Vivimos tiempos de tragedia mundial, hacer las cuentas alegres del gran capitán con los muertos en un país, solamente porque su gobierno no nos gusta, es actuar como zopilotes carroñeros. Con perdón de los zopilotes.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Es una falacia establecer comparaciones de cifras absolutas de muertos por la epidemia entre países que tienen poblaciones distintas. Sería un absurdo pensar que México está mejor que Estados Unidos de América porque tiene 31,119 muertos, mientras que éste último con 328 millones de habitantes contabiliza 133,302. De la misma manera es un absurdo comparar a México cuando tiene 128 millones de habitantes con España que tiene 46.9 e Italia que tiene 60.4. Igualmente resultan falaces las comparaciones entre número de muertos en los distintos países, sino se examinan las características de salud y promedio de edad de sus poblaciones. Obviamente un país como México que tiene 75% de obesos, 25% de hipertensos y 12-14% de diabéticos, tiene una enorme vulnerabilidad y la tasa de letalidad del virus podrá aumentar por las comorbilidades.
A diferencia de las escenas dantescas que vimos en Italia, España, Estados Unidos o Ecuador (en Guatemala también), en México estamos lejos del colapso hospitalario. Solamente se han ocupado el 45% de las camas destinadas a la epidemia y el 38% de las camas con ventilador. Alguien ha dicho que eso es porque los que mueren por la epidemia en México lo hacen más rápido por la mala atención. Igualmente falaz es dicho razonamiento. Al inicio de la epidemia en febrero de este año, México contaba con 645 hospitales Covid-19. Cuatro meses después, el país cuenta con 907 de esos hospitales. Por eso es que no ha habido colapso hospitalario.
Si de comparaciones se trata habría que ver cuál ha sido el comportamiento de la epidemia en distintos países contrastando el número de infectados por millón de habitantes. Las gráficas que están midiendo el número de infectados por millón de habitantes muestran que la epidemia en México está siendo aplanada y que aunque en términos absolutos las infecciones no ha dejado de crecer, en términos porcentuales el crecimiento diario en dos meses decreció de 6 a 2%. Por cierto en los dos países donde la derecha neofascista gobierna, Estados Unidos y Brasil, la epidemia está en subida vertical. Desde su lecho de contagiado, Jair Bolsonaro está pagando las consecuencias de su conducta irresponsable. Vivimos tiempos de tragedia mundial, hacer las cuentas alegres del gran capitán con los muertos en un país, solamente porque su gobierno no nos gusta, es actuar como zopilotes carroñeros. Con perdón de los zopilotes.
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