Con Nuestra América se une al clamor nacional e internacional por un proceso debido al Comandante César Montes, por el respeto a sus derechos humanos y constitucionales y por su seguridad sanitaria; por eso, semanalmente compartiremos páginas de su diario “Con la mochila al hombro. Cartas desde la cárcel”.
12 de diciembre de 2020.
Me fui de “ruso”, no hubo muchas visitas a este módulo, sólo al otro, donde el fuego graneado fue tumultuario. Gajes de la capacidad económica. Hubo preparación de visitas conyugales off the record.
Leí, escribí, marché poco más de media hora, pienso y pienso. Recibí noticias proponiéndome que si salgo libre, salga del país. La razón es porque lo que hago no les gusta a los sectores empresariales de las hidroeléctricas y terratenientes. ¿Qué hago?, pregunté. La respuesta me sorprendió: “les abres los ojos y los organizas”. Esa es la razón por la que soy preso político.
Mundo psicodélico: en los inodoros escucho discusión seria sobre la cotización del agua en Wall Street, imagino que arribaron a alguna propuesta para el mercado de valores. “Hermano cierre sus ojos y clame a Dios, él es el único que decide el momento de su libertad”. “Dios salve a Guatemala" dijo copiando a Giamatei que copia a Trump. Como diría un ciudadano francés ¡mierda! Y sigo leyendo a Eduardo Villagrán.
Me entretengo respondiéndole a un palomo que canta en la rama más cercana. Alguna habilidad debo tener para lograr que me responda, pensando que alguna paloma responde a su canto. Puedo distinguir cuando es un macho el que canta y las notas de respuesta de la hembra. Habilidades aprendidas en la guerra. Hay otros pajarillos fáciles de imitar que se metían a nuestra casa en Ciudad de México.
Vimos con mi defensor la situación de mis dos casos, aún en diciembre aportaremos testigos de descargo. Si hubiera justicia ya estaría libre, pero aquí reina la corrupción. La Fiscal General nombró investigadora del Ministerio Público a la esposa de un narco pedido en extradicion por la DEA en USA. Ella sería la que investigaría al único elemento anticorrupción en el Ministerio Público.
Así es la tragicomedia de este gran país convertido en opereta.
13 de diciembre de 2020
Alguien en esta prisión dijo: “esto es como ir en un barco de piratas”. No tienen conciencia de que si se dividen pueden hundirse todos, si se unen se salvan todos. Efectivamente, hay desunión y eso los perjudica. He escuchado la conversación sobre la mariguana más extensa y documentada entre un detenido y un guardia de presidio. Maestría en ese y otros estupefacientes.
Casualmente salieron los del Barrio 18 y el más temido de todos, el famoso “Lobo” me saludó de lejos y al ver un toldo nuevo que instalaban en nuestro módulo, hizo en voz alta el comentario: “hay dinero con ustedes, mucha…” y amplió su dicho: “bueno ahí está el Comandante Montes que tiene mucho dinero”. Esa es la errónea imagen de mi persona. Otro detenido opinó más tarde: “ya están pensando en extorsionarte”. Me reí a carcajadas de la ocurrencia, que no es tan lejana de las posibilidades. Ese es el mundo al que me recluyeron por mis ideas políticas.
Mientras tanto sigo escuchando a fortiori el constante concierto de reguetón monotemático, que no supera la astronómica cantidad de dos a tres compases reiterativos hasta el cansancio. Si salgo tendré un doctorado en reguetón. Hastiado hasta el cansancio de esa no música de esas no canciones, aprendo a leer sin prestarle atención, ignorándola para concentrarme en la lectura cuando no en la escritura, al ejercicio, a la meditación trascendental, a lo que sea, porque mis preferencias son: música clásica de fondo, comida sana acompañada de buen vino, postre de flan, un amplio vidrio frente a mí que deje pasar suficiente luz y vista al patio lleno de flores; cultivar orquídeas, verlas florecer, muchos libros para leer, la computadora para escribir. Nada mejor si todo eso se tiene con una gran compañía …un viejo amor que no se olvida, ni se deja y nunca se le dice adiós.
14 de diciembre de 2020.
