Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina
Aclamado por la estrecha claque que lo rodea y aplaude, no se cansa de brindar ventajas a los grandes inversores externos, mientras el ajuste y sus consecuencias lo paga la población argentina.
El engendro pospandémico en sus cinco meses de gestión llegó a los extremos de la crisis del 2001, se llevó por delante los cuatro años de Mauricio Macri e hizo tanto o más daño que la pandemia. Su furia devastadora, barnizada de ajuste macroeconómico, derrumbó la producción en todos los sectores de la economía, arrastrando el consumo a niveles históricos; situación que desde luego, ha bajado la inflación a un dígito.
Dentro de ese descalabro de proporciones, hace lo posible por generar conflictos sectoriales, dado que hasta el momento, no llega con la Ley bases para firmar los pactos de mayo.
De los ciento ochenta días que lleva JM en el gobierno, treinta los ha pasado en el extranjero, divulgando sus ideas, de espaldas al país que lo eligió para que lo gobernara.
Sin embargo, su frustración y furia de siempre, lo llevan a erigirse en el nuevo mesías del paleoliberalismo que representa y siente que su palabra debe escucharse en los foros mundiales, como lo hizo en Davos. Tan es así que, en la tarde del jueves, partió para Madrid para estar en una reunión convocada por Santiago Abascal, con su estrecho séquito. No tiene prevista ninguna reunión oficial, ni con Pedro Sánchez ni Felipe VI, solo con dirigentes políticos de la ultraderecha y empresarios afines.
Previamente había estado en el Hotel Alvear, en un encuentro organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) con su comitiva gubernamental en la que estaba su hermana Karina, Secretaria general de la Presidencia, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, el titular del Banco Central, Santiago Bausili, la canciller, Diana Mondino y los ministros: Patricia Bullrich, Seguridad; Luis Petri, Defensa y Guillermo Francos, Interior; en tanto el Jefe de Gabinete, Nicolás Posee, daba su primer informe de gestión en el Senado.
Canchero como siempre, volvió a felicitarse por llevar a cabo el mayor ajuste de la historia de la humanidad, el que estimó que alcanza 15 puntos del PBI, además “por venir más sangriento que nunca” y garantizar que su gestión es “solvente”, lo que produjo un cambio de expectativa en los mercados.
“Con una devaluación, voy a aumentar la cantidad de pobres e indigentes. Dicen que la Argentina está cara en dólares, pero no se corrige devaluando, sino vía reformas estructurales”, argumentó.[1]
Desde luego que el círculo rojo de empresarios estuvo de acuerdo, dado que hasta el momento han sido los únicos beneficiados y, como JM es sordo y siempre da la espalda al pueblo; bien se podría decir: los únicos privilegiados son los ricos, como debe ser en un mundo al revés; único mundo que concibe el primer mandatario.
Sin embargo, no es el único que vive en una burbuja libertaria pronta a reventar, Daniel Scioli, actual Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes del Ministerio del Interior, ex candidato a presidente por el peronismo y ex gobernador de Buenos Aires por el mismo partido, expresó que “habría que darle el nobel de Economía a Milei por lo logrado en cinco meses.” Seguramente quienes lo conocen habrán dicho, se le fue la mano; la mano que perdió en un accidente de lanchas de carreras.
Rescato la expresión a los efectos de poner en evidencia la atmósfera malsana que vive el país en un momento en que los subtes aumentaron más del 200% y la Justicia salió al cruce, impidiendo que esto se concretara esta semana. En un momento en que la policía de la provincia de Misiones se encuentra amotinada, reclamando por bajos sueldos, al igual que los docentes misioneros. Un panorama que puede extenderse a varias otras provincias del país que comienzan a restringir sus erogaciones dado el vaciamiento de sus tesorerías y falta de apoyo nacional.
Lo que no ha logrado la justicia – y esto también es parte de la atmósfera malsana que se vive –, es poner un paño de agua fría a la provocación del gobierno y el modo artero de solucionar el conflicto universitario, autorizando presupuesto sólo para la Universidad de Buenos Aires UBA, dejando al resto de las universidades públicas argentinas sin los recursos necesarios para continuar con su normal desempeño.
Quebrar la unidad lograda el 23 de abril con la marcha multitudinaria es lo que pretende el gobierno que, a estas horas, tiene que aceptar el mal trago de no poder aprobar la Ley Bases y con esto, demorar la firma del Pacto de mayo que quería formalizar con todos los gobernadores en la provincia de Córdoba, el 25 del corriente, Día de la Patria.
Hoy viernes 17, el vocero presidencial y el ministro del Interior, Guillermo Francos, se dan por vencidos y estiman firmar el pacto en junio o julio. Lo que en los convulsionados tiempos en que se vive, podría ser nunca.
Mientras esto sucede en la tenebrosa Argentina destruida por el paleolibertario, éste ha vuelto a insistir presentando su libro, El camino del libertario, que la Editorial Planeta retiró de circulación en España por datos falsos de JM insertos en la solapa, como también por denuncia de plagio.
Generando protestas y resistencia en la sociedad española y, sobre todo en las autoridades del gobierno de Pedro Sánchez, dado que el acto ultraderechista al que concurre convocado por el líder y fundador de VOX, Santiago Abascal, quien ataca en sus discursos a los movimientos feministas y legbt, tensiona y provoca reiteradamente las relaciones de la sociedad civil. Al punto de que la ministra de Trabajo española, Yolanda Díaz, lo definió a Milei, como “un generador de odio”.
Sordo y siempre de espaldas, JM, alentado y contenido por su hermana Karina, la tarotista Secretaria general de la Presidencia, sigue obsesionado en su misión providencial de imponer un nuevo orden. No acepta que lo contradigan. Razón de más para justificar el canto de sirenas que le conceden en el exterior, porque allí su prédica nociva, no deja de ser prédica, no tiene injerencia en la vida de los ciudadanos extranjeros, cosa que sí, incide y destruye a los argentinos.
Sin embargo, su sordera e indolencia, es una cuestión de tiempo. Un tiempo que se agota, como se agota la paciencia de los más necesitados. Hecho que va llegando al límite, día a día, semana a semana.
Él íntimamente lo sabe, mucho más su hermana que indaga el destino en las cartas y, aunque la mayoría racionalmente descrea de tales prácticas predictivas, esa misma mayoría le contestará con la reiterada frase de su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich: ¡El que las hace, las paga!
[1] Matías Moreno, “El tiempo es de Dios”: la trastienda de la cumbre de Milei y sus ministros con los empresarios más poderosos del país, La Nación, 15 de mayo de 2024.
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