A pesar de
que la visita del Che a Gaza fue breve y que aún faltan por revelarse muchas
fuentes testimoniales, la memoria de la resistencia palestina quedó impregnada
del aliento inculcado por la presencia evocada. La figura del Che mantiene su
vigencia en las tierras negadas.
Cristóbal León Campos / Especial para Con Nuestra
América
Desde Mérida, Yucatán. México
El Che en Gaza, durante su visita en 1959. |
El Che encabezó la delegación diplomática del
gobierno cubano que visitó a los países participantes de la Conferencia de
Bandung celebrada en Indonesia en 1955, cuya unión cimento la creación del
Movimiento de los Países No Alineados que efectuó su primera cumbe el año de 1961
en Belgrado, Yugoslavia, siendo Cuba, el único país representante de América
Latina, en esa ocasión, Bolivia, Brasil y Ecuador, estuvieron
en calidad de observadores. Las bases de los países no alineados eran el apoyo a la
autodeterminación; la oposición al apartheid
en Sudáfrica; la no adhesión a pactos multilaterales militares; la lucha
contra el imperialismo en todas sus formas y manifestaciones; el desarme; la no
injerencia en los asuntos internos de los Estados; el fortalecimiento de la
ONU; la democratización de las relaciones internacionales; el desarrollo
socioeconómico y la reestructuración del sistema económico internacional.
La visita cubana inició el 13 de junio en el
Cairo (Egipto) y se prolongó hasta el 8 de septiembre, incluyendo en su derrotero
a la India, Indonesia, República Federativa de Yugoslavia, Ceilán (Sri Lanka),
Pakistán, Birmania (Myanmar), Japón, Sudán y Marruecos. La delegación cubana
buscaba establecer todo tipo de relaciones (políticas, diplomáticas,
comerciales y culturales) que le permitieran colaborar para la liberación de
los pueblos y resistir ante las amenazas y acciones que ya sufría por parte del
imperialismo estadounidense: Cuba era ya un símbolo en la lucha contra el
colonialismo.
El
historiador palestino Salman Abu Sitta afirma sobre la visita del Che a la
Franja de Gaza que “fue un hecho
histórico que marcó el inicio del carácter internacional de la causa
Palestina”. Sensible al acontecer de la región, el propio Che fue quien
solicitó visitar Gaza, posteriormente de haber escuchado la descripción del
acontecer en la vida cotidiana de los refugiados palestinos y conocer un poco
más sobre los “fedayines” (guerrilleros palestinos que resistían ante el ejército
sionista) surgidos durante la Guerra del Canal de Suez en 1956, iniciada por la
invasión israelí al territorio de Sinaí, el 29 de octubre de ese año, junto con Gran Bretaña y Francia.
Sobre
estos hechos el Che opinó que la victoria obtenida en ese entonces por la
coalición Árabe se logró por la distribución de armas que realizó el presidente
de Egipto, Gamal Abdel
Nasser, entre
la población y por la solidaridad internacional. A partir de lo narrado, no es
difícil comprender la simpatía surgida entre el Che y la resistencia palestina.
El Che expresó su convicción de que el retorno de los palestinos a su hogar
solo se lograría mediante la lucha revolucionaria de liberación: “No hay otro
camino sino la resistencia a la ocupación […] El derecho finalmente debe ser
restituido”. Es probable que las opiniones y análisis del Che hayan contribuido
a la confirmación del Ejército
para la liberación de Palestina (ELP) en 1967.