“Un día más en el paraíso”, ironizó un privado de la libertad, sonríe amargamente. ¡Conteo! gritan los guardias, nos formamos, cuentan. Hay sólo doce, uno salió libre para ser juzgado desde su casa. Su causa fue la de catorce niñas que murieron carbonizadas, en lo que irónicamente se llamaba “Hogar seguro”. Todas menores de edad, no todas eran delincuentes, algunas estaban sólo por no tener hogar y las llevaron a un centro dependiente de la Secretaría de la esposa del presidente (SOSEP) y de un ministerio de ineptos.
El detenido fue nombrado por el payaso, borracho, acosador, racista, incapaz expresidente narco Jimmy Morales, quien lo abandonó a su suerte, recién había sido nombrado y purgó tres años y nueve meses por haber sido usado literalmente. Cosas de la política gubernamental y la justicia que no tiene independencia alguna del Poder Ejecutivo. Ciertamente, a pesar del escándalo mediático del caso, al tiempo, el gran público olvidó a las niñas de Guatemala y las lapidaron en los medios de prensa. Las víctimas fueron acusadas de iniciar el fuego y se las presentó como jóvenes en conflicto con la justicia. Fueron trasladadas a “Esperanza de Vida”, en Zacapa, ONG de mi gran amigo Carlos Vargas. Ahí están en mejores condiciones.
De todos modos, las catorce muertes parecen menos graves que los tres marinos de cuya muerte me acusan injustamente. La salida de un detenido alivia levemente el hacinamiento. Pero en mi caso es crucial y lo celebro. Ahora tendré espacio para mis pertenencias: dos pantalones, igual cantidad de calcetines y ropa interior. Varios chumpas (chamarras), suéteres, mis libros mi libreta de apuntes y mis botas de siete leguas.
15 de diciembre de 2020.
A pesar de que salió libre un detenido, dormí en el suelo porque trasladarse de la parte alta de la litera a la baja que se desocupó es complicado. Los que tienen años, acumulan diversas e inexplicables propiedades. El espacio aquí es tan limitado que aún debajo de las literas hay división de áreas.
Personajes: Hablamos largamente con un ex militar que llegó a sargento primero. Su papá le dijo que mejor se presentara al ejército antes que el Comisionado Militar lo amarrara y lo presentara a la fuerza. Eso le valió, como también el hecho de haber terminado sus estudios aprendiendo mecanografía. “En aquella época no había computadoras y un mecanógrafo era considerado como muy instruido. Me tocó ir al cuartel donde nos enseñaron a armar y desarmar fusiles, disparar y nos sacaban la mierda (sic) en el ejercicio. Nos golpeaban duro, los castigos eran duros. Me tocó dormir sobre los alambres de la cama y el colchón encima. Nos entraba el frío en la espalda, nos quedaban marcados los resortes. Cumplí mis dos años y medio de servicio pero me re engancharon automáticamente por los muertos y heridos en la guerra que eran muchos. No sabíamos más cosas que odio a los guerrilleros, y desconfianza cuando no odio, a los campesinos. Luchamos sin saber por qué contra la guerrilla, que eran malos, comunistas…” que les pagaban cantidad de dinero para atacar al ejército, botar puentes y quemar cañaverales en la costa. “Si hubiéramos sabido la verdad no hubiéramos luchado contra la guerrilla, hubiéramos sido guerrilleros también”. Terminó diciéndome: “tanto que dicen de usted y al conocerlo es tan diferente la realidad a las mentiras”.
Situación nacional: El desprestigiado gobierno ganó tiempo pero no mejora su imagen. Nadie ha concitado tanto repudio de tanta gente en tan poco tiempo.
16 de diciembre de 2020
Llegaron las encomiendas de alimentos y la mía incluida. Amanecí durmiendo en la parte alta de la litera. No dormir en el suelo es una gran ventaja. Nuevamente desperté a las cuatro de la mañana, como toda la semana. Han dicho que es normal por el estrés de estar prisionero. De todos modos fue ascenso, literal, a pesar de que por antigüedad le correspondía a otro más joven. Fue una consideración a mis 80 años.
