Los gobiernos de la UNASUR saben o intuyen que existe la respuesta adecuada como es la integración, unidad y planificación conjunta del desarrollo común y acelerado. No hay vuelta atrás en la historia y eso lo saben todos los gobiernos de Sudamérica y aún de toda Latinoamérica, salvo que se desee regresar al siglo XX donde EE.UU. sometía a los países débiles y pobres de la región en forma descarada y poniendo dictaduras fascistas en todos los países a costa de millones de muertos asesinados.
Ricardo Ángel Cardona / ALAI
La crisis actual financiera, política y económica proveniente de la debacle del sistema acumulativo y especulativo de Wall Street o de EE.UU., que definitivamente es lo mismo ya que aquél representa el núcleo vital de la nación del norte, contrasta evidentemente con la conciencia limpia y el deber cumplido en tareas de acumulación de riqueza pública real y no ficticia de UNASUR, es decir de los países de Sudamérica que decidieron recién el año 2007 crear esta institución necesaria de integración, unión y desarrollo de suramericanos. UNASUR fue creada a iniciativa de Venezuela Bolivariana, Bolivia, Brasil y Argentina fundamentalmente, pero finalmente todos los países de Suramérica decidieron unirse con el programa integral del desarrollo acelerado que entre otros aspectos plantea la integración política, económica, energética, infraestructural y cultural de países y pueblos emergentes.
En realidad UNASUR fue creada tarde, por necesidad histórica debió haber sido creada a principios del siglo XIX cuando pueblos y países de la región suramericana comenzaban sus luchas anticoloniales y anti-imperialistas, pero que lastimosamente dichos esfuerzos no contenían el programa de la unión suramericana y latinoamericana en forma expresa, inmediata y taxativa, excepto en la visión de Bolívar y sus colaboradores revolucionarios como el brasileño Abreu de Lima y Antonio José de Sucre entre los principales.
EE.UU. hoy tiene una deuda pública de 10 billones (10 trillones en el sistema gringo). Esta deuda pública es mayor a toda la deuda externa del llamado tercer mundo en más del triple y amenaza con duplicarse rápidamente debido a la fórmula de consenso ( otro segundo consenso de Washington pero esta vez para salvar al mismo EE.UU. ) que ha sido encontrada y apoyada por congresistas demócratas y republicanos y que consiste en usar dineros públicos de la nación ( es decir de la Reserva Federal ) para salvar de la quiebra eminente a los grandes bancos privados de inversión, que por definición neoliberal y capitalista no pueden ni deben quebrar porque representan la garantía necesaria a los demás bancos del sistema. So pena de dar mal ejemplo al resto del mundo como ya lo están dando.
Pero este salvataje financiero a los bancos de inversión gigantescos del sistema recién empieza con la partida de casi un billón acordada con ciertas medidas de condicionamiento impuestas por los congresistas. Como que los gerentes del sistema bancario gigante no se paguen a si mismos sus propias liquidaciones personales que sumarían al menos hasta 30% del paquete de salvataje. En sentido estricto más bien éstos deberían ser multados por no haberse auto-regulado en el sistema financiero especulativo y por haberse apoyado en el socapamiento corrupto de la administración Bush y de la misma Reserva Federal, conducida hasta hace poco por el gurú de la economía mundial Mr. Greenspan.
El fondo de la crisis global se debe a la especulación financiera de Wall Street basada en la falsa creencia que no es necesario producir bienes y que el mundo está al servicio de EE.UU. y su economía guerrera y derrochadora. No en vano Bush se ha gastado ya más de tres billones en la guerra de Irak y considera que esta suma debe duplicarse para tener éxito militar y político, es decir para contrarrestar la resistencia armada del pueblo iraquí.
