En ese sentido, Mészáros hace una crítica al capitalismo y nos brinda algunos puntos clave para hacerlo eficazmente. De los cuales quiero retomar algunos. Por ejemplo, “los defectos estructurales” del capitalismo. Es decir, por más que queramos salvarlo ya no es posible una solución interna. Como nos dice Mészáros: “los peligros inseparables del desarrollo en marcha sean mayores que los de antes, dado que el sistema del capital global ha llegado a su contradictorio cenit de maduración y saturación”. No hay forma de continuar con este mismo modo de producción (y racionalidad incluso) y seguir subsistiendo como especie.
Pensar más allá del capitalismo implica desvelar estas contradicciones y actuar de forma distinta a la que gran parte de la humanidad lo hace. Reproduciendo las relaciones sociales capitalista como únicas e inalterables. En ambos casos (tanto en las ideas como en las acciones) es necesario “retar al sistema del capital en sí” en su totalidad y complejidad. Tácticamente es válido aprovechar todas las brechas del muro para tirarlo abajo totalmente, pero si ignoramos la totalidad de pensar y actuar más allá del capitalismo estamos arando en el mar.
Plantearnos la pregunta en cuestión seriamente no es un artilugio más, es un asunto de vital importancia porque pensar y actuar distinto al capitalismo es la condición de posibilidad para la existencia de la especie humana ante el desastre del capitalismo.
Profesor de Filosofía en la Universidad de Panamá
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