A algunos les llega comida hecha en casa y comparten. El espíritu de solidaridad contra el individualismo sobrevive, a pesar de los muchos años de detención aún conviven gestos de solidaridad. Hoy entró la refrigeradora autorizada por la dirección. Todos contribuimos económicamente para comprarla y firmamos la solicitud. Todo en orden con el reglamento, sin coimas. Un detenido ordena (por medio de quien le trajo la encomienda) que le traigan un arroz chino. Llega calientito, se paga y a disfrutarlo. Son tan pocas las cosas que se pueden hacer, cuando se logra, es un gran placer.
Por eso, lector no puedes comprender lo que significa ya no dormir en un colchón en el suelo “como cualquier animal” (así dice la canción) sino en una litera de cemento donde pones tu colchón y te sientes un sultán (sólo que sin harem).
Consumí aceite de oliva gracias al responsable del módulo. Pedí que me trajeran una botellita para reponer lo consumido. Trajeron aceite en lata y no lo dejaron entrar. La molestia de quien generosamente me había brindado su apoyo fue mayúscula y me reclamó con seriedad mi incumplimiento, ante mi explicación argumentó: “¿y por qué no lo vaciaron en bolsa de plástico para entrarlo?” Se dio vuelta y su enojo duró hasta hoy que me trajeron el aceite en envase de plástico. En la calle no saben lo que significa el incumplimiento de un compromiso o falta de imaginación para resolver lo del envase de metal por un par de bolsas plásticas.
17 de diciembre de 2020
Amanecí otra vez en mi litera y dormí más de ocho horas. Soñé implicando mi libertad. Saldré libre, no he de morir en la cárcel. Los “necios” revolucionarios morirán luchando dice el cantor cubano. Soy uno de los necios que quiere morir como vivió.
Anoche vino el Inspector General del Sistema Penitenciario, Francisco Quintana, a verificar si se están respetando mis derechos humanos, mi estado de salud, pero sobre todo “si quiero quedarme en este reclusorio o ser trasladado a otro centro”. Ratifiqué mi deseo de quedarme aquí, no ser trasladado. Soy tratado con respeto por los guardias penitenciarios y por los privados de libertad. Entraron a mi módulo a filmar y fotografiar la litera donde dormí por primera vez anoche y se tomó una foto a la par mía. Ellos saben que soy un preso político, porque nadie se toma fotos junto a un delincuente, se toman fotos junto a un personaje político preso. Esa es mi lectura. Mi abogado defensor presenció toda la actividad que finalizó con la revisión médica que me hizo el Dr. Gordillo, certificó que para mis 80 años gozo de buena salud, a pesar de ser de alto riesgo para el COVID.
Lo más importante fueron las noticias sobre mi caso de Chajmaik (Semuy 2) que son alentadoras. No me había sentido más seguro de salir que luego de conversar con mi abogado defensor. A todo eso, le sumo noticias del exterior que fueron el día anterior también muy importantes y alentadoras.
Vinieron a verme Jorge y Pablo Soto, los militares dejaron entrar sólo a uno. Me dio grande alegría y emoción su presencia y el gesto del saludo militar desde la posición de firmes. Es la nueva generación que toma la bandera en sus manos y retoman el legado. Alienta saber que los jóvenes universitarios están más firmes ideológicamente ahora que antes. Supe por su medio que las organizaciones ong’eras y partidos electoralistas de la izquierda rosa, marcan distancia de mí y de la lucha de clases y se alinean a las mesas de diálogo, a la concertación con el pacto de corruptos que gobierna y quedan cada vez más evidenciados. Con todas las dificultades y particularidades, la lucha sigue.
Nuestros héroes y heroínas no lucharon en vano, no les olvidamos, seguiremos rindiéndoles honor con la continuidad de la lucha revolucionaria en las condiciones que nos las impongan.
21 de diciembre de 2020
Vinieron a visitarme dos funcionarios de la Embajada de México, están pendientes de mi caso que tiene observación internacional. Trajeron saludos de funcionarios federales que no son solidarios con el secuestro político (levantón) y la violación de mis derechos humanos y a los convenios internacionales sobre extradición entre países. La presencia de ellos sirvió para detonar agresiones verbales de dos privados de la libertad. Los funcionarios mexicanos se dieron cuenta de la situación en la que me encuentro y los riesgos a los que me han expuesto los enemigos políticos. Esta visita y acompañamiento, es un gran respaldo a mi situación y al proceso de probar mi absoluta inocencia en los casos que me acusan.