Los efectos de la crisis de Wall Street y del sistema financiero especulativo de EE.UU. ya han afectado a la economía europea que se ha visto obligada a rescatar bancos de la CE con cifras millonarias tanto en Alemania como en Francia, Gran Bretaña, Italia y otros países menores. La CE ha comprobado dolorosamente que no sólo es necesaria la unidad e integración económica y monetaria de los países europeos sino que también son necesarias medidas de control y autocontrol en la misma banca comunitaria frente a burbujas especulativas que en el fondo sólo convenía a EE.UU. y su administración derrochadora.
Por el contrario fue elegido el rumbo sereno y no especulativo por los países UNASUR que se dedicaron en tiempos de vacas gordas, es decir de buenos precios de materias primas y alimentos, a acumular excedentes en sus respectivos bancos centrales. Los casos más evidentes fueron Brasil de Lula con 250 mil millones, Venezuela Bolivariana con más de 40 mil millones, Argentina que hasta pudo pagar rápidamente y librarse del FMI y Club de París, instituciones con las que tenía deudas gigantescas acumuladas desde tiempos neoliberales recientes y dictaduras militares antiguas afiliadas al consenso de Washington.
Pero también los demás países de la región tienen reservas muy grandes acumuladas, incluyendo a Bolivia con casi 8 mil millones USD, es decir casi el 70% de su PIB nacional. Sin embargo esto no es suficiente porque las deudas externas siguen siendo astronómicas como en caso del mismo Brasil o Argentina, Perú, Chile, Colombia y Paraguay. Con excepción de Bolivia que ha disminuido su deuda externa al 15% de su PIB nacional.
Posiblemente analistas neoliberales no den importancia suficiente a estos datos de acumulación en reservas monetarias de los países UNASUR, pero esto significa ante todo ejercicio de soberanía frente al FMI y BM o USAID, entre otros. Es decir UNASUR no necesitará más a partir de ahora de estas instituciones históricamente opresoras de pueblos y concretamente los trabajadores que debían recortar sus salarios de hambre con cada medida económica impuesta por estos organismos del sistema financiero mundial y concretamente dependientes de EE.UU. y su sistema imperial. México con un sistema de libre comercio con EE.UU.. es el país que más crisis soporta actualmente.
Los países UNASUR no están gobernados todavía por gobiernos revolucionarios o reformistas revolucionarios, salvo algunos de línea bolivariana como Venezuela, Bolivia, Ecuador y también Brasil de Lula obrero, Argentina de Cristina peronista y Paraguay de Lugo, pero todos y cada uno de ellos aún con gobiernos neoliberales como Colombia, Perú y Chile, están de acuerdo en que el sistema capitalista mundial no va más y está en crisis evidente y que esta crisis repercutirá de alguna manera y pronto en sus economías.
Los gobiernos de la UNASUR saben o intuyen que existe la respuesta adecuada como es la integración, unidad y planificación conjunta del desarrollo común y acelerado. No hay vuelta atrás en la historia y eso lo saben todos los gobiernos de Sudamérica y aún de toda Latinoamérica, salvo que se desee regresar al siglo XX donde EE.UU. sometía a los países débiles y pobres de la región en forma descarada y poniendo dictaduras fascistas en todos los países a costa de millones de muertos asesinados. Esto hoy felizmente terminó con UNASUR. Sin embargo estas medidas no son suficientes y se debe acometer otras.
Se trata de hacer crecer el mercado interno de la región. El ejemplo de Brasil y Argentina de comerciar en monedas locales es un buen paso adelante. La creación de los Bancos SUR y ALBA con apoyo en las reservas acumuladas y por acumular es otro paso adelante. La creación de la moneda única de UNASUR denominada Pacha por Evo Morales es otro paso adelante. La integración energética con infraestructrura vial y seguridad alimenticia son otros pasos adelante. Con imaginación, planificación integral y supranacional y usando tecno-políticas adecuadas y la tecno-inteligencia de pueblos, trabajadores, científicos, técnicos y militares se podría dar miles de pasos adelante y posiblemente ninguno hacia atrás. Esto es lo deseable revolucionariamente en la región y todo el llamado tercer mundo.
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