Este tiempo político, requiere de sujetos políticos capaces de entender
que la patria está en juego, pero no la de los criollos, sino la que podamos
construir para todos y todas, sobre todo para los más pobres.
Kajkoj
Máximo Bá Tiul / Especial para Con Nuestra América
Desde San Cristóbal Verapaz, Guatemala
Nuestro país está colapsado. La
única salida es su refundación. Pero
para que esto suceda, se requiere de muchas cosas, de las cuales la más
importante es la organización y la formación
de los pueblos. Hoy se percibe
como más urgente la organización y la formación
profunda desde abajo. Esto debe
estar alimentado por un proyecto político-ideológico que actualmente carecemos. Es cierto que muchas organizaciones sociales,
al escuchar estas reflexiones, estarán diciendo, “pero si nosotros tenemos
nuestras propuesta”.
No estamos negando que hay tres propuestas importantes desde las
organizaciones sociales: Waqib Kej, Consejo de Pueblos de Occidente y
CODECA. Ambas tienen algunos elementos
comunes, pero también con sus diferencias.
Que ameritan una serie de reflexiones que estaremos compartiendo con
Ustedes, en los espacios siguientes.
Lo cierto es que ante la coyuntura actual, se hace cada vez más urgente
la articulación. Ninguna propuesta será
viable, sin la alianza estratégica no solo entre las organizaciones, sino entre
estas y los pueblos. Sabemos muy bien,
que podemos tener buenas ideas, buenos técnicos, buenos pensadores, pero si
éstas no están articuladas con los pueblos, que no solo sufren los efectos del
Estado burgués, sino que deben ser reconocidos como sujetos políticos, para la
revolución que quiere el país.
Cuando hablamos de revolución, sabemos que a muchos les suena
radical. Pues sí, igual de radical es la
revolución, como la refundación. Igual
de radical es la revolución, como la exigencia de convocar a una Asamblea
Constituyente Plurinacional. Porque hoy,
no caben las medias tintas, ni las traiciones, como tampoco cabe la
compartimentación a la que estábamos acostumbrados durante la guerra. Hoy es el momento, de decir y actuar con
claridad y con honestidad, pero también decir con amor y alegría que queremos una revolución
profunda en el país.
Esa revolución profunda, no lo lograremos con la reforma a la Ley
Electoral y de Partidos Políticos, tampoco con pedir la renuncia de los 107 o
158 diputados o la renuncia del presidente.
Porque Guatemala no necesita reforma, requiere de cambios estructurales
profundos, que implica que desaparezca esta institucionalidad corrupta para
darle paso a una nueva.
Aunque suene a ideas trasnochadas.
Guatemala, requiere de una revolución y no de una reforma. Las reformas ahora, serán como un parche en
el agujero de un pantalón. Aquí no
necesitamos de parches, necesitamos de cambiar un sistema por otro.
Si para esto es necesario una Asamblea Constituyente Plurinacional,
estamos totalmente de acuerdo, pero esta será imposible sin un sujeto político,
claro, consciente y consecuente. Este
sujeto es el pueblo, quien debe comprender y conocer que es lo que está pasando
en el país, y el posible futuro que nos espera si no le damos un alto y si no
lo enfrentamos con coraje y valentía.
Insistimos que la situación política, no debe ser utilizada para
dividirnos o desarticularnos más, como lo quieren los grupos de poder, que
insisten en seguir tomando leche de la misma vaca, aunque ésta ya casi se
muere. Estamos ante un escenario
propicio para la unidad y no para la competencia desleal, que nos ha
caracterizado como organizaciones sociales, después de la guerra. Sin importar quién tiene la mejor propuesta
para salir del atolladero, si esa es capaz de liberarnos, tenemos que animarnos
a empujarla, aceptando con humildad que puede ser que nos toque hacer el
trabajo menos reconocido que el otro.
El tiempo político actual requiere de líderes, lideresas, dirigentes,
dirigentes, revolucionarios, hombres y mujeres, humildes y honestos, no
arrogantes que siempre quieren tener el puesto que durante décadas lo han
ostentado. Este tiempo político,
requiere de sujetos políticos capaces de entender que la patria está en juego,
pero no la de los criollos, sino la que podamos construir para todos y todas,
sobre todo para los más pobres. Sujetos
políticos, que comprendan que la batalla política, debe estar inundado de amor,
de sensibilidad, pero también de ira. Es
un tiempo político, en donde el protagonista y la vanguardia es el pueblo, como
sujeto político.
1 comentario:
Estoy de acuerdo con el artículo. Pregunta: existen esos líderes? Entre los pueblos mayas?
Susana Ratti- Argentina
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