No he dejado de tener la moral en alto, indudablemente me fortalecen visitas como esta. Es proverbial el respeto al derecho de asilo de parte de los gobiernos mexicanos anteriores. El actual gobierno de la Cuarta Transformación del Presidente López Obrador demostró, en el caso de Evo Morales, que ese respeto es aún más profundo y claro. Sé que demostraré mi inocencia y que mis hijos e hijas podrán contar con el ejemplo y la herencia de una vida sin manchas, tanto como el legado de una moral inquebrantable y firme.
El testigo de descargo, se presentó voluntaria y espontáneamente a decir la verdad y nada más que la verdad sin mediar un centavo a cambio. Eso es fraternidad y honor a la verdad.
¡Venceremos!
24 de diciembre de 2020.
Mi primera navidad en la cárcel, que espero sea la última, por mi libertad o por mi muerte.
Todo el día en previsión de la nochebuena. La frase "Feliz Navidad" no tiene nada que ver con lo que los jesuitas se refieren al nacimiento de Jesucristo. Se refieren a una fecha convertida en la del más grande consumismo de la humanidad. Si no recibes regalo te sientes mal. Si recibes un pobre regalo sientes que es pobre el cariño que te tienen. Feliz Navidad se refiere a un “reventón” en un antro o en un hotel de moda. Feliz navidad se refiere a los festejos con luces de fuegos artificiales, a la celebración con licores.
La mayoría no piensa en el pesebre, en la virgen madre y el esposo carpintero. Algunos pocos piensan en el Cristo de Palacagüina. La mayoría en regalos, comida opípara, música, muy pocos en Cristo. Medito en nuestra ignorancia nacional que cree que en el universo entero se celebra navidad.
¿Cuál navidad para el 62 % de niños con desnutrición severa?
¿Cuál navidad para los que tienen inundadas o bajo el agua sus viviendas por los dos huracanes de noviembre?
¿Feliz navidad para indígenas Quechíes desalojados en Petén que les quemaron todas sus pertenencias?
¿Feliz navidad para la mayoría del país con los peores índices de desarrollo humano?
¿Feliz navidad en el país más desigual de la región?
¿Navidad feliz en el país de los más altos índices de corrupción?
¿Navidad feliz con un narco gobierno, donde no hay justicia ni paz?
¿Feliz navidad en la cárcel por el odio de la oligarquía terrateniente y militares corruptos?
25 de diciembre de 2020
“Dadme la libertad o dadme la muerte…” Esta debe ser y será mi primera y última navidad en la cárcel. Anoche, siguiendo la tradición occidental judeo-cristiana, nos sentamos a la mesa los doce privados de la libertad. Como es costumbre, se hizo la oración para agradecer y bendecir los alimentos, que gracias a los familiares fueron abundantes. Se derramaron lágrimas al recordar a las madres, esposas, hijas e hijos.
Casi todos mencionaron la cantidad de años presos. Algunos de ellos mencionaron la posibilidad de salir libres. Mi nombre no estuvo entre ellos, al contrario, alguien con el mejor sentido, me dijo que después de la segunda navidad ya estaría habituado al encierro y a las privaciones que conlleva. Me pidió no entristecerme, no deprimirme, fue mi mejor regalo. Comimos juntos, compartiendo alimentos y anécdotas. Se les convidó a los guardias de presidio que por su trabajo no pasaron lo que llaman fiesta familiar.
Supe del descontento generalizado de los oficiales y tropa del ejército con los mandos y los ascensos; molestia por la corrupción e ineficiencia; por los premios a la lealtad para llegar al poder. El fermento se está produciendo hasta llegar a conocerse por las redes sociales. La tecnología usada para la protesta y hacerla saber a la ciudadanía de la República, la región y el mundo. La debilidad y descomposición gubernamental no es ignorada por amplios sectores. Mucho se está incubando, mucha intranquilidad social se augura; la tierra se desplaza como un deslave gigantesco que presagia la sepultura de esta condición de calamidad nacional que no es sólo por desastres naturales, es más por incapacidad y corrupción.
