sábado, 16 de enero de 2021

Panamá: La crisis, el pacto, la Constituyente y la fundación de una Nueva República

 Tenemos una democracia presidencialista que ha vaciado al ciudadano de su condición de soberano, y que en nombre de la democracia la ha reducido a la mera condición electoral.

Enoch Adames M. / Para Con Nuestra América

Desde Ciudad Panamá


Si algo tiene de exitosa —hasta ahora—, la hegemonía político-cultural de las élites dominantes en el Panamá Republicano post invasión, es la construcción de un imaginario político que hace de la democracia sinónimo de presidencialismo; y economía equivalente a economía neoliberal de mercado. Dos modelos del orden económico y político agotados y en profunda crisis.

Noventa con Hinkelammert

 Son noventa años de vida de Franz Hinkelammert; cincuenta años de una producción teórica formidable lo encumbran como uno de los grandes pensadores críticos de nuestro tiempo.

Abdiel Rodríguez Reyes / Para Con Nuestra América

Desde Ciudad Panamá



Como dice Raúl Fornet-Bethancourt, Franz Hinkelammert no necesita presentación en Abya Yala. Economista, teólogo, gran lector de Karl Marx y Walter Benjamin. Nos saltamos esa parte para mencionar aspectos relevantes de su obra pertinentes en nuestro presente pandémico. Ahora mismo el acecho del mercado neoliberal aumentó, el cual invade todos los ámbitos de nuestras vidas. Por ejemplo, si no tienes dinero para pagar una atención médica privada y la pública está saturada por la pandemia, lo más probable es que mueras ante una eventual complicación.

Biden: ilusiones de cambio y nada más

 Resulta extremadamente peligroso y desmovilizador suponer que un hombre de rancio ADN imperialista pueda ser tan bueno como para celebrar su victoria como propia.  Algunos medios y analistas incluso han caído en el error de considerar el cambio de administración en términos de gobierno, lo cual –desde mi modesto punto de vista- solo conduce a equívocos.

Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra América

Desde Caracas, Venezuela


En febrero de 2009, cuando recién se inauguraba el gobierno de Barack Obama, alarmado por las campanas que se echaban a volar ante la llegada a la Casa Blanca de un demócrata negro como adalid de la democracia, escribí un artículo que se tituló “No existe un imperio bueno”. El arribo del nuevo presidente fue saludado con tambores de victoria hasta por sectores progresistas, de izquierda y democráticos de América Latina y el Caribe que suponían que la refinada estirpe del académico de Harvard iba a marcar un profundo cambio respecto de la brutalidad y la barbarie de George W. Bush. Los resultados están a la vista. No hay mucho que decir.

La revancha del fanfarrón

 La orgía del Capitolio fue la aterradora expresión de una parte de la población, desarraigada, sin esperanza ni oportunidades, manipulable y llevada al fanatismo por personajes como Trump.

Consuelo Ahumada / Para Con Nuestra América

Desde Colombia


No cesa el estupor mundial por el asalto al Capitolio e intento de golpe por parte de la horda de fanáticos portadores de la gorra MAGA (hacer grande a América de nuevo). Trump los incitó a dirigirse allí para luchar “a muerte” contra el supuesto robo de las elecciones, para presionar al vicepresidente a desconocer su resultado. Días después se supo también que obligó a dimitir al fiscal de Georgia que se negó a aceptar su pedido de hacer fraude a su favor.

Estados Unidos: ¿anuncio de la crisis final?

 Estados Unidos no está cayendo estrepitosamente, pero sí perdió su lugar de locomotora de la humanidad: hay crisis. Se ralentizó y está siendo superada por otras potencias.

Marcelo Colussi / Para Con Nuestra América

Desde Ciudad de Guatemala


Estados Unidos, sin dudas, se constituyó en la potencia dominante mundial en este pasado siglo. Su empuje arrollador, desde la llegada de los primeros cuáqueros en 1602 en el legendario May Flower a las costas de lo que hoy es Massachusetts, no se detuvo por años. Esa instalación de europeos trasladados al nuevo continente dio como resultado la exposición máxima del capitalismo. La nación creció sin parar durante un par de siglos, terminando de superar a Europa en su desarrollo económico. La industria estadounidense -basada en un portentoso avance científico-técnico sin igual en el mundo- pasó a ser ampliamente dominante.

En carne propia

 El patético espectáculo del Capitolio deja una lección: no hay democracia inmune.

Carolina Vásquez Araya / https://carolinavasquezaraya.com


Lo experimentado por los miembros del Senado en Estados Unidos ha sido una muestra breve e ilustrativa de lo provocado por esa poderosa nación en otras alrededor del mundo. Convencidos de poseer una democracia a prueba de balas –literalmente- y de constituir un ejemplo de institucionalidad incorruptible ante el resto de la comunidad internacional, a los gobernantes de ese país –sin excepción- no les ha temblado el puño para desestabilizar democracias en otras latitudes bajo el pretexto de eliminar los riesgos de una posible independización de otros Estados, en términos económicos y políticos.

