias y amistades. Enfrentar al pueblo siempre fue la diversión favorita de los poderosos. Las luchas divertían las tribunas ávidas de dolor, sufrimiento y sangre. Y así hasta nuestros dias. El Coliseo romano como paradigma de la diversión del imperio. En el caso peruano, Alberto Fujimori fue el titere perfecto, como sus antececesores de la región, para introducir despiadamante el neoliberalismo en América Latina y el Caribe. Lo usaron en dos periodos de goberno. Cuando su presencia pusó en peligro la hegemonia del imperio terminó, él, su asesor e hija en la cárcel administrando – desde la sombra - el guión injerencista y saqueador por medio del Congreso de la República a quienes se esta a punto de bajarle el dedo y enviarlos, finalmente, al vientre de las bestias ávidas de sangre. Exactamente lo mismo sucedió con Alán García Peréz, Alejandro Toledo, PPK, Ollanta Humala…la lista sigue. 

¿Y el grito popular…?

Con el suicidio del último líder del partido aprista, y el encierro definitivo de los Fujimori,  Washington y sus corporaciones aliadas en el Perú preparan estrategias de afianzamiento del poder foráneo con miras a las elecciones del 2021. La consigna es defender la Constitución de 1993, cuerpo jurídico legitimador del actual orden neoliberalmente establecido.

¿Y el grito popular…?

El signo que las acciones de Martín Vizcarra, gabinete y aliados se encuentran alineadas al programa injerencista del hegemón es el silencio de Washington, OEA, PROSUR y el Grupo de Lima. El ajedrez ha sido ensayado miles de veces. El juego sin sentido, desde la perspectiva del pueblo, pero con hegemónico sentido desde el imperio, es fielmente llevado a la práctica por asalariados representantes.  

Tengamos por seguro que cuando la soberanía así como los derechos sociales, civiles, culturales y económicos del pueblo sean colocados como prioridad de la agenda de estado, el Perú sería considerado una amenaza inusial y extraordinaria para la seguridad nacional de los EEUU. Sus reservas en dólares y oro en EEUU, Bélgica, Inglaterra, Portugal, etc., serían secuestradas y administradas a través de algún advenedizo y transitorio “presidente encargado” quien tendría como “guión liberador”: “Cese la usurpración, gobierno de transición y elecciones libres”. 

¿Y el grito popular…?

¿Cómo se las ingeniará la coalición de izquierda, de vencer el 2021, para hacer respetar en el Perú, y la región, los derechos sociales, civiles, culturales, económicos, ambientales y el grito popular como prioridad de la política de estado sin ser considerado como “dictadura”, amenaza inusial y extraordinaria para la seguridad nacional de los EEUU y sujeto digno de bloqueo financiero, comercial y económico?

Recordemos que no existió, ni existe, palabra o acción alguna expelida por gobierno peruano, sus representantes del Congreso de la República y medios de comunicación que no llevó, y siga llevando, el signo aprobatorio de USAID, CONFIEP  y aliados para quienes el grito popular no es el que manda ¿ok?.




[1] RTV - La República. Congreso en capilla | Claro y Directo con Augusto Álvarez Rodrich.En: Youtube  https://www.youtube.com/watch?v=E8yJBaDCMM4

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