En esta primera navidad me empeño en que sea la última y lo será: por mi libertad o por mi muerte.Ya lo veremos en la audiencia del 29 de diciembre en la Torre de Tribunales, que asistiré a dar la batalla. El día del fin de la guerra civil, porque la paz no la construimos en estos 24 años, no la conquistamos.
26 de diciembre de 2020
“Dadme la libertad o dadme la muerte…”
Tengo claras manifestaciones del peligro de desprendimiento de retina.
Lo he hablado con el médico, salir a un centro oftalmológico es difícil, lo hacen problemático. Por ley el Sistema Penitenciario debe garantizar la salud de los privados de la libertad, esto no se cumple. Hay una lista negra, en un libro negro de los privados de la libertad que deben morir en la cárcel. Seguramente mi nombre encabeza la lista. No tengo pruebas de que exista ese tal libro, tampoco de que no lo hay. Pero las pruebas en mi contra son inventadas y tan pobres, que apuntan mis enemigos a mi muerte por esta nueva oleada de Covid-19, por un resfrío, una pulmonía o debilitamiento de mi salud por los rigores del sitio en donde me tienen encarcelado.Pienso que las señales de posible desprendimiento de retina no se atenderán preventivamente, sino hasta que sea irreversible. Así de dura es esta situación en la que me encuentro.
El caso más sonado es el de Roberto Barreda, quien a pesar de la influencia de su madre lo llevaron hasta cuando no se pudo hacer nada por su vida, con diarreas severas que lo deshidrataron hasta su muerte. A uno de aquí del cuartel y prisión de Matamoros lo llevaron con oxígeno prestado de otro preso, gracias a ser el más musculoso, de condición atlética, resistió y sobrevivió.
Apuestan a un proceso prolongado para minar mi salud y no darme libertad sino darme la muerte. Apuesto a que no lo logran pero el paso y el peso de los años no se pueden detener. No me han dado el derecho a la presunción de inocencia, no respetan convenios internacionales obligatorios que aplican por mi edad: 79 años serán exactos en marzo.
Así que o salgo libre o muerto el próximo año. No hay más alternativa que esa.
27 de diciembre de 2020
“Dadme la libertad o dadme la muerte…”
Con la alegría a flor de piel y el ánimo en alto, mantenemos la moral revolucionaria. Los muertos por accidentes automovilísticos compiten con el clima de violencia, que sobre todo afecta a las mujeres. Día a día mueren mujeres y hombres asesinados. Somos como país, el más violento del Continente y del mundo. Somos el país donde el cinismo gubernamental hace que, siendo gobernados por el pacto de corruptos, contemos con un Ministerio Público que persigue a las fiscalías (FECI), aún y cuando es parte de su misma estructura, pero que persigue la impunidad y corrupción con eficiencia. Un Ministerio Público que inventa acusaciones en mi contra, que aporta pruebas falsas de culpabilidad y omite, esconde y obstaculiza la justicia, escondiendo pruebas de descargo para sostener mi culpabilidad. Miente con plena conciencia de hacerlo en un caso en el que hay pruebas suficientes de mi inocencia. Ni estuve presente ni pude dar órdenes de ejecutar ninguna acción punible.
La acusación y mi “detención preventiva” son un barbarismo jurídico. Y lo es más porque fui secuestrado en México, sin cumplir con las normas internacionales obligatorias. Aceptan juzgarme a sabiendas de que es una violación a los más elementales derechos humanos.
29 de diciembre de 2020.
Madrugar para el baño con agua fría, cambiarse para ir a la audiencia en ayunas. Esposado como un peligroso criminal. Trasladan las esposas a la espalda en la Torre de Tribunales. Llegada muy temprano, espera de una hora, subir siete pisos por las escaleras. A mi edad lo tomo como ejercicio. Los policías alaban esa capacidad, quizá lo hacen a propósito para probarme. No importa, me hace bien caminar ya que en prisión sólo puedo dar 28 pasos en el único corredor existente y luego volver al inicio durante media hora diariamente.