EE.UU: Monstruo terrorífico

 Sin duda alguna, lo que señala el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba como una acción cínica, al declarar USA a Cuba como un  “Estado patrocinador del terrorismo”, es una verdad absoluta, más aún cuando ha sido el imperio norteamericano el que ha causado terror, miedo, horror, espanto, pánico, a los ciudadanos cubanos y latinoamericanos, y también en/al interior de su propio país. 

José A. Amesty R. / Para Con Nuestra América

Desde Caracas, Venezuela


Terrorismo es sinónimo de hambre, enfermedades, carencias, ahogo, agresiones armadas, sabotaje con bombas, atentados a dirigentes, éstas son algunas acciones de EEUU contra Cuba, América Latina y muchos otros países.

El asalto al Capitolio instigado por Trump

 Diversas personas analistas suelen referirse a Trump como un desquiciado incoherente. Que es un narcista, megalómano, dispuesto a todo por su insaciable poder: de eso no hay duda alguna. Pero no hay que equivocarse,  tiene su agenda, su plan, su lógica (macabra, es cierto): es un curtido demagogo y provocador. 

David Morera Herrera* / Para Con Nuestra América



Las comparaciones históricas o analogías son limitadas. Pero tienen un valor comparativo. En momentos de aguda crisis económica mundial, desde el segundo lustro de los años 20 del siglo 20, inicia el ascenso de las hordas fascistas. En ese entonces Hitler era considerado por gran parte de los políticos como un ridículo personaje, insignificante, haciendo desplantes desde una cervecería. Sin embrago, la desesperación de las masas populares, el desempleo, la miseria, que se profundiza sin salida desde el crack financiero mundial del 29, hizo que en la oscura noche de la más grande crisis del capitalismo imperialista en ese entonces, reinaran finalmente los monstruos, parafraseando a Gramsci.

sábado, 9 de enero de 2021

Lo peligroso es el trumpismo

 El asalto al Capitolio por hordas de fanáticos azuzados por el presidente Donald Trump ha acaparado la atención del mundo. La fotografía de uno de los líderes del movimiento de extrema derecha QAnon con una piel de búfalo sobre su cabeza y sus hombros, sentado en la silla de la presidencia del Congreso deja estupefactos a muchos.

Rafael Cuevas Molina/ Presidente AUNA-Costa Rica



El movimiento del que este individuo es dirigente no es nuevo, pero ha venido creciendo en los últimos cuatro años envalentonado con el respaldo implícito y a veces explícito de Trump. Es una de las expresiones más radicales de la corriente de derecha en ascenso en los Estados Unidos, pero no solo ahí sino en todo el mundo.

Nuestra América, siglo XXI

 El pensar martiano en política es claro y directo. En él, la denuncia siempre va acompañada del análisis que permite traducirla en acción práctica, en el marco de una visión del mundo organizada en torno a la fe en el mejoramiento humano, en la utilidad de la virtud, y en la capacidad transformadora del amor triunfante.

Guillermo Castro H. / Especial para Con Nuestra América

Desde Alto Boquete, Panamá


“A lo que se ha de estar no es a la forma de las cosas, sino a su espíritu. Lo real es lo que importa, no lo aparente. En la política, lo real es lo que no se ve. La política es el arte de combinar, para el bienestar creciente interior, los factores diversos u opuestos de un país, y de salvar al país de la enemistad abierta o la amistad codiciosa de los demás pueblos.” 

José Martí[1]


Hace 130 años ya, el 30 de enero de 1891, el periódico El Partido Liberal publicó en México el ensayo Nuestra América, de José Martí. Allí fue abordada de un modo nuevo – brillante, hermoso y sugerente a un tiempo – la realidad de nuestras naciones en el momento de su ingreso a la contemporaneidad.[2]

América Latina: 2021… o el largo 2020

 La continuidad de las principales dinámicas de crisis generadas -y acentuadas- por la pandemia en el año que terminó, es una de las pocas certezas con las que podemos mirar el horizonte de los próximos doce meses, este largo 2020.

Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica


En un comentario publicado el pasado 29 de diciembre en el perfil de una de sus redes sociales, el exministro de educación de Costa Rica, Leonardo Garnier, escribió: “¿Se acaba el 2020? No, probablemente el 2020 dure más de lo que quisiéramos en acabarse. Con suerte, irá acabando como a mediados del 2021. Con suerte”. Lejos de lo que pudiera interpretarse como un exceso de fatalismo, más aún ahora que la aprobación y distribución de vacunas contra la COVID19 en diferentes países del mundo ha traído un soplo de esperanza sobre el posible control de la pandemia, las palabras del exfuncionario son un llamado de atención para mirar con sensatez y realismo el futuro inmediato. 

