"Hoy, independientemente de la corriente política de poder, hay algo que une a la humanidad; este sentimiento de urgencia ante los peligros del desastre climático hacia el que vamos avanzando inexorablemente", afirma el destacado periodista y analista internacional en esta entrevista.
Modesto A. Tuñón F. / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
Ignacio Ramonet publicó en 1980 La golosina visual, un análisis agudo de los medios de comunicación y su papel de deformadores de la ideología, sobre todo en el escenario de los amplios cambios que han sufrido las sociedades durante el siglo XX.
A partir de allí, casi toda su obra ha constituido un trabajo de explicación de cómo las estructuras de comunicación de los grandes medios obedecen a intereses financieros dentro del mercado internacional y ponen la pauta de los grandes escenarios en que se genera la opinión pública.
Sus libros, reportajes y artículos ponen de relieve el papel de observador del desarrollo de la geopolítica y su obra que enfoca la situación actual de los grandes acontecimientos mundiales.
Este estudioso de la realidad actual creció en Tánger, Marruecos donde vivían sus padres, refugiados de la guerra civil. Estudió en Burdeos y enseña en universidades francesas. Fue director de varios medios de comunicación, entre otros, Le Monde Diplomatique. Es autor de más de diez libros sobre comunicación y problemas contemporáneos.
Hizo una entrevista a Fidel Castro, denominada Cien horas con Fidel. Además ha escrito obras con catedráticos como Noam Chomski, Jean Ziegler y Joseph Stiglitz y expone un análisis profundo de la crisis económica actual en el libro La catástrofe perfecta.
Ramonet es experto en semiología y se ha desempeñado como profesor de Teoría de la comunicación en la Universidad de La Sorbona y consultor de las Naciones Unidas. Recientemente, dictó una conferencia sobre desarrollo y cambio climático en el seminario internacional de periodismo ambiental en Córdoba, España.
Este es un ámbito en que, confiesa, se empieza a conocer en el mundo de la comunicación. Por esa razón relaciona el cambio climático con la crisis de las grandes economías y encuentra puntos de coincidencia que permiten comprender la realidad actual de los modelos de desarrollo.
Le pedimos unas palabras sobre este tema, luego de su conferencia en el seminario y nos brindó una entrevista en que demuestra su manejo de la realidad planetaria.
A menudo se relacionan los conceptos ambiente y desarrollo y se plantea el divorcio entre ambos; ¿es posible la coexistencia de ellos en esta época?
-No hay forzosamente una contradicción. Es una visión a veces superficial y hay muchas personas que piensan que si nos preocupamos del medio ambiente, vamos a dejar de desarrollarnos. No es así. Hay que optar por otro modelo de desarrollo y que se llama modelo de desarrollo sostenible.
¿Cuál es el objetivo? Es que la riqueza principal que tenemos es la tierra; que los incas llaman la madre tierra, la naturaleza tal como está y nuestra misión, es delegarla como la hemos recibido a las generaciones futuras y entonces debemos encontrar una solución que nos permita progresar, pero sin que restemos a ella ninguna de sus cualidades.
De allí que haya que optar por un sistema de desarrollo que no sea depredador y que vaya destruyendo la naturaleza.
Ustedes en América Central y en Panamá tienen una naturaleza tan bella que muchos de los países del istmo centroamericano se preocupan enormemente por la preservación de ella, de su biodiversidad, que es un patrimonio de la humanidad; entonces no todo se puede hacer hoy día en nombre de una opción obsoleta del progreso.
Pero ¿hay implicaciones económicas en esta percepción de los fenómenos ambientales, cómo actúa esta variante?
-Tienden a afectar la tierra cuando ella se considera un bien y entra como un producto de mercado.
Claro, cuando la tierra, el medio ambiente, el agua, la selva, los bosques, si se considera todo eso como una mercancía, evidentemente la estamos destruyendo, porque no es tal mercancía, forma parte de nuestra atmósfera, son bienes públicos y no nos pertenecen; no pertenecen a nuestra generación, sino a nuestros nietos y a los hijos de ellos y por consiguiente no tenemos derecho a destruirla.-
Si esto es así, ¿qué papel ocuparía el medio ambiente en los problemas actuales de la sociedad?
-En algunos países como los centroamericanos donde el ambiente y la biodiversidad son sus características, muchos de estos no han tenido la posibilidad de alcanzar un desarrollo sostenible; sin embargo, en la medida en que se han ido involucrando, en la medida del crecimiento, la población se ha ido haciendo más vulnerable a eventos y fenómenos climatológicos extremos que afectan el ambiente.-
¿Qué lecciones podrían tener estos países en función de las experiencias de los otros países desarrollados?