Llegué con dolor de cintura, me dieron dos analgésicos y una botellita de agua. La jueza entra y no ordena que salga de la carceleta. Debo seguir enjaulado. Lee una excusa del Ministerio Público, que tienen otra audiencia a la misma hora y no se presentarán. 1. Hay fiscales suficientes como para haber nombrado sustituto; 2. Pudieron avisar previamente y no el mismo día de la audiencia; 3. Mi abogado defensor pide que la jueza verifique la veracidad o no de la otra audiencia. La jueza ignora la petición paladinamente; 4. Mi defensor pide que me permita ampliar mi declaración. Me niega ese derecho por tercera vez; 5. Se le solicita la participación de un perito en telefonía por su expertise. Argumentó que se consultaría al Ministerio Público, mi defensor contra argumentó sin ser escuchado.
Queda claro que no hay presunción de inocencia, ni respeto a mi edad. No me están garantizando la justicia. Hay en esta posposición la clara intención de mantenerme la mayor parte del tiempo que puedan en la esperanza de minar mi salud y que muera en prisión. Esta es la crónica de una muerte anunciada.
30 de diciembre de 2020.
Recibí el libro: "Tony Guiteras" de Paco Ignacio Taibo II. Tiene el misterio de ¿Por qué una obra de mi amigo y hermano Paco Taibo II?, ¿Por qué de un revolucionario cubano en fechas del triunfo revolucionario?, ¿Por qué de manos de Jorge Raúl Ramírez Anderson a quien quiero como a un hijo más que a un sobrino?, ¿Por qué el “canche” junto a Jorge, ambos posibles piezas fundamentales en el futuro año?
¿Viajeros en el tiempo? Si acaso salgo, había pensado en ellos, que deberían conocerse. Ya ocurrió. Qué más alegría que ellos dos de visita, el libro de regalo de Paco Ignacio. ¿Qué me depara esta lectura? Inicié a devorar el texto que me liberará de la prisión mientras lo lea. ¿Descubriré entre líneas los mensajes contenidos? ¿Los ejemplos para mis relatos? ¿La cercanía de quien está lejos pero presente? en un libro de tanto valor y ¡que es gratuito!
¿Que estará haciendo Paco Taibo por mi libertad?
31 de diciembre de 2020
Mi primer fin de año en prisión y vaticino que será el último. Por mi libertad o por mi muerte.
Recuerdo todo lo vivido y concluyo que fueron años productivos en los que forjé el carácter firme, cultivé la constancia, perseverancia, la insistencia, el arrojo y la valentía para dominar mis temores. Hube de esconder mi sensibilidad para mostrarme fuerte y firme ante enemigos y amigos. Creo haber sido buen padre con mis hijas e hijos, los biológicos y los que no. Fui amante apasionado del amor, no sólo a mi pareja sino a todos los seres humanos.
Fui implacable en el combate y generoso en la victoria.
Nunca busqué ni enriquecimiento personal ni la gloria. Si las circunstancias y la perseverancia me hicieron muy conocido fue por la coherencia entre el discurso y la práctica. Nunca desprecié la teoría; pero no fui un teórico ni mucho menos tira tiros. Me situé en lo que consideré el justo equilibrio. La cobardía no la conocí, tampoco me consideré temerario. Los múltiples enfrentamientos armados y políticos me dieron experiencia para que no me temblara el pulso, ni de la pistola, ni de las plumas al redactar comunicados, ni del primer paso de una larga marcha.
No escribí los “días de la selva”, otro lo hizo, yo solamente los dirigí, los viví con mis compañeros a quienes hice protagonistas de una épica fácil de narrar, tanto como difícil de vivir y más para conducir. Se pudo hacer gracias a que desplegamos el espíritu colectivo, la solidaridad y la abnegación y sacrificio de aquellos quince heroicos fundadores, alrededor de los cuales, miles se organizaron en todo el país.