El año de la pausa

 Frente al apagón dominante, las únicas luces encendidas en la emergencia son las que silenciosamente elevan los sometidos, los dominados, los eternos explotados. De allí que la pausa impuesta encendió la luz roja; esperemos que quienes tienen la sartén por el mango hagan algo.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América

Desde Mendoza, Argentina


Hace un año, celebramos el cambio de calendario como siempre, sabiendo que, convencional y tradicionalmente, en diversas ciudades del mundo se reúne la gente a esperar y corear entusiasmada la cuenta regresiva del cambio de año, que da lugar a los fuegos artificiales durante media hora o más, según los presupuestos. Se iluminan grandes carteles en los edificios más elevados y las sirenas de los barcos largan sus pitazos a los cuatro vientos, mientras las aguas cercanas a las playas se salpican de luces multicolores junto a las estrellas del cielo infinito.

¿Monocultivo de la lengua?

El lenguaje inclusivo, en este momento, se define como un posicionamiento político que busca concientizar a la población y visibilizar las desigualdades de género. Es una intención loable, pero tal vez, insuficiente y se requiera un cambio profundo en las estructuras políticas, socioeconómicas y culturales de las comunidades. 

Nuria Rodríguez Vargas / Especial para Con Nuestra América


“Cuantas veces no hemos probado nosotros mismos una sopa que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cereza que sabe a beso, son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo”. Palabras de Gabriel García Márquez en el I Congreso Internacional de la Lengua Española, Zacatecas 1997. Propuso el colombiano jubilar la ortografía, algunas ideas fueron eliminar la hache, delimitar los usos de la ge y la jota, fundir la be y la uve, revisar la marca de algunos acentos, aceptar conjugaciones verbales normalizadas por los hablantes en el uso diario, pero que son consideradas no gramaticales. Esto como una forma de preparación de la lengua española para entrar al siglo XXI “es un derecho histórico, no por su prepotencia económica como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su fuerza de expansión”. Si se piensa un poco, la propuesta estaba basada en el profundo conocimiento de la cultura, en las necesidades de los hablantes, en las hablas del pueblo, en su humanidad. Pero tuvo más rechazo que apoyo en el mundo académico.

Imperio y la decadencia de las formas

La validación por el Congreso estadounidense del triunfo en la elección presidencial de Joe Biden sobre Donald Trump, aconteció en medio de una serie de expresiones violentas que demuestran la decadencia del imperio y el acercamiento del fin de un ciclo de dominación capitalista. 

Cristóbal León Campos / Para Con Nuestra América

Desde Mérida, Yucatán. México.


La validación por el Congreso estadounidense del triunfo en la elección presidencial de Joe Biden sobre Donald Trump, aconteció en medio de una serie de expresiones violentas que demuestran la decadencia del imperio y el acercamiento del fin de un ciclo de dominación capitalista. La ruptura de las formas convencionales observada en la manifestación y toma del Capitolio por grupos neofascistas partidarios del mandatario saliente, es en sí, la desvalorización moral de la democracia liberal que por siglos se ha pregonado como la única y verdadera. Trump viene a ser la representación burda del ocaso apresurado del imperio reflejado en las prácticas que justamente Estados Unidos promueve en el mundo para poner o quitar gobiernos según sus intereses, el intento de autogolpe, aunque torpe, se suma a la pérdida de hegemonía global y a la crisis sanitaria-económica que golpea las “entrañas del monstruo” como lo definiera José Martí.

Los presos políticos en Guatemala

 Entre los presos políticos que existen en Guatemala (la mayor parte de ellos luchadores antiextractivistas) existen dos figuras representativas de las dos afiladas espadas de la represión (voracidad neoliberal y anticomunismo). 

Carlos Figueroa Ibarra / Para Con Nuestra América

Desde Puebla, México


Un saldo del tránsito de la dictadura militar a la democracia neoliberal en Guatemala, es la reaparición de la figura del preso político. Como es harto sabido, a partir de marzo de1966 cuando fueron  desaparecidos 28 opositores (en realidad fueron 35) por el gobierno de Peralta Azurdia, los presos políticos fueron sucedidos por los detenidos-desaparecidos. Antes, las dictaduras unipersonales  y luego las dictaduras militares, encarcelaban o aplicaban “la ley fuga”  si querían efectuar la ejecución extrajudicial de algún opositor. A partir de 1966, de manera creciente ser preso político implicó gran fortuna porque la mayoría de opositores y subversivos (los que con gallardía subvertían el orden militar-oligárquico) eran secuestrados, torturados  y posteriormente ejecutados por el Estado guatemalteco. La firma de los Acuerdos de Paz y la emergencia de los gobiernos civiles  fueron terminando con la desaparición por motivos políticos.