-Los países desarrollados han sacado una lección y es que el desarrollo de éstos ha sido extremadamente costoso en términos de destrucción del medio ambiente; lo que se llama la era industrial, etapa de desarrollo de los países de norte, se ha traducido por destrucciones monstruosas.
También desaparición de bosques, pérdida definitiva de ríos, desecamiento de acuíferos y otras y luego la depredación colonial ha llevado también a la destrucción de muchas regiones del mundo en esta misma concepción.
Por eso las sociedades del norte hoy son las que más han destruido; es donde existen los grupos más preocupados que esto no ocurra de nuevo. En América Central ustedes tienen un país como Costa Rica que ha desarrollado desde hace mucho tiempo, una preocupación por preservar su medio ambiente y tratar de conciliar una concepción del desarrollo y el progreso para la preservación de la naturaleza y yo creo que eso se aprecia a escala internacional y otros países de la región están tratando de hacer estos esfuerzos.
¿En qué medida considera que el cambio climático puede retrasar o afectar los planes de desarrollo en países como los latinoamericanos donde los índices del crecimiento dan resultados positivos en los últimos años?
-A escala planetaria se pueden tener dos actitudes, no querer saber nada del cambio climático; yo tengo un modelo de desarrollo, yo tengo una visión de país. Es una preocupación natural de los gobernantes y por consiguiente querer seguir explotando la naturaleza, imitar el desarrollo de los países del norte con más autopistas, más coches, emisión de gases de efecto invernadero; se puede hacer esto.
Si el planeta se obstina en seguir esa vía de los países del norte y países del sur divididos, en 50 años el Ártico se habrá derretido, también los hielos de Groenlandia y los del Antártico.
El nivel del mar va a aumentar 2, 3, 4 metros y un país como Panamá se verá reducido al espesor de un alfiler y por consiguiente ciudades enterar como Panamá y Colón desaparecerán o La Habana o Nueva Orleans, que ya vimos que estuvo a punto de desaparecer y así sucesivamente.
Hoy, la amenaza principal, la más ingente para la humanidad es el cambio climático; es el peligro. De allí que hay una toma de conciencia. Estuve en la Cumbre de Copenhague y hubo 140 jefes de Estado. Hay una toma de conciencia que ahora va a ser en Río, el año próximo Río + 20.
Hay una toma de conciencia muy importante en América Latina que avanza en líderes políticos como Fidel Castro, su preocupación principal es ahora el medio ambiente y no la política en el sentido estricto de la palabra y también en Lula, el propio Chávez. De igual manera, supongo que su presidente Martinelli, estará preocupadísimo por esta cuestión.
Hoy, independientemente de la corriente política de poder, hay algo que une a la humanidad; este sentimiento de urgencia ante los peligros del desastre climático hacia el que vamos avanzando inexorablemente.
¿Qué papel ocupa todo esto en la agenda de los medios de comunicación y en el lugar que los periodistas tienen en la toma de conciencia que usted ha planteado?
-Esto es muy reciente. Yo diría que si hablamos de hoy, globalmente en los medios de comunicación hay una sensibilidad hacia este conjunto de problemas; sobre todo en los medios de comunicación más serios. En la televisión hay, pero es una actitud muy reciente.
Hace 20 años cuando la Cumbre de Río, casi nadie hablaba de esto; cuando yo hice mis estudios secundarios y universitarios, jamás me hablaron de ecología en París, Francia. Es algo muy rciente, pero que ha ido tomando conciencia o una especie de velocidad exponencial, porque de repente estamos al borde del abismo; estábamos aquí aprovechándonos de la riqueza de la tierra y de repente, estamos en esta crisis.
Esto ha ido muy rápido y creo que los medios tienen una gran responsabilidad en alertar de la importancia y trascendencia de este mal al que nos conduce el modelo de desarrollo y que ha hecho que el hombre impacte la naturaleza con el resultado que ella ahora le amenaza y que pone en peligro el futuro.
*Modesto A. Tuñón Flores es periodista y profesor universitario en las áreas de periodismo y lengua y literatura españolas. Trabaja en la Oficina de Relaciones Públicas de la Autoridad Nacional del Ambiente en Panamá. Escribe una columna semanal en el diario La Estrella de Panamá, y ha sido redactor cultural del semanario Capital y colaborador en la página dominical del diario El Panamá América.
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