Creo haber sido fiel al ejemplo internacionalista del Che Guevara en El Salvador y Nicaragua, países en donde llegué de incógnito y gané responsabilidades y grados sin proponérmelos. Trabajé en documentos y libros en dos ministerios de México: Salud y Agricultura y en una coordinadora de proyectos de desarrollo de la Presidencia de la República. También en la Comisión de Concordia y Pacificación para la Paz en Chiapas con los indígenas zapatistas.
Impartí conferencias sobre los conflictos armados y los procesos de paz en Centroamérica en las diez mejores universades de USA (incluyendo Berkeley, Stanford, Harvard, Welesly, Saint Diego y San Francisco State). Estuve en Bagdad en una misión de paz, previo a la Guerra del Golfo, en el norte de Korea cuando la crisis del barco USS Pueblo. En Libia antes del viraje de Khadaffi que lo llevó a su muerte. Pero en mi azarosa vida la estancia en Viet Nam, durante la victoriosa ofensiva del Tet cuando derrotaron a los norteamericanos fue lo que más me impactó para siempre.
Cuando en noviembre 2019 llegué a la Ciudad de México visité la embajada vietnamita con la idea de viajar a ese país a preservarme de lo que ocurrió, cuando los tentáculos de mis enemigos me alcanzaran en México. Pasó mi secuestro y falsa deportación gracias a los nexos de estructuras corruptas en Acapulco, Guerrero enlazadas con homólogas estructuras en el corrupto gobierno de la cleptodictadura guatemalteca.
Desde finales del 2019 recibí la solidaridad de funcionarias mexicanas y de mis hijas. De enero a octubre 2020 viví intensamente amado y amando al pueblo mexicano de mis padres, recibiendo asilo de COMAR y en trámite la nacionalización a la que tengo derecho.
Dedicado a escribir, leer, cultivar orquídeas, hacer ejercicios y vivir los últimos días de mi vida en un nuevo hogar, todo esto se vio interrumpido por la más grave violación a las leyes mexicanas y a mis derechos humanos. Eso me lleva a mi primer y único fin de año y celebración de año nuevo en la cárcel.
Primero y último. Lo juro. Cumpliré ante mis hijas, esposa y México que también es mi patria.
1 de enero de 2021.
Hoy hubo visita ampliada a los hijos y sobrinos de los presos. Entró comida hecha en vastedad. Los efectos fueron fatales en varios estómagos cuyos dueños satisfacieron su hambre histórica. A media noche al amanecer de la primera hora del primer día del nuevo año, llegó al pie de mi litera el que se declaró como mi enemigo en el módulo carcelario, de 62 años de edad, salud precaria, víctima de agresiones físicas antes de que yo llegara, me pidió perdón por las agresiones verbales en mi contra, dijo que lo hacía de todo corazón y besó el dorso de mi mano como lo haría un hijo ante su padre.
No me llama comandante como todos, me dice “general”. No le corrijo, le acepto sus disculpas y digo a su pedido que lo perdono de corazón. Le hablo con sinceridad, que el odio envenena la sangre del que lo padece. Que se olvide ese capítulo e iniciemos el año olvidando lo que nos ofendimos.
Nos había despertado la odiosa costumbre de quemar cohetes, bombas estruendosas y de luces. Una forma de quemar el dinero, contaminar el ambiente y asustar a las mascotas. Se repite el ritual a las 12 meridiano de este primer día y luego a las 6 pm. Ya levantado y luego del baño frío de regadera usamos la manida frase de “feliz año nuevo” que en la cárcel luce como una burla, al decirle a cada uno que encuentro. Modifico, y a todos les deseo que este año salgan libres.A media noche al terminar el 2020, varios personajes hincados frente a sus literas hacen una oración religiosa bañados en lágrimas. Hombres curtidos en prisión, enternecidos y repitiéndose “un año más en prisión y quién sabe cuántos más”.
Durante la visita a un compañero de módulo me entero que en Zacapa intentaron contratar sicarios ofreciendo US $500 mil (medio millón de dólares) por entregarme capturado en manos de mi enemigo (seguro prestanombres). Eso ocurrió en 2019 antes de Semuy2. Los jóvenes se negaron a la tarea riesgosa. Me habían enviado a decir de ese atentado a mi vida. Hoy verifico por otra fuente que fue cierto.
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