Durante la gira diplomática, el Che fue
condecorado con la Orden Gran Libertador de los Oprimidos, que le entregó el
presidente de Egipto en el Cairo. El 20 de junio, visitó la ciudad de
Alejandría, en donde conoció el monumento Port Said, que conmemora a los caídos
durante la invasión de Israel, Gran Bretaña y Francia de 1956. El 26 del mismo
mes, sostuvo una reunión con Salah Salem, una de las más destacadas figuras de
la resistencia nacionalista. Al finalizar el viaje, el Che reflexionó sobre la
experiencia, sinterizando escribió: “Desde antes del descubrimiento de América,
obedeciendo a la expansión Europea en busca de nuevos mercados donde adquirir
materia prima para sus industrias nacientes, Asia y África fueron objeto de la
visita y de la rapiña disfrazada bajo el pomposo título de colonización, de
esas potencias. Nuestro viaje de tres meses por los países que acaban de
liberarse de un yugo feroz y han iniciado su camino hacia la liberación
económica y el desarrollo industrial, significó una serie de enseñanzas
políticas, sociales y económicas, algunas de las cuales trataré de hacer llegar
a los compañeros del Ejército Rebelde […] El poder de aglutinación de los
pueblos ha sido más grande que la capacidad de división de las fuerzas
coloniales y se produce de pronto un hecho que es la alborada de la
recuperación de los pueblos Afro-Asiáticos […] Entre los países que con más
entusiasmo lucharon por la integración del conglomerado de naciones
semi-coloniales, se encontraba Egipto conducida por Gamal Abdel Nasser. Cuando
nosotros visitamos ese país, hace unos cuatro meses, ya el Egipto se llamaba
Provincia Sur de la República Árabe Unida. La República Árabe Unida constituye
el principio del sueño secular de esa raza por lograr una unificación política
que dé marco a su unidad étnica, religiosa y cultural”. Las reflexiones del Che
siempre tuvieron presente a los países del Tercer Mundo, su consigna de “Crear
dos, tres... muchos Viet-Nam”, se refiere a la solidaridad revolucionaria que
debe extenderse por el mundo, sin importar las fronteras, para poner fin a los
sistemas de opresión como el sionismo y el imperialismo.
El testimonio de Omar Fernández Cañizares,
capitán del Ejército Rebelde, que acompañó al Che en el viaje, refiere que
sostuvieron diálogos con militares brasileños integrantes de Fuerzas de
Naciones Unidas desplegadas en la zona, al igual que con autoridades locales
egipcias. Un dato por demás revelador, es la crónica que hace Fernández
Cañizares en su libro Un viaje histórico
con el Ché, al mencionar que cuando regresaban en automóvil a territorio
egipcio; hombres, mujeres y niños palestinos se enfilaban por el camino para
despedir al Che, quien viajaba con su uniforme militar verde olivo y su boina
negra.
A pesar de que la visita del Che a Gaza fue breve
y que aún faltan por revelarse muchas fuentes testimoniales, la memoria de la
resistencia palestina quedó impregnada del aliento inculcado por la presencia
evocada. La figura del Che mantiene su vigencia en las tierras negadas y, ante
el recrudecimiento de la violencia sionista e imperialista con la decisión de
Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, en conjunto con
el silencio culposo de los países europeos, negando de facto la patria a millones de palestinos refugiados, la imagen
revolucionaria se extender por cada uno de los rincones y las calles que ocupa
y defiende el pueblo palestino. La solidaridad internacionalista de la
Revolución Cubana con la resistencia palestina ha continuado y profundizado
desde la visita del Che al territorio de Gaza, la causa común por la liberación
de los pueblos y el fin de la dominación imperialista escribió un pacto
enraizado en la dignidad humana: Hoy la imagen del Che Guevara se observa en
los muros de la dignidad palestina.
Integrante
del Colectivo Disyuntivas
REFERENCIAS
Abu Sitta, Salman. “El Che Guevara en Gaza”. En:
arabia.watch. Publicado el 26 julio 2015.
Leo, Martín. “El Che Guevara en Palestina”. En: www.laizquierdadiario.com.
Publicado el 9 de diciembre de 2019.
López de la
Torre, Carlos Fernando. “Encuentros solidarios en épocas revolucionarias. La
Revolución Cubana y el Frente Sandinista de Liberación Nacional ante la causa
palestina”. En: Crítica y Emancipación.
Año VII. Núm. 14. Segundo semestre Julio- Diciembre 2015.
Nodal, Leoneol. “Cuando el Che estuvo en Gaza”.
En: www.juventudrebelde.cu.
Consultado el 17 de junio de 2019.
Sergio Tapia, Abu Faisal. Crónicas de un Escritor de Izquierda. Éditions La Libraire
Politique 1871. 2019.
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