sábado, 1 de junio de 2019

Próxima estación: Oslo

Las miradas se vuelcan sobre Oslo, Noruega, próximo punto titilante del flujograma que comenzó su puesta en marcha de forma pública en enero de este año. Los diseñadores de la estrategia no están muy convencidos de que en esa estación se logren alcanzar los objetivos trazados inicialmente, pero los acontecimientos han llevado hacia allá, hacia la negociación, el pulso por el poder en Venezuela.

Leopoldo Puchi / El Universal

Hay escepticismo, en la medida que se esperaba otra evolución de los acontecimientos, y porque se llega allí por el peso de la realidad y de las circunstancias.

En un principio se pensó que con cierta facilidad el efecto conjunto de la creación de una imagen de poder dual, las amenazas de intervención y el anuncio del embargo petrolero harían la tarea de convencer a los militares para que actuaran por medio de una sublevación o un golpe palaciego y se produjera así el traslado del poder hacia los sectores de la oposición comprometidos.

GEOPOLÍTICA

No ocurrió así y, luego de tres intentos de sublevación militar en el transcurso de estos meses, no se confía en que un levantamiento exitoso tenga lugar, aunque hace pocos días la agencia Reuters informaba: “EEUU relanza contactos con personal militar venezolano”.

También se conoció que la otra alternativa, la de una intervención militar efectiva, y no como simple amenaza, no estaba decidida. En este sentido, Frank Mora, ex subsecretario de defensa para el hemisferio occidental, explica que Donald Trump nunca se comprometió con una intervención directa en Venezuela, por lo que no es seguro que esto ocurra.

Por lo demás, la dimensión geopolítica del conflicto obligó a que se entablaran conversaciones entre Sergei Lavrov y Mike Pompeo, que conducen a explorar vías diplomáticas antes de que haya una decisión sobre acciones bélicas.

OPCIONES “INTERMEDIAS”

De manera que, sin garantías de golpe ni de intervención, se ha admitido que, por el momento, el terreno adecuado para proseguir la lucha por el poder es el de las negociaciones.

La oposición insistirá en que el sector gubernamental debe abandonar Miraflores, y del lado del Gobierno se planteará un acuerdo en el que se creen las condiciones políticas que le permitan ejercer el mandato presidencial.

Hasta el momento, cada sector se mantiene en sus posiciones, aunque es posible que en el transcurso de las conversaciones se construyan opciones “intermedias”.

SANCIONES

Las expectativas de que los resultados de la negociación se inclinen hacia el planteamiento de la oposición residen en los efectos esperados del vector de profundidad de la estrategia en curso: las sanciones petroleras y financieras, que generarán más penurias en la población y mayor malestar social. Un “bombardeo” que el Gobierno intentará circundar con nuevos mercados y otros mecanismos de pago de las importaciones. Esa es la batalla que se libra fuera de la apacible Oslo.

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